Redacción El País
“Ya es oficial, ahora tenemos un Tamboril en el espacio”, publicó en su cuenta de Twitter el astrónomo y docente universitario Gonzalo Tancredi, dando a conocer así la decisión que había tomado el Grupo de Trabajo para la Nomenclatura del Sistema Planetario de la Unión Astronómica Internacional en referencia a un cráter recientemente descubierto.
Todo tiene que ver con la misión DART de la NASA, en la que él participó, y que en 2022 logró desviar la trayectoria del asteroide llamado Dimorphos por medio del impacto de una astronave enviada un año atrás a más de seis kilómetros por segundo, unos 22.000 kilómetros por hora. La idea era “poner a prueba una técnica de defensa planetaria, la técnica de desvío por impacto”, contó a El País Tancredi, que participó de la misión.
El plan, en resumidas cuentas, era saber si un objeto enviado por los humanos podía llegar a desviar un asteroide al impactar contra él. Y la conclusión fue afirmativa. Si bien “el desvío es muy pequeño”, Dimorphos, que mide aproximadamente 160 metros de diámetro y orbitaba sobre otro asteroide más grande llamado Dídymos habitualmente en 12 horas, ahora cambió su período orbital a 11 horas y media.
El aparato enviado por la NASA, que pesaba aproximadamente 600 kilos y que tenía “el tamaño de una heladera, más los paneles solares-”, capturó algunas imágenes que permiten ver formaciones irregulares en Dimorphos. “Para identificar lugares les ponemos nombres”, dijo Tancredi, y señaló que esto se hace tanto con cráteres como con rocas y con cualquier cosa extraña que se vea.
En el grupo de trabajo “hubo un acuerdo de que los nombres fueran sobre instrumentos de percusión, porque nosotros lo que íbamos a hacer era golpear, pegarle a un asteroide”, resumió el astrónomo, que agregó que en primera instancia “se hizo una lista bastante larga”. Si propuesta iba a ser “Chico, repique y piano”, instrumentos característicos del candombe, pero una de las condiciones es que “fueran instrumentos que estuvieran reconocidos” en textos internacionales con especialización, y esos no están.
“Pero sí está Tamboril”, celebró. Y de esa forma se identificó un cráter en la superficie de Dimorphos.