El presidente de la Comisión de Patrimonio, William Rey, cuestionó la búsqueda de tesoros en el fondo del Río de la Plata, porque se realiza con un afán explotador y “muchas veces sin respeto” por las personas que murieron en los naufragios y donde algunas de ellas yacen en el lugar.
Rey advirtió que Uruguay no firmó la Convención del Patrimonio Subacuático de UNESCO que hubiera permitido resolver “una cantidad de problemas” vinculados con el patrimonio subacuático.
El titular de Patrimonio se refirió, de esa forma, a la existencia de “un desguazadero debajo del mar” donde se sustrae y luego se venden partes de barcos, cañones, monedas de otro y reliquias.
Rey se negó a denominar rescate a la actividad privada que se ocupa de extraer objetos históricos del fondo del mar para luego subastarlos.
“Eso no lo llamo rescate. Un rescate arqueológico es cuando es necesario retirar un bien cultural que está en un lugar (del fondo del océano o mar) que va a ser afectado, ya sea porque viene una obra enorme como puede ser una represa” o un puerto, dijo.
Insistió en que, cuando se intenta retirar del fondo del mar una parte de un barco para venderlo, “es simplemente una acción de expolio”. Explicó que ello significa la transformación de bienes culturales o históricos en mercancías.
Consultado sobre los permisos que otorgó el Estado para el rescate del Graff Spee y que ahora generó una demanda millonaria contra Uruguay, Rey opinó que fue “desacertado” otorgar el aval de exploración de la embarcación construida en la Alemania nazi y hundida durante la Segunda Guerra Mundial. “Los bienes que están bajo el mar son culturales. Que nos pueden cargar de información y perfectamente ser motivo de una cantidad enorme de proyectos de divulgación” científica, dijo el presidente de la Comisión de Patrimonio.
Rey advirtió que la actividad empresarial no se limita sólo a la búsqueda de tesoros que se extraen de barcos hundidos y se venden en subastas o en forma privada. En muchas ocasiones, agregó, hay “cierta falta de respeto” de los buscadores de tesoros porque intervienen en barcos donde “murieron muchísimas personas y algunas incluso están ahí”.
Señaló que muchas personas murieron en condición de esclavitud cuando el barco se hundió y “eso no le importa a nadie”.
A su juicio, debe haber una nueva óptica sobre los bienes que se encuentran en el fondo marítimo que respete aquellos lugares que se transformaron en tumbas de muchísimas personas. “Por suerte se fueron negando los permisos (estatales) para las tareas de expolio o de retiro (de barcos esclavistas)”, afirmó.
El comercio esclavista en el Río de la Plata comenzó en 1585. Los buques partían de puertos africanos con sus bodegas cargadas de personas encadenadas. Entre 1778 y 1880, dicho comercio se intensificó en forma notoria en el Río de la Plata.
Rey también recordó el hundimiento en las costas de Maldonado del barco “San Salvador”, que transportaba un ejército español que venía en apoyo a lo que se conoció como el segundo sitio de Montevideo (1812-1814).
“Cuando una persona trabaja en clave de investigador arqueológico, será muy cuidadoso con los restos de personas que están debajo (del agua). Si un empresario va en búsqueda de las monedas de oro o de plata o los elementos que puedan tener valor económico, con seguridad, lo otro le va a importar muy poco”, dijo Rey.
Además de los hundimientos ocurridos en la época colonial provocados por tormentas y los bajos fondos del Río de la Plata, más acá en el tiempo ocurrieron pérdidas de cargueros y barcos de pasajeros en la Isla de Flores, Banco Inglés, Banco Ortiz y las rocosas costas de Rocha y Maldonado. Los accidentes disminuyeron cuando esas zonas fueron balizadas.
Rey destacó inversión en bienes culturales
En un balance de su gestión de cinco años como titular de la Comisión de Patrimonio, William Rey calificó de “bueno y razonable” el relacionamiento que mantuvo con la Intendencia de Montevideo (IMM). Sin embargo, reconoció que, en algunos casos, existió una confrontación que terminó en instancias de negociación hasta llegar a una solución. Puso como ejemplo la construcción de una ciclovía en Montevideo.
No obstante, Rey afirmó que algunos acuerdos que alcanzó con la IMM no se han completado. Uno de los ejemplos, dijo, fue el compromiso de la IMM de restaurar el Parque de las Esculturas, ubicado en la Avenida José Pedro Varela y Avenida Luis Alberto de Herrera.
Recordó que distinto fue el debate con la Intendencia de Maldonado por la instalación de un monumento al fundador de Piriápolis, Francisco Piria, sin los permisos de la Comisión de Patrimonio. El monumento fue colocado el 21 de septiembre de este año. “Ahí no hubo acuerdo ninguno”, dijo Rey. Agregó que, durante su gestión, se logró dotar a Patrimonio de vehículos para que especialistas recorrieran el interior; se adquirieron bienes artísticos y culturales por montos de hasta US$ 80.000 anuales y se realizaron inversiones en tres bienes que integran la lista de patrimonio mundial de UNESCO: el Frigorífico Anglo (Río Negro), el barrio histórico de Colonia y en la iglesia construida por el arquitecto Eladio Dieste en Atlántida (Canelones).
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