D. Ferreira / F. Castillo
Tres gremios coparon ayer la sede del Ministerio de Trabajo (MTSS) haciéndose sentir a fuerza de cánticos, bombos, redoblantes y con muchas banderas, en una protesta que resonó con intensidad en los pasillos de la sede ministerial.
El día de furia sindical comenzó cerca del mediodía con la llegada del gremio de los taxistas (Suatt) que se instaló en la puerta del despacho del director de Trabajo, Julio Baráibar, y presionaron para ser atendidos por el jerarca. "¡Baráibar, les cerrás la puerta a los trabajadores!", fue el grito que se escuchó mientras el director permanecía en su oficina y bajo custodia policial.
"Hace una hora que estamos acá esperando, llegó la policía, pero está de adorno porque estamos haciendo barullo nomás", dijo Sergio Pereira, secretario general del Suatt.
Los taxistas habían detenido sus tareas a la hora 10.30 para reunirse en consejos de salarios, una hora más tarde. Pero la entrevista se postergó porque "la patronal puso una chicana en la negociación, pidiendo una prórroga para traer una mejor propuesta" salarial, dijo Pereira.
mortadela. Afuera, los funcionarios del Casmu cortaban la calle Juncal a la espera de la reunión que los representantes del gremio mantenían con integrantes de la mutualista, del Sindicato Médico del Uruguay (SMU) y representantes del gobierno. Más tarde llegaron los 40 trabajadores del gremio de los caddies acompañados por sus abogados, e integrantes del grupo radical Plenaria Memoria y Justicia, encabezados por Irma Leites.
Los trabajadores del Club del Golf tenían una reunión pactada con Baráibar para la 17.30, para negociar una solución al conflicto que mantienen con la institución por el pago de salarios y de beneficios sociales.
Pero al llegar, los caddies y su grupo de apoyo recibieron la noticia de que el encuentro se había suspendido. Los ánimos se caldearon aún más. El abogado defensor de los caddies, el ex senador frenteamplista Helios Sarthou, dijo, indignado, que se trataba de un "manoseo".
Para entonces, los trabajadores ya estaban irritados porque los directivos del Club de Golf no se presentaron a la reunión y el anuncio de suspender la entrevista parecía una "tomadura de pelo", afirmó el dirigente gremial de los caddies, César Sánchez. "Hubo gente que estaba exasperada", agregó.
Otro de los caddies expresó su bronca por "la falta de palabra" de las autoridades, ya que el gremio había levantado el piquete que mantenían desde el viernes en el portón de acceso al Club de Golf con la condición de que se efectivizara la reunión en el MTSS. El clima sumaba temperatura.
Sobre la hora 18 los tres gremios que manifestaban en la calle Juncal ingresaron a la sede con pan y mortadela dispuestos a merendar en los pasillos del MTSS y con toda la intención de permanecer ahí hasta recibir alguna respuesta del director de Trabajo. Entre tanto hubo pintadas en las paredes y más ruido de redoblantes y bombos. En particular una que no le debió haber agradado nada al director de Trabajo por su pasado tupamaro: "Traidor. Baráibar y Amodio Pérez, un solo corazón".
Al caer la tarde, y tras esperar algunas horas, se le comunicó al sindicato del taxi que se fijaba una reunión para el jueves, donde se presentaría por escrito la oferta salarial del gobierno, tal como reclaman los trabajadores. Tras retirarse de la sede ministerial, el Suatt resolvió levantar el paro sobre la hora 20.
Para la diputada del MPP, Ivonne Passada, la acción del Suatt fue "una barbaridad" y sus prácticas van contra el accionar del movimiento sindical. "Nunca se vieron estas ocupaciones en los gobiernos neoliberales o blanqui colorados. Preocupa que se registren estos hechos de violencia y que además surgen desde un sindicato que cuestiona al propio movimiento sindical", opinó la diputada, ex sindicalista.
Para Passada, la solidaridad de la clase trabajadora parte de "ayudar a su propia clase". En ese sentido, dijo que el Suatt hace diez años que no aporta a su organización madre, la Unott, ni al Pit-Cnt.
Luego de dialogar con el Suatt, el director de Trabajo recibió a los caddies. En la breve reunión se les propuso un nuevo encuentro para este miércoles a la hora 11.
MTSS acercó soluciones y espera respuestas
El Ministerio de Trabajo (MTSS) se transformó en el destino obligado de cada uno de los gremios con reparos a la negociación de los consejos de salarios o por otro tipo de conflictos, ajenos a la ronda.
El Sindicato Único de los Trabajadores del Taxi (Suatt) entiende que las propuestas salariales de las empresas manejan cifras insuficientes.
La última fórmula de las empresas incluía un incremento del viático diario de $ 23,50 a $ 26, y una partida de $ 650 anuales por presentismo. Pero ésta estaba condicionada a que los taxistas cumplieran 275 jornales en el año. Sergio Pereira, secretario general del Suatt, afirmó que la partida no se pagaría si no se cumple "a rajatabla" con esa cantidad de días de trabajo. "No se tiene en cuenta que el trabajador se puede enfermar, o el coche puede quedar parado por rotura", sostuvo Pereira.
En tanto la oferta del Ejecutivo consiste en una suba de $ 1,50 sobre de los viáticos, lo cual es vista como insuficiente por el Suatt, que aspira a un salario de media canasta básica ($ 16.000). Actualmente el sueldo de un taxista promedia los $ 12.000. La fórmula también suma otras mejoras como el relevo del chofer en puerta, el lavado del coche, el pago de las multas y de los jornales caídos por rotura de la unidad, lo que le ahorraría a los trabajadores unos $ 2.000, dijo Pereira. En definitiva, la propuesta en estos términos es "aceptable", indicó.
El Suatt espera la presentación por escrito de esta fórmula, el jueves en la sesión de los consejos de salarios, para que posteriormente se ponga a votación de las partes y sea finalmente aprobada.
Otros que protestaron ayer en el MTSS fueron 40 caddies del Club de Golf. Estos trabajadores exigen un salario asegurado de $ 6.300 y el pago de la retroactividad de los últimos cinco años por salario vacacional, aguinaldo y licencia. La suma reclamada ronda el US$ 1.000.000 para todos. La directiva del Club de Golf rechaza la deuda, entendiendo que no tiene obligación con los caddies, a los que no considera personal directo.
El conflicto se desató el 30 de julio, luego que las partes no acordaran la formalización de los caddies, tras la regularización por ley de esta actividad, históricamente informal.