RIP, Twitter: empleados renuncian en masa y los usuarios temen que Elon Musk apague el servicio

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Elon Musk, Twitter
ESTEFANIA_LEAL

REDES SOCIALES

El éxodo de empleados de la compañía es enorme, lo que dificultará su funcionamiento normal. Los expertos, sin embargo, descartan un cierre total de la red social.

Los usuarios de Twitter plasmaron su preocupación este viernes a través del trending topic #RIPTwitter. Y es que tras la advertencia del CEO de la empresa, Elon Musk, hacia sus empleados de que eligieran entre entregarse "completamente, incondicionalmente", o marcharse, ya son cientos los trabajadores que optaron por irse y existe el temor a quela red social pueda dejar de existir.

Desde que asumió como CEO de la empresa que compró por 44.000 millones de dólares, y apremiado por las deudas que contrajo al hacerlo (y que incluyen pagos por intereses de deudas por encima de los mil millones de dólares anuales para una empresa que en 2021 facturó US$ 650 millones), Elon Musk puso en práctica una serie de acciones que afectan seriamente el futuro de la compañía.

Primero, despidió de un día para el otro a la mitad de los empleados de Twitter (después tuvo que recontratar a algunos de ellos). Luego les dijo, a los que quedaban, que la cultura de la compañía cambiaría: que esperaba verlos todos los días, cumpliendo cuarenta horas semanales (es decir, 8 horas diarias) y que se prepararan para trabajar muy duro, con horas extra y, si era necesario, dormir en la oficina.

Luego descalificó en forma pública a muchos de esos empleados (presentes y ausentes), diciendo que el trabajo que habían hecho hasta ahora era malo, y discutiendo sobre cuestiones técnicas super específicas y dando la impresión de que no sabe tanto de desarrollo de software como cree, algo comprensible pero que debería obligarlo a actuar con más cautela.

Ahora le dio un ultimátum a los empleados que quedaban: aceptar la nueva realidad laboral (y sin especificar demasiado qué implicaría este nuevo contrato, que todavía no está escrito) o irse.

El gesto no tuvo, al parecer, el efecto esperado: la mayoría de los trabajadores eligieron no continuar con la empresa, lo que virtualmente deja a Musk sin personas para hacer funcionar la plataforma.

Entre medio, vetó el acceso a los empleados a las oficinas de la compañía, temiendo alguna clase de boicot durante el fin de semana largo. Una idea con algo de asidero: exempleados proyectaron insultos hacia él en la fachada del edificio que alberga las oficinas de la compañía.

Elon Musk. Foto: AFP
Elon Musk. Foto: AFP

A propósito: al mismo tiempo, Elon Musk sigue siendo el CEO de SpaceX y de Tesla, y esta semana debió comparecer ante los tribunales estadounidenses por una demanda iniciada por accionistas de Tesla, que consideran que la forma en que en 2018 definió su paga (cercana a los 50.000 millones de dólares) como CEO de Tesla fue fraudulenta.

En ese escenario, aparecen dos ideas claras: una, que Musk no va a cerrar así nomás una empresa por la que pagó 44.000 millones de dólares, aunque está analizando delegar a alguien para que la dirija. Otra, que aunque no cierre Twitter, la sangría de trabajadores es tal que simplemente no hay gente suficiente para operar el sitio y, sobre todo, no hay empleados capacitados suficientes. Por más que contrate a otros desarrolladores, no necesariamente sabrán, de un día para otro, cómo funciona esa pieza de software particular.

Los expertos -y los exempleados- notan que al igual que cualquier plataforma medianamente sofisticada, Twitter es un amasijo de programas y servicios interconectados, hechos a medida, algunos nuevos y otros viejos; saber qué hacer si alguno de ellos falla no será obvio; así, muchos pronostican que en las próximas semanas Twitter tendrá múltiples fallas de servicio, simplemente porque por alguna razón alguno de estos servicios, por menor que sea, tendrá algún inconveniente, dejará de funcionar y arrastrará, en su caída, al resto de los servicios que hacen que esto que conocemos como Twitter funcione.

Así las cosas, los usuarios (y el propio Musk) bromearon con la muerte de Twitter y las opciones que tienen para reemplazarlo: la más obvia es Mastodon, que tiene una filosofía similar a Twitter, pero que es un sistema abierto y descentralizado, lo que dificultará en el largo plazo reconstruir el grafo social de cada usuario (es decir, recuperar las cuentas que sigue y que arman su línea de tiempo particular) y anulará algunos de los movimientos espontáneos que permite la naturaleza centralizada de Twitter. También se habló de Reddit, los foros y, cómo no, de Taringa.

Por ahora, entonces, todo sigue como antes, con la salvedad de que las oficinas de Twitter estarán incluso más vacías que cuando la compañía decidió, en 2020, transformarse en una empresa con trabajadores 100% remotos, algo que Musk cambió de un día para el otro.

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