INVIERNO
La víctima fue un cuidacoches que era atendido por el Mides desde 2017.
Un hombre de 59 años, José María Pizzarroz De los Santos, cuidacoches, es la primera víctima fatal de la ola de frío que se instaló en Uruguay. En la pasada jornada fue hallado muerto en el patio del frente de una vivienda ubicada en Luis Alberto de Herrera y Francisco Rodrigo, en el barrio La Blanqueada.
Anoche aún se desconocía el resultado de la autopsia, pero no resulta difícil presumir que la partida de defunción dirá que falleció por hipotermia. Y ésa seguramente sea la última causa de una serie de razones, sinrazones y penurias.
Desde el Mides, la directora de Protección Integral en Situaciones de Vulneración, Eleonora Bianchi, explicó que José María Pizzarroz De los Santos había estado alojado en dos refugios de Montevideo, y que desde 2017 se le había realizado un seguimiento y apoyado en un tratamiento contra su adicción al alcohol.
La última vez que por su voluntad estuvo en un refugio del Mides fue en enero de este año 2019, pero al llegar los días fríos del otoño y del invierno ya no aceptó más el ingreso a ese tipo de albergues.
Según Telemundo, no hace muchos días había sido atendido en el Hospital de Clínicas por un supuesto cuadro de hipotermia, situación que Bianchi no pudo confirmar en la tarde de ayer al ser consultada en conferencia de prensa.
Con la irrupción de la ola de frío polar y ahora, con la muerte de José María Pizzarroz De los Santos, vuelve a plantearse el alcance y la interpretación de la ley18.787 de 2011. Desde el Sistema Nacional de Emergencias hasta el Ministerio de Salud Pública manifiestan su preocupación, emiten advertencias y prestan servicios para que los más vulnerables sobrelleven temperaturas bajo cero. Por otro lado, los asistentes sociales del Mides conocen muy bien a muchas de las personas que están en situación de calle pero no quieren ser los únicos responsables.
“Nuestro derecho es garantista y por el momento existen dos maneras de actuar compulsivamente para sacar a las personas de situaciones de calle: una vinculada a problemas sanitarios; y otra en los casos con patologías psiquiátricas asociadas, en los que se actúa mediante la intervención de la Justicia”, decía hace dos años a la web de Presidencia de la República la subsecretaria del Ministerio de Desarrollo Social, Ana Olivera.
Y la situación se mantiene: los médicos deben firmar un diagnóstico que confirme la gravedad o riesgos de enfermedad de una persona en situación de calle para que esos papeles vayan a la Justicia y con una orden sea posible rescatar a la inminente víctima de hipotermia e internarla en un centro de salud.
Ayer Bianchi brindó la misma explicación. Solo se puede decidir la internación compulsiva por la orden de un juez, cuando previamente dos médicos la hayan solicitado. “La ley vigente no habilita la internación obligatoria de ninguna persona”, precisó.
El contacto de los técnicos del Mides con José María Pizzarroz De los Santos se realizó incluso hasta días antes de su fallecimiento, dijo Bianchi.
En esa instancia, se incluyó la presentación de todas las políticas sociales disponibles. Pero las medidas sanitarias y sociales que inició a partir de su concurrencia a los centros de refugio se truncaron cuando se cortó el vínculo este año, agregó Bianchi.
“Lo buscamos especialmente, nos preocupaba mucho la situación”, reconoció.
Durante la estadía en los centros del Ministerio de Desarrollo Social, el hombre habría en algún momento evidenciado avances, aunque su estado era una suma de múltiples dificultades y carencias, con síntomas crónicos, casi agudos.
“La persona fallecida inició varias veces estos tratamientos, pero por diferentes motivos no pudo sostenerlos”, agregó Eleonora Bianchi, quien enseguida desmintió que la primera víctima del invierno hubiese sido expulsada de un refugio por manifestar un comportamiento antisocial. Enfatizó que nunca eso aconteció.
Según relató un vecino de la cuadra en donde murió el cuidacoches, a media cuadra de uno de los refugios del Mides, por allí es común ver a gente en situación de calle. En una plaza ubicada a dos cuadras, siempre hay una o dos personas que se instalan a dormir y se cubren con cartones para protegerse del frío.
Hasta no hace más de dos semanas, sobre Luis Alberto de Herrera entre Francisco Rodrigo y Altamirano había un auto estacionado las 24 horas del día y en su interior pernoctaban cuatro personas en situación de calle. Desde que el invierno comenzó a golpear fuerte, no es sin embargo tan fácil ser testigo de estas historias.
Muchos son los que aceptan ir a la Mesa de Entrada de la calle Maldonado y Salterain y esperar su turno para que se les adjudique una cama en un refugio.
Según Eleonora Bianchi, el Mides también se ha preocupado para que la alimentación durante el día llegue a las personas que viven en las calles aun cuando no estén inscriptas en los formularios del Inda. Durante estos días gélidos hay comida caliente para ellos en los comedores públicos. Lo que el Mides no tiene es personal médico propio, y en su plantilla hay un solo psiquiatra. El último llamado a técnicos en esta especialidad no tuvo eco. Nadie se presentó. Para atender la problemática resta que la sinergia con los médicos de emergencia de ASSE sea efectiva.