“Una gran tristeza, un dolor en el alma que te provoca llorar. Es muy triste porque quieres regresar a tu país”. Así Alba, una venezolana que vive en Uruguay desde hace ocho años, contó a El País cómo viven la asunción de Nicolás Maduro —en su tercer mandato consecutivo—, hecho que se dio después de la denuncia de arresto y posterior liberación de la líder de la oposición María Corina Machado, quien acusó que "se consolidó un golpe de Estado" en el país.
Alba —que se vino con sus dos hijos y cuatro nietos hace ocho años— aún tiene familia en Venezuela, a la que anhela volver cuando "vuelva la democracia”. Quiere regresar para “ayudar a reconstruirla” y, pese a los momentos agitados que se viven en el país, no pierde la “esperanza” que “despertó María Corina en los venezolanos”.
“Mientras (no cambie el régimen) no puedo volver porque no sirven la educación, la salud, la movilidad y el transporte. Aquí ustedes tienen un país de lujo”, relató a El País en la manifestación que se realizó en la tarde del viernes en Plaza Independencia, y lamentó: “Ahorita se me acaba de morir una tía y no pude estar. Era como mi madre porque la perdí muy joven”.
“Venezuela está sufriendo. Es una situación muy terrible. Estamos muy consternados con esta situación porque esperábamos —de verdad teníamos esperanza y fe— que Edmundo González Urrutia asumiera la Presidencia porque ganó las elecciones”, continuó Alba pocos minutos antes de que los venezolanos cantaran su himno nacional y denunciaran en una proclama que hay una dictadura en su país.
Otra de las venezolanas en la plaza era Natalia, de 20 años, que llegó al país hace cinco años con su madre, hermano y tíos. Vestía una pollera amplia y larga con la bandera venezolana y sostenía un cartel que decía: “Se pinta bandera sin costo”. Decidió ir con sus pinturas porque “quería hacer algo, aunque fuese pequeño, por otros” y por su país.
Para Natalia, lo que sucedió en los últimos días es un “punto de inflexión y crítico pero, más que pensar en un ambiente desalentador”, cree que es un “momento histórico”. En ese sentido, indicó a El País: “A pesar de lo que se ha mostrado y las manifestaciones (en Venezuela), aún nos queda mucho por hacer pero con esperanza y fuerza por la libertad”.
A unos metros de Natalia estaba Margarita, que llegó hace 10 años a este país. Ella “sabía” que Maduro iba a “juramentar por el poder que tiene de sus mafiosos y porque lo protegen los militares”. Pero no todo lo ve negativo porque, desde su visión, con la asunción del viernes Maduro “se puso la cabuya al cuello” porque “ahora sí es un presidente facto”.
De darse la asunción de González Urrutia, Margarita se quedaría en Uruguay pero iría de visita porque “de verdad” precisa viajar a su país. En esa línea, contó: “Hace 10 años que no piso Venezuela. Quiero estar en mi tierra unos días, donde están mis hermanos y sobrinos”.
Líber Nan —a quien le pusieron su nombre por Líber Seregni, uno de los fundadores del Frente Amplio— es venezolano e hijo de uruguayos, único de su familia que nació en Venezuela, desde donde partió hacia Uruguay en 2017.
Vivió los últimos eventos con “ansiedad más que nerviosismo”. Líber Nan dijo a El País: “Estamos un poco acostumbrados a vivir así, si es que uno se puede acostumbrar porque estás con un ojo tratando de enterarte lo que sucede y con otro tratando de continuar en lo posible con la vida”.
Para Líber Nan, “una parte de Uruguay necesita saber lo que ocurre” en Venezuela “porque no se imaginan”. Y sentenció: “Las muestras autocráticas y dictatoriales no son de ahora, no comenzaron el 28 de julio (con las elecciones), sino que vienen desde hace muchos años".
El hijo de uruguayos, además, aseguró que los venezolanos sabían que “en ningún momento” se iba a “mostrar las actas” de las elecciones porque Maduro “estaba perdido”. Y agregó: “Siempre han buscado manipular las elecciones, desde los tiempos de Chávez. Lo único es que el rechazo es cada vez mayor, por lo que tienen que manipular más las cifras”.
Además, denunció: "No quieren que mejora la situación del país, quieren enriquecerse. Los pobre son más pobres, solo se benefician ellos mismos".
Otra venezolana en Uruguay es Belkys, que llegó en 2017.
Los venezolanos —indicó — sabían “perfectamente que el régimen iba a montar este circo” y que Maduro iba a tomar “posesión del cargo de manera fraudulenta”. Denunció, además, que su país “está en manos de un narcoestado desde hace 25 años”, por lo que no esperaban “nada diferente” de lo que sucedió en los últimos días.
“Capaz que (la situación de Venezuela) hoy es más visible para la comunidad internacional porque logramos demostrar el fraude pero tenemos 25 años luchando contra el régimen, 25 años protestando, 25 años durante los que se han violado nuestros derechos. Hay desparecidos, torturados, personas inocentes muertas, presos políticos”, sentenció Belkys.
A la venezolana, trabajar online le permite tener “cierta holgura para estar pendiente de lo que sucede” en Venezuela, indicó, y añadió que “han sido días tremendos, de poco dormir, de estar alerta y pendiente de la familia allá”.
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