La muerte de Gonzalo Aguiar causó asombro por la magnitud de la noticia, pero no preocupación entre los extrabajadores de Boreal, la empresa de cannabis medicinal e industrial asentada a pocos kilómetros de la ciudad de Salto, explicaron a El País desde la Asociación de Trabajadores Rurales y Afines del Uruguay, sindicato que comprendía a esos operarios por la naturaleza de su tarea.

“Desde que fue nombrado un síndico para representar los intereses de Boreal, porque la empresa estaba en concurso de acreedores, el nombre de (Gonzalo) Aguiar había desaparecido de la mesa, ya no se hablaba de él ni con él, sino que sabíamos que ahora este hombre tenía que enfrentar un juicio por estafa con los (inversores) canadienses”, expresó Juan Carlos Albano, presidente del sindicato de trabajadores del sector y quien representó a los exoperarios de Boreal en todas las negociaciones.

La empresa fue inaugurada el 7 de setiembre del año 2020, en un predio de la Colonia Harriague a unos 16 kilómetros de la ciudad de Salto. Ese día llegó el presidente de la República, Luis Lacalle Pou, el entonces canciller uruguayo, Francisco Bustillo y el otrora ministro de Industria y actual canciller, Omar Paganini.

En ese momento, la presentaron como la empresa de cannabis medicinal e industrial “con la planta de producción, almacenamiento y distribución más moderna del continente”. Y también anunciaron en ese momento que el sector del cannabis, “solo en Salto podrá llegar a dar hasta 7 mil puestos de empleo”.

Sin embargo las cosas se fueron decantando y terminaron siendo muy diferentes. La cantidad de trabajadores alcanzó a poco más de 400, y tras lo que denunciaron como “un mal funcionamiento de la empresa” desde el propio sindicato, los trabajadores empezaron a ser despedidos de manera gradual.

“Muchos de nosotros por WhatsApp, fue algo tremendo, pero de buenas a primeras fuimos quedando todos en la calle y sin nadie que dé la cara para decirnos cómo nos iban a pagar el despido”, argumentaron los trabajadores a El País en su momento.

Pero el tiempo pasó y las negociaciones avanzaron. De Gonzalo Aguiar no se supo más desde que prosperó el concurso de acreedores y el sindicato comenzó a reunirse para concretar sus acuerdos.

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“Hubo una asamblea de acreedores, en la que se tomó la decisión de vender la empresa en bloques, el síndico tiene ahora un plazo para presentar los pliegos de condiciones a la junta de acreedores y comenzar a trabajar en el proceso de la venta de los activos que le quedan a Boreal, que es únicamente el bien inmueble”, explicó Albano.

El presidente del Sindicato de Trabajadores Rurales y Afines del Uruguay, señaló a este diario que los extrabajadores de la firma se presentaron ante la justicia laboral para reclamar sus haberes, “pero respondió el síndico como actual representante de la empresa y llegaron a un acuerdo, aunque cabe destacar que este acuerdo se cumplirá recién a partir de la venta de los activos de la empresa”.

“Es decir, se acordó un monto, el síndico asumió una deuda y el pago se hará efectivo recién con la venta de los activos, no es que el síndico tenga la plata en su bolsillo y eso los trabajadores lo entendieron y lo aceptaron, ya que podrán hacerse de sus créditos laborales”, expresó Albano.

Desde el sindicato informaron que ya hay interesados en comprar los activos de Boreal por el valor de la edificación en ese terreno.