En las últimas semanas se viralizó en redes sociales un video que registró a dos cuidacoches peleando con machetes en Gabriel Otero y Alfredo Arocena, en el corazón de Carrasco. Uno de ellos portaba el chaleco brindado por la Intendencia de Montevideo (IMM) a los trabajadores regulados. El otro no lo tenía, pero según dijeron vecinos a El País el hombre “había aparecido” recientemente en la zona e intentaba “ganar alguna moneda cuidando autos”.

Debido a este conflicto, el cuidacoches registrado -que durante la pelea se lo registró con dos machetes en sus manos- fue sancionado por la IMM con el retiro de su permiso para trabajar.

Esto generó malestar entre los cuidadores de vehículos ya que, según testigos que presenciaron el hecho, el hombre habría actuado en respuesta a un intento de robo y varias amenazas por parte del otro involucrado.

Según pudo saber El País con fuentes de la investigación, en este episodio “al no haber lesionados no hay delito”. Tampoco existió denuncia por parte de los implicados.

Si bien el cuidacoche regulado fue sancionado con el quite del permiso, las fuentes dijeron a El País que “el otro hombre nunca apareció”, por lo que el caso “no se cerró”.

En diálogo con El País, la presidenta de la Asociación de Cuidacoches de Uruguay (ACU), Graciela Rodríguez, dijo que los cuidacoches están “todo el tiempo arriesgándose”, debido a que reciben “constantes amenazas de informales que quieren quedarse con el mejor lugar”.

“Parece que están ganando los malos”, sostuvo, y contó que se vio “en la necesidad de comprar gas pimienta” por si algún día tiene que defenderse.

Consultada sobre las personas que trabajan como cuidacoches de forma irregular, Rodríguez dijo que “son cada vez más”. “Muchos dicen que salen de la cárcel y necesitan ganarse el peso, pero quieren ocupar con amenazas el lugar que nos asignaron a nosotros”, señaló.

A pocos metros de donde ocurrió la pelea que se hizo viral, en Arocena y Alejandro Schroeder, Walter (54) trabaja de forma regular hace seis años cuidando vehículos.

“A los dos años de empezar ya sufrí amenazas de un hombre que dijo haber estado en la cárcel y que antes cuidaba esa zona, pero previo a que yo llegara estaba mi madre”, dijo a El País.

Consultado por situaciones de violencia, sostuvo que ha “visto cosas”, pero que “a veces intervenir” puede perjudicarlo.

“Tengo el contacto de algunos comercios que ya me conocen y tienen confianza”, dijo y aseguró que “una vez” vio un robo y avisó “al del comercio para que pueda hacer algo”.

Daniel, cuidacoches con 36 años trabajando de forma regulada en la zona, dijo a El País que “los problemas son más que nada de noche”, y señaló que “a veces se agrupan y pelean por quién se lleva las monedas de algún auto que sale”.

Por otra parte, una comerciante que tiene su negocio muy cerca al sitio donde ocurrió la pelea dijo a El País que “con los (cuidacoches) registrados no hay problema”, pero que “el lío es cuando llegan otros de afuera que quieren pelear por el lugar”.

“Todos los días aparece uno nuevo, a veces andan a los gritos”, dijo una mujer que se encontraba en el comercio y vive en la zona.

Según datos revelados en el censo a personas en situación de calle publicado en 2023 por el Ministerio de Desarrollo Social (Mides), de 1.363 personas que se encontraban durmiendo en la calle, el 52% -708- dijo trabajar como cuidacoches. El País accedió a un cruce de datos realizado entre el Mides y la IMM, en el que se revela que solo una de esas personas se encontraba en el registro de la comuna como cuidador de vehículos.

“Muchas veces las personas en situación de calle prefieren no ir a refugios para que otros no les quiten su lugar en la cuadra”, dijo a El País la directora de Protección Social del Mides, Fernanda Auersperg.

También señaló que las “grandes concentraciones de personas en situación de calle se dan en lugares céntricos”, ya que “es donde pueden obtener más dinero”.

Según pudo saber El País, para el momento en el que se realizó el cruce de datos estaban activos 639 cuidacoches formales, aunque actualmente “son cerca de 700”, dijeron desde la comuna.

Datos del Mides revelan que el 30,7% de los cuidacoches registrados están recibiendo algún beneficio brindado por el Ministerio -ya sea asignación familiar, programas para personas sin hogar, sistema de comedores, u otros.

Foto: Archivo El País

En setiembre de 2023 ingresó a la comisión de Legislación de la Junta Departamental de Montevideo un proyecto del edil nacionalista Fabián Bravetti, que según dijo a El País, busca “prohibir los cuidacoches irregulares”, ya que “son los que traen problemas de convivencia”.

Una de las aristas de esta iniciativa, radica en destinar parte de los ingresos que llegan por el pago del estacionamiento tarifado para remunerar el trabajo de los cuidacoches -que ya lleven determinado tiempo inscritos en el registro.

Según pudo saber El País, la Junta Departamental solicitó la presencia de la Dirección de Movilidad de la IMM para discutir el tema, aunque hasta el momento no se ha podido coordinar ese encuentro.

Bravetti dijo a El País que la intendencia capitalina “durmió el proyecto lo máximo que pudo”. “Desde octubre agendaron varias veces y todavía no fueron”, aseguró el edil.