PREOCUPACIÓN
El presidente de la comisión de un edificio del barrio indicó que entre los 14 apartamentos que hay se decidió comprar una bomba de agua “de urgencia” que tiene un costo de $130.000.
Desde las primeras semanas de abril, más de 40 vecinos del barrio Malvínpadecen por la falta de agua en sus casas. Al principio era un problema de potencia y algunos lograban lavar los platos y hasta -con algunas dificultades- bañarse. Pero a medida que pasaron los días a esto se sumó otro problema: que a veces tienen que esperar largo tiempo a que se llenen los tanques para poder tener suministro.
A través de grupos de WhatsApp de personas que viven en la zona, y gracias al diálogo entre los encargados de los edificios, los vecinos se dieron cuenta de una particularidad: eran las casas y los edificios más viejos los que estaban teniendo problemas y, casualmente, ninguno tenía una bomba de agua.
“La mayoría de los edificios nuevos ya tienen una bomba que sirve para subir el agua hasta el tanque, pero en el caso nuestro nunca lo necesitamos y siempre nos llegó perfectamente. Pero algo pasó ahora, porque el agua nos empezó a faltar”, indicó Marcelo Oliva, presidente de la comisión de uno de los edificios afectados.
Debido al faltante, los vecinos tuvieron que “trabajar con sistemas artesanales que simularon ser bombas” y también hubo “préstamos de agua” entre los edificios, según indicó Oliva.
“Lo que se dice entre los vecinos”, dijo Susana, una mujer que vive también en la zona, “es que OSE quiso bajar intencionalmente la potencia después de unas obras que se hicieron en marzo”. Esas obras a las que se refiere fueron realizadas el 8 de marzo específicamente, según supo El País, y el motivo de estas fue el “mantenimiento en la red local”.
En ese momento, OSE informó a los vecinos a través de un comunicado que el suministro normal de agua potable podría verse afectado en el barrio Malvín, sobre todo sobre las calles Hipólito Yrigoyen, Rivera, Concepción del Uruguay y la Rambla O’Higgins. En estos lugares es que viven los aún afectados por los problemas de suministro. .
El País consultó a fuentes de OSE y estas indicaron lo siguiente: “Se trata de una zona baja por estar al nivel del mar y el agua allí fluía con mucha intensidad. Quizá los vecinos estaban acostumbrados a una presión muy alta, pero lo que se hizo fue un mantenimiento habitual para evitar que se rompan los caños”.
La fuente añadió que desde OSE están al tanto de la situación que “atravesaron” algunos edificios y que “el problema se arregló a partir del 11 de mayo”. Los vecinos, sin embargo, no dicen lo mismo.
“Me pasa que si alguien se está bañando y luego tira la cisterna, la persona tiene que dejar de bañarse por un rato”, indicó Susana, que vive en un edificio ubicado a dos cuadras del de Oliva. A pesar de que realizaron un reclamo formal, desde la OSE la respuesta fue que “la presión es la correcta”, pero aún no cuentan con el suministro original del agua.
Por su parte, el presidente de la comisión de otro de los edificios indicó que entre los 14 apartamentos que hay se decidió comprar una bomba de agua “de urgencia” que tiene un costo de $130.000. “Es un gasto importante y no entendemos el motivo por el cual no se nos explicó correctamente lo que pasa”, señaló.
Además, el “perjuicio” que se produjo en el barrio también tiene que ver con “las maniobras para conseguir el agua necesaria”, según indicó el vecino de Malvín, porque “con esos movimientos seguramente ya se haya gastado unos $ 45.000 más”.
La zona afectada es la misma que padeció las inundaciones masivas en enero de este año. “Quizá la explicación venga por ese lado, pero necesitamos conocerla”, indicó Oliva.