EN CASAVALLE
Sus padres estaban separados y hubo varios juicios por su tenencia; actualmente la familia se encuentra en seguimiento de un Equipo de Anclaje Territorial del INAU.
El padre de una niña de cinco años se dirigió a la Unidad Especializada en Violencia Doméstica y Género III el 1° de mayo de este año para denunciar la negligencia infantil que sufría su hija al estar bajo el cuidado de su madre, una mujer de 36 años que vivía en el barrio de Casavalle.
“Desde hace cinco meses no estoy pudiendo ver a mi hija. Su madre no me la trae. Tampoco tengo comunicación con ella”, dijo el hombre al momento de presentar la denuncia.
Contó que ese día su expareja había ido a su casa para llevarle a la niña, que le había dicho que quería pasar el día con su padre. “La niña se encontraba en estado de vulnerabilidad, con piojos, sin medias, las uñas largas y sucias, con hambre y en mal estado”, narró el padre, y agregó que la madre estaba “totalmente drogada” cuando se presentó en su casa.
Por esto, el padre solicitó la tenencia provisoria y la Unidad determinó que la niña debía, efectivamente, permanecer con su padre. Además, estableció: “Indagar a la madre de la menor y volver a enterar”. Esto fue ratificado por Karen Cuadrado, jueza de Familia Especializada.
En tanto, a fines de mayo fue la madre la que demandó al padre por no “devolver” a la niña. El hombre, sin embargo, aseguró que en ningún momento quiso “secuestrarla”, sino que no le parecía correcto dársela “a una persona en ese estado”. La Justicia no logró probar que la madre estuviera bajo los efectos de alguna droga este día y el juez de Familia Especializada Marcos Seijas decidió otorgarle nuevamente la tenencia. En esa oportunidad también se le solicitó al Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU) que realizara un informe sobre la familia.
Más tarde, el 4 de julio, el padre llevó a su hija a la mutualista Universal -de la que es socia la menor- para que le realizasen una revisión pediátrica. Le hicieron un examen y este arrojó, el 9 de julio, un resultado positivo de cocaína.
A raíz de esto, la Unidad Especializada en Violencia Doméstica y Género III determinó que la niña quedaría nuevamente bajo el cuidado de su padre y además ordenó que se hiciera un “relevamiento vecinal sobre la situación de la madre” y “consultar con familiares sobre la situación de ambos progenitores”.
El 12 de julio un equipo especializado de la mutualista -que integra médicos, psicólogos, psiquiatras y asistentes sociales- escribió un informe en el que se indica: “Del relato paterno surgen varias situaciones en las cuales se vieron vulnerados los derechos de la niña”.
El equipo mantuvo entrevistas con el padre y su pareja, y a partir de estas señalaron que se percibían “dificultades para establecer rutinas y hábitos de alimentación y sueño” en la niña. Además, indicaron que esta “mantiene un uso intenso de celular”.
En la audiencia del 20 de mayo -en la que se le otorgó la tenencia a la madre-, esta manifestó: “Él (el padre de la menor) nos abandonó cuando mi hija tenía un año y no se ocupó de la niña nunca”.
En el acta de la audiencia, a la que accedió El País, la madre advierte que se separó del hombre tras denunciarlo por violencia doméstica en 2018.
El abogado del padre, Juan Perdomo, le preguntó a la mujer si consumía drogas, a lo que ella contestó: “Yo no consumo drogas, estoy limpia desde hace años. Voy los viernes al Pereira Rossell a un grupo de narcóticos”. Asimismo, Perdomo le consultó por sus antecedentes penales y ella respondió que cumplió una pena por rapiña que culminó en 2012.
Actualmente la familia se encuentra en seguimiento de un Equipo de Anclaje Territorial del INAU que brinda “orientación y apoyo” al nuevo núcleo familiar, compuesto por el padre y su pareja actual.