CORONAVIRUS
Al ingresar a los templos, de rigurosa tapabocas, se debe dejar registrado el nombre y un teléfono para eventualmente ser ubicado.
Ayer volvió la liturgia en las iglesias y sinagogas de Uruguay. “Sentí que en todo este tiempo me faltó algo”, dijo Herminia, una vecina del barrio Pérez Castellano cuando ingresaba a la Parroquia de la Anunciación. Pasaron tres meses y para llegar a este punto fue necesario dejar atrás algunos ritos y tradiciones.
Al ingresar a los templos, de rigurosa tapabocas, se debe dejar registrado el nombre y un teléfono para eventualmente ser ubicado. Luego alguien se encarga de marcar el lugar que se va a ocupar. No hay libros de canto, por tanto se apela a la memoria de la feligresía.
Las celebraciones no pueden durar más de 45 minutos, porque "el tiempo “Estamos viviendo el shabbat, un tiempo lleno de espiritualidad, como tiempo de renovación frente a tanto tiempo de distancia física y poder reencontrarnos con nuestra gente”, dijo ayer a El País el rabino Daniel Dolinsky.
Por su parte, el cardenal Daniel Sturla aseguró anoche que cuando caminaba por las calles la gente le preguntaba “para cuándo las misas”. Sturla participó anoche de la bendición de la imagen del Sagrado Corazón en la parroquia del barrio Pérez Castellano. “Había un anhelo de los católicos volver a la misa”, afirmó el cardenal.
Se canta de memoria y se acota el tiempo de las ceremonias
Las limitaciones previstas en el protocolo acordado entre los representantes de la religiones y el gobierno, indican que las ceremonias no podrán durar más de 45 minutos y el número de fieles debe guardar relación con una importante reducción en el aforo de los templos. Se debe proveer de alcohol en gel y sitios para la limpieza del calzado.
El secretario de Presidencia, Álvaro Delgado, fue consultado sobre por qué se decidió que las celebraciones religiosas con público vuelvan antes que los espectáculos públicos recreativos, y dijo que influye "un tema adicional que tiene que ver con la contención del alma".