Cintia Perazo, La Nación/GDA
Por sexto año consecutivo, Finlandia es el país más feliz del mundo según el Informe Mundial de la Felicidad 2023 (World Hapiness Report).

Más allá de sus pocas horas de luz natural y las temperaturas bajo cero que pueden afectar la vida de sus residentes, Finlandia logra el primer lugar por su educación de alta calidad, el sistema de bienestar social, la naturaleza y calidad de vida, su cultura de igualdad y confianza, y por su amplio sistema de atención de la salud mental, que incluye servicios de asesoramiento y terapia para quienes lo necesiten.

¿Qué beneficios ofrece Finlandia? Nicola Lindertz, embajadora de Finlandia en Argentina, no duda en responder que es un país desarrollado, tranquilo, con gran calidad de vida y una educación que es reconocida a nivel mundial.

“Además estamos enfocados en la transformación digital y la transición verde. Aquellos que tienen interés en estos rubros ven a Finlandia como un país interesante. Aunque está lejos, formamos parte de la Unión Europea y eso es también una ventaja”, enumera Lindertz en diálogo con La Nación.

Muchos pensarán que el idioma puede ser una de las principales barreras, sin embargo, la embajadora cuenta que la mayoría de los finlandeses hablan perfectamente inglés y en las empresas también se habla ese idioma. “Por otro lado hay oportunidades interesantes para estudiar en Finlandia, tenemos 35 universidad y más de 500 programas que son impartidos en inglés”, sostiene.

¿Cuánto cuesta estudiar allí? Los finlandeses y ciudadanos de la Unión Europea solo pagan por la adhesión universitaria que cuesta 100 euros, mientras que los extranjeros deben pagar entre US$ 4000 y US$ 20.000 por año académico. “La educación es pública por eso solo pagan los extranjeros, pero hay muchas universidades que ofrecen becas que pueden llegar a cubrir desde el 50 hasta el 100% del valor la cuota, dependiendo de la institución y del programa. En este sitio podrán encontrar toda la información detallada al respecto. Eso sí es fundamental saber inglés”, aclara la Lindertz.

A diferencia de lo que ocurre con la ciudadanía de otros países europeos, la finlandesa solo se hereda por parte de la madre o del padre. Si la madre es finlandesa su hijo recibe la ciudadanía automáticamente, aunque haya nacido en el extranjero. Para los padres es más complicado porque se debe comprobar en qué situación matrimonial se encontraban en el momento del nacimiento y qué ley estaba en vigencia cuando nació el niño. Por otro lado, los padres deben solicitarla; mientras que a través de las madres se recibe automáticamente. “Muchas personas suelen consultarnos si pueden heredarla de sus abuelos o bisabuelos, pero no se puede”, sostiene la embajadora.

Por su parte, los extranjeros que quieren obtener la ciudadanía finesa deben haber vivido por lo menos cinco años, sin interrupción, legalmente y con un permiso de residencia en Finlandia. Pero además deben cumplir varios requisitos que se detallan en la oficina de migraciones entre los que se destaca tener dominio satisfactorio de finés, sueco o de señas en finés; cumplir con el requisito de integridad es decir que no haber cometido crímenes; haber pagado todos los impuestos y multas; y demostrar el sustento con que ha vivido durante todos estos años en Finlandia. La residencia, por su parte, se puede solicitar por trabajo, estudio o por lazos familiares.

ALEXANDER KUZNETSOV/REUTERS

Para buscar puestos de trabajo se puede ingresar, por ejemplo, al sitio web www.workinfinland.com, que tiene avisos de vacantes en Finlandia para talentos internacionales en varios sectores. Allí encontrarán información del anuncio y podrán postular directamente a la empresa. En general es necesario tener conocimiento de inglés.

Después de conseguir trabajo es posible solicitar para un permiso de residencia en base de ese puesto. El permiso se solicita en la Oficina de Migraciones de Finlandia a través de una plataforma digital presentando los documentos requeridos para cada tipo de permiso, abonando el costo del trámite y realizando una visita de identificación a la Embajada.

Luego de que la Oficina de Migraciones haya procesado la solicitud, si el permiso de residencia es otorgado el carné físico será enviado a la Embajada y después de tenerlo el interesado se puede mudar a Finlandia y comenzar a trabajar o estudiar. La tramitación de la solicitud por la Oficina de Migraciones toma alrededor de dos meses.

Para grupos específicos como especialistas, emprendedores de startup y trabajadores de alta o media dirección de una empresa es posible tramitar el Fast track o permiso de residencia vía rápida. En este caso los interesados recibirán una decisión desde la Oficina de Migraciones dentro de las dos semanas. “Esta es una novedad que se implementó para responder a las nuevas demandas”, revela Lindertz.

