Nueva sede para la ciencia
Prevén finalizar la mudanza completa en el segundo semestre de 2019.
Luego de idas y vueltas sobre dónde podría ser instalada su sede, el Museo de Historia Natural reabrió simbólicamente sus puertas ayer, con dos salas de exposición en la casona central de la ex Cárcel de Miguelete.
El nuevo paseo montevideano, que estará abierto de miércoles a domingos de 11:00 a 17:00, incluye en el ingreso una recreación de un dinosaurio, de nueve metros de largo.
Por ahora, solo hay dos salas expositivas que forman parte de la refacción de la planta baja, iniciada en enero de este año, con una inversión de 20 millones de pesos.
En la primera sala se muestra la evolución de los dinosaurios en el territorio uruguayo desde hace 70 millones de años hasta su extinción, y el resto de los animales de la megafauna que habitaron esta zona hace 10.000 años. La segunda sala muestra los ecosistemas que existen en el país actualmente: los humedales, las praderas, el mar profundo y ecosistemas urbanos.
"La idea es contar un relato de lo que fue una historia y lo que es nuestro presente a través de piezas bien interesantes", indicó a El País Javier González, director del museo.
Para el segundo semestre del año próximo, se prevé la mudanza definitiva de las colecciones científicas, más la biblioteca especializada, los laboratorios y los gabinetes de los investigadores. Esto implica acondicionar 2.000 metros cuadrados de edificación de este predio para concretar la mudanza de 400.000 ejemplares del museo y 200.000 libros d ela biblioteca.
Disculpas.
En la inauguración estuvieron presentes también el director de Cultura, Sergio Mautone, y los ministros de Transporte, Víctor Rossi, y de Cultura, María Julia Muñoz, quien pidió disculpas a los científicos por no haberles dado antes un lugar como el que está en obras. Desde hace años las colecciones pasaron a distintos locales pero "el ministerio no tuvo la visión de tener espacios grandes donde pudieran desarrollarse", comentó la jerarca. "La vida nos ha otorgado a ambos la oportunidad de decirles a todos que disculpen pero nos sentimos muy contentos de que muchas veces podemos subsanar los errores", manifestó Muñoz.
El museo, de 180 años, el más añejo de los existentes en Uruguay, estuvo cerrado al público por años.En las últimas dos décadas, soportó varias mudanzas.
Una de ellas fue desde una de las dos alas del Teatro Solís al ex local de Barreiro y Ramos, en Ciudad Vieja, durante uno de los gobiernos departamentales de Mariano Arana. La actual ministra de Educación y Cultura era la secretaria general de la comuna capitalina. Hoy en día las colecciones están ubicadas en 25 de Mayo 582, una sede arrendada en la que se han realizado visitas turísticas. "Vienen grupos muy reducidos y circulan por pasillos muy estrechos, contó el científico Enrique González, encargado de la Sección Mamíferos.
Proyectos.
En la lista de los posibles destinos del museo se sumaron varias ideas. Una fue la de la mudanza al Mercado Central Municipal (atrás del Teatro Solís, en donde estaba el Mundo Afro). Pero para ese lugar finalmente ganó la propuesta del Banco de Desarrollo de América Latina (también llamado CAF) que aún se sigue construyendo.
En la administración de José Mujica se manejó el traslado al Museo del Tiempo, pero ese proyecto se adecuó a otro y la iniciativa se esfumó con celeridad. En 2015, cuando pasaba el primer año del segundo mandato de Tabaré Vázquez, María Julia Muñoz dijo que el Museo de Historia Natural no formaba parte de las urgencias del gobierno nacional. "Se va a hacer si se consigue financiamiento, no se va a hacer con presupuesto y tampoco hay apuro. No está entre las prioridades para nada", indicó Muñoz.
Un "mapa" de la vida en Uruguay
Entre las colecciones del Museo Nacional de Historia Natural que comenzó a mudarse está la de botánica, que cuenta con 80.000 plantas, en su mayoría procedentes de Uruguay.
La colección paleontológica está integrada por su parte casi exclusivamente con vertebrados fósiles del Mesozoico y Cenozoico uruguayo.
Este acervo se inicia con los fósiles de la colección privada de Larrañaga y los colectados por Vilardebó y Bernardo P. Berro en 1837. Ninguno de estos materiales originales se ha conservado, señala el sitio web del museo.
En cuanto a las colecciones zoológicas, se destacan las de arácnidos, de peces, de moluscos, de anfibios, de aves, de mamíferos y de reptiles.
Existen cerca de 1.000 ejemplares que conforman los denominados "ejemplares tipo": se trata de una especie nueva para la ciencia y que por lo tanto son únicos en el mundo.