El video de un joven surfeando sobre la calle Eduardo Mac Eachen se viralizó luego de que el 1º de diciembre cayera una bomba de agua que anegó el barrio capitalino Villa Dolores. El sábado pasado cayó otra, la inundación entró a centenares de casas ubicadas en esa cuenca y afectó a otras zonas de Montevideo. Vecinos pidieron respuestas este miércoles en una reunión con autoridades de la Intendencia de Montevideo (IMM), quienes calificaron las últimas precipitaciones como “un cataclismo”.
“Esto fue el sábado. Irónicamente el lunes me llegó la contribución (inmobiliaria) y el pobre tipo que la repartió, la tiró y se fue. Es el último eslabón de la cadena. El tipo me trae eso, y yo le digo: ‘Flaco, no me traigas esto porque te voy a pegar un tiro’. Tenemos que tener por lo menos algo que diga ‘vamos a mitigarte un poco lo que está pasando’. Yo ya perdí tres casas y dos autos. Basta. Ya con lo del otro día, basta. Salvé a dos vecinas que estaban aterradas agarradas a una reja porque no se animaban a nada”, contó uno de los vecinos. Hacía una hora que había comenzado el encuentro, cuando, tras escuchar el relato, una anciana lo confirmó: “A mí me salvó”.
La directora de Saneamiento de la IMM, María Mena, y el director del Servicio de Estudios y Proyectos de Saneamiento, Pablo Guido, los escuchaban en el salón multiuso del Parque de la Amistad, contiguo al Planetario. Unos 60 habitantes del lugar, bajo el que corren el arroyo Pocitos y la cañada de la Buena Moza, que parte desde el medio del Zoológico, plantearon allí sus quejas y preocupaciones. “Tenemos que tener una respuesta, Guido. No sé si la ingeniera (Carolina Cosse, intendenta de Montevideo) es la que tiene la llave de esto. ¿Qué planes hay? No somos el ombligo del mundo, pero pagamos los impuestos, no tenemos respuesta, nos angustia, la casa nuestra no tiene valor”, continuó el vecino. “Se vende barrio... inundable”, comentó otra vecina. “Estamos en un punto ciego que no sabemos qué hacer”, agregó quien llevaba el hilo, que fue aplaudido por el auditorio. El hombre explicó luego a El País que al decir que perdió tres casas se refiere a que tres inundaciones lo dejaron sin lavarropas, heladera, sábanas, zapatos, toallas.
Los relatos de pérdida de casas y autos y el reclamo de respuestas se repitieron. Guido había dado al inicio del encuentro una explicación de lo que pasó. “El sábado hubo una lluvia que tuvo características excepcionales”, dijo, pero aclaró: “Ustedes han vivido muchas lluvias excepcionales”. “Como otros arroyos de la ciudad, el Pocitos fue entubado y por encima corre Mac Eachen. Cuando empieza a llover, a los 20 minutos empieza a llenarse y desbordar. Cada cierta cantidad de años se producen estos problemas. Cuando los caños se llenan, empiezan primero a largar aire, después escupen el agua y pasan dos cosas: empieza a salir agua que intenta entrar a los caños desde arriba, y además no entra agua en las zonas altas en los caños, y empieza a circular por arriba (de la calle) y ahí se arma el torrente. En la calle Rivera se cortó el arroyo, se hizo una loma, y ahí se genera un represamiento que embalsa y se mete adentro de las casas de ustedes”, explicó.
El agua también se cuela a las casas ubicadas sobre las calles Lorenzo Pérez y La Gaceta, al sur de Rivera, en el barrio La Mondiola. El jerarca dijo que “el sábado al mediodía el pluviómetro de Colombes (uno de los 19 medidores de precipitaciones de la comuna) registró 50 milímetros en 15 minutos” y agregó que “una lluvia muy fuerte, de 10 años de período de retorno, según estudios de Facultad de Ingeniería, son 50 milímetros en una hora”. Por esa razón, Guido dijo que “si hay que definir” lo que sucedió el sábado, “diría: un cataclismo”.
Respuestas
Además de reclamar exoneraciones de tributarias, reformas estructurales, más tanques de amortiguación y planes de contigencia para evitar que el agua entre, vecinos se quejaron por la falta de limpieza de las bocas de tormenta y de las rejas que buscan mitigar el impacto.
Guido repasó las inundaciones de la última década: “una en 2011, en 2020 una grande, en 2022 otra, en 2023 a fin de año otra inundación grande y ahora otra”. Y agregó: “2021, 2022 y 2023 son los años más calientes que se están dando en el mundo. Veo acá en Uruguay que cada año se nos dan este tipo de cosas más seguido. Está pasando algo a nivel climático en general. La palabra cambio climático que se está usando mucho y para cualquier cosa, en este tipo de eventos… que me pase en diciembre y dos meses después es sacarse la lotería dos veces”.
Desde la inundación de 2022, la comuna coordina el municipio “los esfuerzos previos, durante y posteriores a la tormenta”, informó Guido, insistió en que el sábado “el problema no fue de captación” y explicó: “El agua entró violentamente por las sanitarias internas, que algunas deben de haber explotado. Los subsuelos son un tema aparte. Todos los sistemas colapsaron. Como Rivera hace ese embalse y el caño no da abasto, reventó en Lorenzo Pérez. Las imágenes de 26 de Marzo y Lorenzo Pérez nunca las había visto. El agua estaba dentro de los caños y reventó para abajo. No fue un problema de limpieza de bocas”, aseguró Guido.
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