TRASLADO POLÉMICO
Pano Bogadjian, uno de los mayores operadores del lugar, se sintió "dejado de lado" por la IMM.
"Yo cuando le digo a la gente lo que pagaba en el Mercado Modelo no pueden creer. Lo que pasó fue que estaba en el baile y tenía que seguir bailando. Sentí que no me tuvieron en cuenta en la mudanza, el modelo de negocio tenía que ser pensado para todos los que estábamos ahí, no solo para algunos”. Así explica su decisión de no mudarse a la UAM Pano Bogadjian, uno de los comerciantes del Mercado Modelo que se siente “olvidado” en el traslado de esa institución.
¿Por qué no ir a la Unidad Agroalimentaria Metropolitana si ofrecía mejor infraestructura y calidad en los servicios? Pano es un caso diferente al resto de los vendedores del Mercado. Él entiende que su historia con el Mercado Modelo es una enorme ironía porque el precio del éxito fue lo que lo terminó asfixiando.
“Les importó nada, me podrían haber hecho una tarifa especial por mi tamaño, 42 años pagándole al mercado para nada”, asegura Bogadjian desde su nuevo local ubicado a pocos metros del lugar al que iba con su padre desde los 12 años.
Mientras todos los operadores empacaron sus puestos el pasado viernes 18 de febrero, él y su comercio homónimo migraron a otro lugar por no tener otra alternativa.
A partir del año 2013, cuando bajo la administración de Ana Olivera en Montevideo se empezó a hacer cada vez más real la idea de mudar al Mercado Modelo a otro lado, Pano Bogadjian comenzó a sentir una “incertidumbre enorme” por no saber qué iba a pasar con el negocio que comenzó su padre en 1978 y creció más que cualquier otro en el centro de Villa Española.
“El Mercado siempre fue muy bueno para nosotros. Tenían tarifas para la fruta y la verdura y no pretendían que haya negocios de otro tipo. Vos si tenías fruta y verdura con 30 metros capaz que te arreglabas, movías cajones, pim, pum, pam y chau”, asegura Pano aunque admite que él quiso apostar a más y de a poco tenía “cautivo al cliente almacenero”, entonces decidió agrandarse y venderle más cosas.
El sistema de módulos del Mercado Modelo le generaba un costo importante, pero funcionaba. “Al momento de irnos del Mercado teníamos 700 metros, más o menos 20 módulos, y por eso pagábamos 400 mil pesos. Una locura total”, explica.
Pano habló con el presidente de la UAM, José Saavedra y supo que los costos para estar allá eran a partir de módulos de 70 metros, algo que para el tamaño de puesto que tenía, resultaba “muy chico” y “muy caro”.
Según sus cálculos le costaría US$ 300.000 el derecho de entrada y $ 515.000 por mes. “Ni vendiendo droga. Es imposible bancar eso. Yo terminaba pagándole más al mercado que la plata que sacaba yo y así asfixiándome”, asegura. Para los vendedores de fruta y verdura, la UAM era una opción más viable que para él. No solo por el tamaño de puesto que necesitaban, sino que también por la necesidad de estar cerca físicamente de la competencia.
Finalmente, en setiembre del año pasado, Pano abandonó el mercado creyendo que la mudanza a la UAM sería en noviembre del mismo año.
Hoy, instalado en un local nuevo está ansioso por el futuro, aunque su salida del Mercado le dejó un gusto amargo. “Lo más triste es que es un negocio de años, trataba siempre de ser innovador y ellos lo único que hacían era ser un ente recaudador”.
Intendencia espera interés de privados
“Esto ahora parece Kosovo, es un desastre”, asegura Pano mientras recorre los restos de lo que fue su negocio.
Aún no está claro qué planea hacer la Intendencia con el predio del ex Mercado Modelo, aunque sí es cierto que las autoridades de la comuna esperan por la llegada de inversores privados para poner en marcha nuevos proyectos.