LIDERAZGO FEMENINO EN EL EJÉRCITO
La mayor Andrea Abimorad (40) asumió con “gran honor, orgullo y la enorme responsabilidad” de tener bajo su órbita la formación de futuros oficiales.
Por primera vez en la historia del Ejército Nacional, una mujer ocupa el cargo de jefe del Cuerpo de Cadetes de la Escuela Militar. La mayor Andrea Abimorad (40) asumió con “gran honor, orgullo y la enorme responsabilidad” de tener bajo su órbita la formación de futuros oficiales.
Creada en 1885, las mujeres ingresaron a la Escuela Militar a partir de 1998. Con planes de carrera iguales para ambos sexos, ahora ellas comienzan a obtener las jerarquías necesarias para ocupar cargos de comando. “Era algo que iba a suceder, me tocó a mí y tomo esta tarea con mucha seriedad porque la formación del oficial es integral, deben atenderse todas las áreas, la educación, la instrucción y la disciplina”, confesó Abimorad, que pertenece a la tercera generación de egresadas de la Escuela Militar.
“Pretendo formar personas de bien, con fuertes valores morales, disciplinados, leales, honestos, responsables y con altos estándares en su formación profesional”, adelantó.
Sin familiares militares, Abimorad ingresó al Liceo Militar General Artigas y allí cursó de cuarto a sexto año. “Casi por curiosidad”, descubrió su vocación y continuó sus estudios en la Escuela Militar.
Como en todas las carreras, hay cursos obligatorios y voluntarios que se suman a la experiencia y que posibilitan ascender de grado. “Acá te preparás para conducir personas, primero a una pequeña fracción, más adelante a un cuerpo y después para ser jefe, pero aprendés a serlo en la práctica y siempre te enfrentarás a alguna situación nueva, no prevista”, detalló Abimorad.
“¿Cómo soy al mando? Probablemente mis subalternos dirán que soy estricta con las normas, pero no dejo de ser una persona abierta con la que se puede hablar. Busco ser justa y a la vez conciliadora y no tolero la indisciplina o las faltas de respeto a cualquier nivel”, remarcó sobre su forma de ser.
Carrera
Abimorad ingresó a la Escuela Militar en marzo de 2000 y egresó como primera de su promoción con el grado de alférez del arma de Ingenieros (diciembre de 2003).
Su primer destino fue en el Batallón de Ingenieros de Combate N° 3, en Paso de los Toros. Al ascender a teniente segundo prestó servicio dos años en la Escuela Militar como oficial instructor del curso preparatorio. Ascendió a teniente primero en 2009 y prestó servicios en la Brigada de Ingenieros N° 1.
En 2012 realizó el curso de capacitación para oficiales en el Instituto Militar de las Armas y Especialidades y ascendió por concurso al rango de capitán (2013). Ese mismo año, por haber obtenido la mejor calificación en el Arma de Ingenieros, realizó un curso en Brasil de capacitación y perfeccionamiento. A su regreso, prestó servicio un año en la Brigada de Ingenieros N°1, mientras que en 2015 y 2016 estuvo en el Instituto Militar de las Armas y Especialidades como oficial instructor del curso de ingenieros en la escuela para oficiales.
En el año 2017, ascendió a la jerarquía de mayor y en 2018 hizo el curso de Estado Mayor, que tiene la particularidad de ser voluntario. Durante el 2019 y el 2020 ocupó el cargo de segundo jefe del Batallón General de División Roberto Riverós de Ingenieros de Combate N°1. “Ese puesto me aportó muchísimo y fue una experiencia enriquecedora”, contó Abimorad sobre su carrera. Este año, la primera mujer en formar a oficiales accederá a la jerarquía de teniente coronel.
Récord de inscriptos en la carrera de oficiales
En la Escuela Militar se cursan cuatro años que corresponden a la formación inicial de la carrera militar, cuando alguien se recibe egresa con el grado de alférez del Ejército Nacional en una determinada arma o servicio. Actualmente 289 cadetes cursan los diferentes años de su carrera. Este año la Escuela Militar tuvo récord de postulaciones, del total de ingresos el 25% corresponde a mujeres. La selección se hizo respetando el orden de precedencia obtenido en los exámenes de ingreso, sin discriminación de sexos. Mientras que, la elección de arma de los cadetes de primer año se hizo de la misma forma. Se respetaron los cupos preestablecidos para cada una de las armas y lo único que se consideró fue el lugar al que habían accedido con las calificaciones obtenidas en el año anterior.