Preocupación de arquitectos por el uso de agua de OSE para construir estructuras de hormigón

Docente de la Udelar explicó que, si bien “los edificios no se caen de un momento al otro”, si se alcanza un nivel de 2.000 mg/l de cloruro en agua se podrían fisurar las estructuras de construcciones.

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Construcción
Construcción.
Foto: Darwin Borrelli

En los últimos días se produjo un debate en el ámbito de la arquitectura y la construcción sobre la incidencia del agua de OSE, por sus altos niveles de cloruro y sodio, en la producción de hormigón. El 27 de junio, la Sociedad de Arquitectos del Uruguay (SAU) publicó un informe en el que advertía que “no es posible producir hormigón en masa o armado de forma convencional”, sino que se debían tomar ciertas precauciones, como asegurarse de que no queden poros para así evitar el ingreso de aire.

Fernando Tomeo, el profesor Grado 5 de Construcción que escribió el informe de la SAU, explicó a El País que, por ahora, el nivel de cloruro y sodio en el agua suministrada por OSE no provocaría daños en las estructuras de hormigón, pero en caso de que se aumentaran los niveles -algo esperable en las próximas semanas- el panorama se tornaría más crítico. La SAU incita a los arquitectos a estar “alerta” dado que, tal como señalan, los datos de estos niveles en el agua “son tan variables que no son confiables”.

Según la última actualización de Presidencia, el agua en la zona metropolitana contiene 785 mg/l de cloruro y 468 mg/l de sodio. Estas sustancias, según la SAU, comenzarían a generar daños en las construcciones de hormigón si el cloruro asciende a 2.000 mg/l.

Ahora bien, ¿cuál es el daño que produce el cloruro y sodio en el hormigón? Las construcciones de hormigón se conforman por el material compuesto (de color gris) y varillas de hierro que soportan la estructura, por lo tanto, el cloruro afecta el hierro porque hace que se corroa. “Si estuviéramos en niveles peligrosos, que yo entiendo que todavía no estamos, el cloruro quedaría adentro de la masa del hormigón en contacto con las varillas de hierro”, indicó Tomeo.

Si el hormigón queda poroso, eso da lugar al proceso corrosivo porque cuando el aire se combina con la humedad y con los cloruros, se empieza a oxidar el metal. Ese óxido avanza y le va a ir quitando masa a las varillas de hierro y estas estructuras se tornan más finas.

Además, los altos niveles de cloruro pueden afectar los revoques dado que empieza a aparecer una suerte de manchas blancas. Estas manchas no se pueden ocultar porque, a pesar de que se pinten, vuelven a hacerse presentes. Esto no solo genera problemas estéticos, sino que también estas manchas pueden generar consecuencias para la salud de las personas, explicó Tomeo.

Producción de hormigón.
Producción de hormigón.
Foto: Sociedad de Arquitectos del Uruguay

Sin embargo, el profesor especialista de la Universidad de la República enfatizó que “los edificios no se caen de un momento al otro”, pero, si los niveles de cloruro incrementan hasta estar entre los 2.000 y los 3.000 mg/l, las construcciones se van a empezar a fisurar. El arquitecto aclaró que ningún edificio se derrumbaría.

“Estamos preocupados por el tema”, dijo el especialista, y agregó que las fisuras provocan que ingrese humedad a los edificios y, en tal caso, se requerirían tratamientos para preservarlos.

El informe de la SAU generó discrepancias dentro del rubro de arquitectos. La Asociación de Profesionales Arquitectos, Diseñadores y Urbanistas del Uruguay (Apaddu) difundió un comunicado en el que señaló que “el agua (de OSE) cumple con las normas para elaborar hormigón”.

“Entendemos que el cloruro en el agua aún no ha llegado al límite que podría perjudicar la estructura”, puntualizaron, aunque reconocieron que si los niveles aumentan sí podrían haber consecuencias.

Apaddu recomienda “verificar el contenido de cloruros indicado por OSE cada día que se elabore hormigón a pie de obra”.

La mayoría de las grandes empresas hormigoneras construyen su planta en sitios donde pueden obtener agua semisurgente (de pozo) y este hormigón es el que se utiliza para las grandes construcciones. En el caso de obras pequeñas, como una casa, se produce el hormigón en la misma obra y se utiliza agua de OSE, por lo que estas construcciones de la capital y zona metropolitana son las que se verían afectadas.

además

SAU brinda consejos para la producción

La sociedad de Arquitectos del Uruguay recomienda disminuir el volumen de vacíos al producir hormigón, asegurarse de que haya “un adecuado proceso de compactación (principalmente mecánico)” y llevar al mínimo la relación agua-aglomerante, además de intentar agregar más cemento a la mezcla.

Por otro lado, recomiendan “planificar la obra nuevamente a partir del cambio en las condiciones del agua” y “proyectar el subsistema estructural mediante el uso de otras tecnologías”.

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