Redacción El País
Aunque el verano terminó, las altas temperaturas invitan a seguir comiendo ensaladas y otros platos frescos. Sin embargo, en un marzo con lluvias intensas, no todo ha sido favorable para los cultivos.
Durante los meses de sequía, aumentó la demanda de verduras de ensalada, pero "no se tiene tan buena oferta ni tan buena calidad", detalla Alejandra Pallante, ingeniera agrónoma de la Unidad Agroalimentaria Metropolitana (UAM). Al pasar de un extremo al otro, con varios días consecutivos de lluvias que provocaron inundaciones en buena parte del país, la demanda se mantuvo, pero la oferta bajó.
"Las temperaturas no bajaron, hay mucha humedad y días nublados", dice Pallante en diálogo con Subrayado (Canal 10), por lo que estas condiciones afectaron a la ya mermada oferta y repercutió directamente a sus precios.
Con esta explicación, se entiende por qué durante estos días hay disminución en los puestos de acelga, lechuga, espinaca, brócoli y coliflor.
Mientras una lechuga o una acelga "salía $ 20 o $30, ahora pasó a $ 60 la unidad. En algunos casos más", apunta la experta.
De otras hortalizas como el perejil o el nabo ya "no había mucha oferta", y con los cambios bruscos en el clima hoy "un atado sale $ 80 a $ 100. Los precios no bajaron pero la calidad sí". En el caso del morrón o el tomate, el precio no se ha modificado, pero sí su calidad.
Hubo un grupo de cultivo que sí se vio muy beneficiado por las abundantes lluvias: los cítricos. "Naranjas, limones y mandarinas" no solo mejorarán su precio sino que también serán más jugosos y de mejor sabor.
Y el vaso medio lleno también se podrá ver en las verduras de sopa, como papas, zanahorias y boniatos, que en invierno tendrán buenas ofertas.
Otros cultivos, como la soja o los granos, se han visto beneficiados de todas formas por la lluvia.
En diálogo con Rurales TV, Daniel Alvés, integrante de Fadisol, se refirió a la situación de los cultivos de verano, donde sostuvo que si bien las últimas precipitaciones fueron abundantes, “vinieron en un momento oportuno, en una etapa de plena demanda del cultivo, que le viene bien a la soja y los maíces de segunda”.
“Sin dudas que el rendimiento es lo que el productor debe de aspirar, pero no debemos de olvidarnos del precio”, sentenció.