EN PANDEMIA
“Ya a esta altura hay cosas que se pueden levantar, sobre todo porque no se están cumpliendo”, dijo presidente de la Cámara de Eventos del Uruguay, Germán Barcala.
Con más del 70% de su población vacunada con dos dosis contra el COVID-19, Uruguay ha impulsado una serie de reaperturas gracias al buen escenario sanitario y al control que llevan las autoridades de los casos activos. A partir de esto es que la Cámara de Eventos del Uruguay (CEU) propondrá al Ministerio de Salud Pública (MSP) la posibilidad de aplicar un nuevo protocolo sanitario para las fiestas.
“Ya a esta altura hay cosas que se pueden levantar, sobre todo porque no se están cumpliendo”, dijo a El País el presidente de la CEU, Germán Barcala. A pesar de que en su último protocolo, el MSP diferencia entre requerimientos obligatorios y recomendaciones, según Barcala, la fiscalización a salones de eventos hoy es “prácticamente nula” y eso “lo saben todos, incluso las autoridades, porque se conversó”.
El sector solicita modificar los “criterios gastronómicos” en los eventos, así como la duración y la organización del baile. Concretamente se reclama: “Dejar a criterio de cada servicio de catering la posibilidad de bandejear”. Lo mismo con la instalación de mamparas, ya que ha sido una norma, viable para algunos, y demasiado costosa para otros. Según afirman, constituye una medida “muy injusta” porque “no es fiscalizable, ni exigible a todos”.
En lo referido al baile, los eventos en los que se puede llevar a cabo actualmente son solo los que están organizados para personas que cuentan con las dos dosis iniciales contra el COVID-19. Además, deben tener una duración de 50 minutos con un corte de 20 para ventilar e higienizar el lugar, en el caso de que se trate de un salón cerrado.
Ahora, se plantea que esto no se determine por el tiempo del baile, sino por la presencia de medidores de CO2 que pueden demostrar los niveles de saturación del aire. Para hacer esta propuesta se basan en que el uso de este dispositivo “es de fácil fiscalización” y permite “liberar la obligación de aplicar las tandas de baile”.
Según Barcala, hoy “la mayoría de los salones” no cumple con ese corte en el baile exigido por las autoridades. “No se dice que los medidores de CO2 sean obligatorios ni tampoco se fiscalizan. Debería controlarse para cualquier lugar cerrado porque el baile necesariamente depende de un tema de ventilación y no hay por qué hacer tandas”, opinó el representante del sector.
La Cámara de Eventos también pedirá la extensión de una hora más en la duración de las fiestas, que actualmente tienen un límite de cinco.
Clandestinas
Debido a que actualmente las fiestas con baile autorizadas son las que se hacen en salones, la Cámara considera “fundamental” exigir el cumplimiento del protocolo correspondiente “a todos los eventos con asistencia superior a las 80 personas”. Esto afirman debe incluir a las que se realicen en domicilios particulares porque “de lo contrario constituye una competencia desleal e injusta”, según el documento que será presentado al gobierno, al que tuvo acceso El País.
Las fiestas particulares, con la llegada de extranjeros durante la temporada de verano, seguramente “se multipliquen”, según Barcala. En su opinión, se trata de una “injusticia histórica” para los organizadores locales que deben cumplir con las medidas correspondientes, mientras que los extranjeros no lo hacen.
En este sentido, el texto enviado al MSP propone que “se les deberá exigir una contraparte local (a los turistas que quieran realizar eventos) y que ésta sea la garantía del cumplimiento del protocolo vigente”.
“Tsunami”
En el documento, el sector de los eventos aseguró haber vivido un “tsunami económico y social” durante la pandemia y, por eso, también se pidió que el gobierno extienda las medidas económicas de reparación que vencieron en octubre. “Lo cierto es que con el Ministerio de Economía ha sido muy escaso el contacto y nos parece que es imprescindible. En ese sentido, no se le dio la importancia que corresponde al sector”, lamentó Barcala.