Pediatras cuestionaron dichos de Caram: “Se está naturalizando el trabajo infantil en las peores condiciones”

“No admitimos que se acepte como ´colaboración familiar´ al trabajo desprotegido que impide el adecuado desarrollo de las personas en crecimiento”, señala la Sociedad Uruguaya de Pediatría.

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Médico
Un médico en su consulta.
Foto de Archivo.

Redacción El País
La Sociedad Uruguaya de Pediatría (SUP) salió al cruce de las declaraciones del intendente de Artigas, Pablo Artigas, con respecto al trabajo infantil en plantaciones de tabaco en su departamento. En un comunicado, la organización cuestionó que se está “naturalizando el trabajo infantil en las peores condiciones”. “No admitimos que se acepte como ´colaboración familiar´ al trabajo desprotegido que impide el adecuado desarrollo de las personas en crecimiento”, señalan.

La semana pasada, Caram sostuvo a Desayunos Informales (Canal 12) que hay niños trabajando en plantaciones de tabaco en Artigas porque “por lo general trabaja el núcleo familiar”.

En diálogo con El País, Caram sostuvo que en “cualquier grupo de familia de un chacrero los hijos trabajan”. “No me arrepiento. Yo no dije que trabajaban a sueldo, trabajan para ayudar a sus padres y distraerse, en el medio rural no hay mucha actividad”, agregó.

El presidente del Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU), Pablo Abdala, y el ministro de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), Pablo Mieres, trabajan en coordinación para enviar una inspección “en los próximos días” y evaluar la situación, informaron ambos jerarcas a El País.

La SUP reitera que “el trabajo infantil viola los derechos de niñas, niños y adolescentes, afecta el bienestar físico y mental, e interfiere con las actividades educativas y recreativas”. “Nuestra legislación reconoce la edad mínima de los/las adolescentes para trabajar en 15 años, con excepción del trabajo rural que se determina en 16 con todas las protecciones definidas por INAU”, añaden los pediatras.

 En el comunicado, los especialistas advierten que el trabajo infantil “es perjudicial para el adecuado desarrollo físico, psicológico, moral y social de niñas, niños y adolescentes e interfiere con su escolarización” ya que “les priva de la posibilidad de asistir a clases; les obliga a abandonar los espacios formativos formales de manera prematura, o les exige combinar el estudio con un trabajo pesado y que insume mucho tiempo”.

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