Un grupo de científicos afirma que podrían haber encontrado la mutación genética que separó a los primeros seres humanos de sus antepasados simios.
El anuncio, que ha ocasionado un revuelo científico, indica que este cambio genético, por el cual la mandíbula se hizo más pequeña, desató una serie de profundos cambios biológicos que dieron como resultado un ser más parecido al hombre que a los primates.
La reducción en el tamaño de la mandíbula y de sus músculos, adosados al cráneo, permitió según esos investigadores el crecimiento del cerebro, lo cual a su vez dio al ser humano la capacidad de desarrollar aptitudes para la construcción de herramientas, la comunicación linguística y otras características de la evolución humana primitiva en las llanuras del Africa Oriental.
La mutación aparece en la edición más reciente de la revista Nature, descubierta no por antropólogos, sino por un equipo de biólogos y cirujanos plásticos de la Universidad de Pensilvania, y por el Hospital Pediátrico de Filadelfia.
El informe ocasionó revuelo y reacciones de distinto tipo entre los científicos especializados en el estudio de los orígenes del hombre. Un científico declaró la teoría "contraria a los fundamentos de la evolución" y otro la calificó de "extraordinaria".
Los investigadores de Pensilvania dijeron que la mutación, ocurrida según sus cálculos hace unos 2,4 millones de años, generalmente coincidió con los primeros fósiles de los humanos prehistóricos que poseen un cerebro más redondo, rostros más planos, dientes más pequeños y mandíbulas menos prominentes.
"No queremos decir que esta mutación por sí sola nos defina como homosapiens", dijo Hansell Stedman, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Pensilvania. "Pero los hitos de la evolución (humana) son muy poco comunes. Más de dos millones de años después de la mutación, el cerebro casi ha triplicado su masa. Es una posibilidad fascinante".
El antropólogo Milford Wolpoff de la Universidad de Michigan dijo que la investigación es "simplemente estupenda".
En cambio, otros científicos se manifestaron en desacuerdo acerca de la posibilidad de que la evolución humana dependiese de una simple mutación genética que afectó los músculos de la mandíbula adosados al cráneo, y que permitió al cerebro, al deshacerse de esos músculos, crecer sin mayoresrestricciones.
"Tal afirmación es contraria a los principios de la evolución", dijo C. Owen Lovejoy, de la Universidad Estatal Kent. "Ese tipo de mutación apenas suele tener consecuencias".
AP