PATRIMONIO
"Mi impresión es que eso no se debió haber completado porque era un costo muy alto", declaró a El País William Rey, director general de la Comisión del Patrimonio.
Seguramente el paisaje exuberante que ofrece la rambla de Montevideo en toda su extensión le haya impedido a la mayoría de quienes pasan por allí reparar en un detalle que implica ir casi un siglo atrás, cuando se discutió la obra.
El periodista Aureliano "Nano" Folle narró este viernes en Punto de Encuentro (Radio Universal) un detalle respecto a los pilares de granito que están colocados en la rambla. Allí, si el peatón pone atención hay dos agujeros que, como señala el periodista, a simple vista, "no tienen sentido".
Sin embargo, los orificios sí tenían un objetivo inicial: "Allí iban a ir unos caños de bronce para engalanar la rambla", contó Folle en su espacio radial.
Consultado por El País, William Rey, director general de la Comisión del Patrimonio, señaló que al momento de construir la rambla se pensó en instalar allí barandas de bronce. La leyenda urbana indica, dijo Rey, que se instalaron algunas y se las robaron.
Sin embargo, el jerarca entiende que su no instalación no se debió a los robos, sino a que suponían "un costo muy importante". "Mi impresión es que eso no se debió haber completado porque era un costo muy alto que había que agregar a la obra, a pesar de que el grueso de la obra estaba en otro lado", sostuvo Rey.
El experto en patrimonio consideró que la instalación se desactivó porque se trataba de un elemento de terminación "de lujo" y estimó que es "probable" que se hayan construido algunas para su exposición, aunque no ha visto fotos que se hayan colocado en algún tramo.
El jerarca señaló además que en el diseño original de la Rambla de Montevideo estaban previstas las barandas, al mismo tiempo que no existía un problema político para aprobar una medida de este tipo. "Creo que finalmente no se incorporó para no completar una imagen de gasto que hubiera sido mayor", opinó.
Consultado sobre por qué no se instalaron allí barandas de otro material que no fuera tan oneroso, pero tuviera la misma utilidad, señaló que en primer término hay una distancia "importante" entre pilón y pilón, que condiciona la calidad del material a utilizar.
Al usar granito para los pilares, un elemento "de lujo", poner allí madera, por ejemplo, que es un material "perecedero", "no tenía mucho sentido". Otra posibilidad podría ser que fueran metálicas, pero hace casi un siglo atrás "no había acero inoxidable", por lo que el material "más apropiado era el bronce para que aguantara los procesos de oxidación".
A pesar de las consideraciones que hubo en juego para no instalar allí barandas, Rey consideró que eso supuso un espacio de "riesgo" y destacó que actualmente "no se permitiría" mantener el espacio con bancos bajos, donde por ejemplo, un menor de edad podría caerse.
La Intendencia de Montevideo (IMM) recuerda en su página web las barandas, pero no puntualiza que hoy los visitantes de esa zona pudieran apoyarse sobre un material tan noble, con el que por ejemplo, se realizan esculturas de gran porte.
"Como tantos otros megaproyectos de antaño, nunca fueron concluidos. La baranda, cuyos encajes en el granito pueden verse vacíos hasta el día de hoy, nunca fue colocada", indica la IMM.
La comuna capitalina señala que "en 1912 se aprobó el Plano Regulador de la Ciudad de Montevideo, que proponía la construcción de una Rambla Sud, pero pasó una década entera hasta que el ingeniero Juan P. Fabini (1876-1962), integrante del Consejo Departamental de Montevideo, presentó un proyecto de trazado de rambla costanera".
Si bien las obras de la rambla de Montevideo comenzaron en 1923, se suspendieron por un "devastador temporal" de ese año, retomándose en 1925. Se inauguró oficialmente el 30 de diciembre de 1935.
A propuesta de la Comisión de Patrimonio, la zona de rambla de Montevideo "comprendida desde el Oeste hacia el Este, a partir de la escollera conocida como 'Sarandí' inclusive, hasta el Arroyo Carrasco, y de Sur a Norte, desde Río de la Plata hasta Rambla Costanera" fue declarada Monumento Histórico Nacional en 1986 al considerar "de interés general, garantizar la permanencia de dicha zona, evitando así, que pueda ser alterada".