P.M
Un militar demandará a Defensa por US$ 800.000 por haberle causado una enfermedad mientras se preparaba para viajar a una misión de paz de la ONU en Haití.
En agosto de 2005, el soldado de primera Roberto Rodríguez, que presta funciones en el Grupo de Artillería N° 2 de Trinidad, en el departamento de Flores, viajó a Montevideo para someterse a los exámenes médicos antes de viajar a Haití. En el Hospital Militar, se le aplicaron una serie de vacunas con el objetivo de prevenir varias enfermedades de alto riesgo en esa zona América Central.
Tras la aplicación de las primeras dosis, Rodríguez comenzó con importantes picos de fiebre y dolores en varias zonas de su cuerpo. Eso motivó su internación en el Hospital de Trinidad. Allí, los médicos diagnosticaron un cuadro de neumonía, pero con el paso de los días la situación no mejoraba, y por tanto se decidió su traslado al Hospital Militar, donde luego de varios exámenes se constató que padecía Vasculitis de Wegener, causada por el exceso de medicación que se le proporcionó como parte del tratamiento previo a viajar a Haití.
La enfermedad, muy poco usual en Uruguay, se inicia habitualmente con importantes episodios de fiebre y afecta principalmente al sistema respiratorio, aunque paulatinamente se traslada a otras arterias del cuerpo. A raíz de ello, a Rodríguez se le realizó una traqueotomía, perdió sensibilidad en sus manos y se le debió extirpar un testículo.
Esa situación motivó que el militar, de 34 años de edad, decidiera demandar al Ministerio de Defensa Nacional por los perjuicios y el daño moral causado con motivo de la enfermedad que padece, la cual no sólo no tiene cura sino que además se agrava cada vez más con el paso del tiempo. En la acción judicial, que será presentada la próxima semana ante un juzgado de lo Contencioso Administrativo, Rodríguez reclamará un resarcimiento que ronda los US$ 800.000.
SIN JUBILACIÓN. A pesar de su complejo estado de salud tanto físico como mental, el militar continúa prestando servicio en el Grupo de Artillería N° 2 de Trinidad, porque el Comando del Ejército no le otorgó la jubilación por enfermedad.
Carlos Romero, abogado de Rodríguez, dijo a El País que el hecho de que a pesar de su estado sanitario el efectivo continúe en servicio es una "omisión" de parte del Ejército, porque la enfermedad que padece su cliente "está avanzando en todo su cuerpo y eso hace que no pueda realizar prácticamente ninguna actividad".