Foto: Marcia Guevara/AFV

En Finlandia se buscan, especialmente, profesionales del área de la tecnología de la información y comunicaciones, y del sector de videojuegos. (Cabe aclarar que este país tiene una importante industria de videojuegos, de hecho, fueron los creadores de Angry Birds, entre otros reconocidos juegos). También necesitan ingenieros, personal para el sector bancario, especialmente para el área fintech, y desarrolladores de software, entre otros especialistas.

“También son importantes los talentos dedicados a la sostenibilidad, la transición verde y la transformación digital. Tenemos desarrollos interesantes en economía circular y en allí también se necesitan ingenieros. En el sector marítimo tenemos puertos y embarcaciones inteligentes. Aquí son muy requeridos los ingenieros que tengan conocimiento de automatización. Pero, además, se necesitan empleados para ocupar trabajos más manuales como construcción naval. Por último, el sector financiero, bancos y compañías de seguro, son sectores bastante importantes que se han transformado digitalmente y también están demandando personal”, resume la embajadora.

Cuando se le pregunta a la diplomática a qué atribuye que Finlandia esté entre los mejores países del mundo en materia educativa es contundente: la escuela, en Finlandia, es pública y obligatoria desde 1922. Actualmente se expandió la obligatoriedad desde los 6 hasta los 18 años.

“Además, es totalmente igualitaria para todos, no depende de los ingresos de los padres, ni del lugar donde se vive, ni si la persona tiene una discapacidad. Todos tienen la posibilidad de ir a la escuela y tener la misma educación. Nuestro país tiene poca población y la educación es el recurso más importante que tenemos y por eso ha sido una política pública de largo plazo donde se ha invertido mucho, primero en la educación básica y luego en ciencia y en las universidades”, agrega.

Otro factor clave que señala es una importante inversión en la capacitación de los docentes. Para enseñar en una escuela primaria el docente deben estudiar cinco años, primero hacen un bachelor de tres años y luego una maestría de dos años. “Siempre hay más postulantes que cargos de docente así que ingresan los mejores. Por otro lado, son importantes para la sociedad y son muy respetados”, cuenta.

Por punto que destaca la embajadora es que, aunque hay un programa nacional educativo, los municipios pueden adaptarlo dependiendo de las necesidades locales. Luego, el docente tiene gran libertad de cómo implementarlo en su aula. “Hay algunos colegios que están dando clases en el bosque con herramientas que conocen. Hay que seguir el programa, pero la forma en que lo llevan a cabo lo idea el docente”.

Universidad de Helsinki

En varias universidades, además, hay un centro de apoyo para emprendedores, donde los alumnos pueden utilizar todas las herramientas que tiene el establecimiento. Lo interesante es que esta fue una iniciativa de los estudiantes que luego se institucionalizó.

En Finlandia hay dos tipos de instituciones de enseñanza superior. Ambas ofrecen títulos de grado y de máster: las universidades y las universidades aplicadas (UAS). Estas últimas forman profesionales en respuesta a las necesidades del mercado de trabajo y realizan actividades de investigación y desarrollo, que apoyan la enseñanza y promueven el desarrollo regional. Normalmente, estas instituciones ofrecen una experiencia más práctica.

Las universidades, por su parte, llevan a cabo investigaciones científicas e imparten instrucción y educación de postgrado basada en ellas. Las universidades ofrecen títulos de grado y máster, así como programas de doctorado.

El 10% de los estudiantes universitarios que concurren a maestrías o universidades son internacionales, mientras que en las carreras de las UAS los alumnos del exterior son el 7% del total de estudiantes.

“Quienes asistan a nuestras universidades encontrarán un sistema de educación de alto nivel, con instituciones bien equipadas, y con herramientas técnicas y tecnológicas. Además, podrán acceder a una vida estudiantil muy interesante porque tenemos organizaciones de estudiantes que se juntan dentro de las carreras para hacer deportes y actividades sociales. Asimismo, los chicos de intercambio son recibidos por un grupo de bienvenida que les brindará apoyo y los ayudará a adaptarse”, relata la embajadora.

Pero entre tantas ventajas, ¿hay alguna “contra” por vivir en Finlandia? Lindertz lo piensa unos segundos y dice: “El clima. No tanto por el frío, porque el interior de los edificios está muy bien calefaccionado. El gran problema es la oscuridad. En invierno está oscuro cuando salimos y cuando regresamos a casa. Eso sí, es muy seguro. No suelen producirse delitos con frecuencia”.