El director de Furia en el camino no piensa por ahora en secuelas, mientras disfruta del éxito con una obra personal con su personaje más conocido (sin contar a Babe, el cerdito valiente, claro)

En Cannes, al ser consultado si tras esta cuarta película de su saga tiene intención de continuar la saga, el director George Miller aseguró que eso era como preguntarle a una mujer que acababa de tener un parto doloroso cuándo tiene pensado tener otro hijo.

"Todavía no estoy lo suficientemente recuperado como para ponerme a ello", dijo en una rueda de prensa, antes de la proyección ayer de la película afuera de competencia.

"Pero uno sabe que estos personajes viven en su cabeza y tenemos muchas historias y si tenemos tiempo otra vez para salir al terreno, habrá otras películas que quiero hacer", dijo. "Sí, esa es la respuesta que puedo darles en este momento, recién salí del parto", añadió.

Miller, un australiano de 70 años, logró un gran éxito con la trilogía original de Mad Max y desde entonces ha mantenido una carrera interesante tanto en Hollywood como en su país. Ganó un Oscar al mejor dibujo animado Happy Feet y está detrás de películas tan disímiles como la saga de Babe, el cerdito valiente, Las brujas de Eastwick y Un milagro para Lorenzo. Esta nueva Mad Max es un proyecto largamente pensado por Miller y lo vuelve a traer al centro de la industria. Es un director que promueve sus propios proyectos, por lo que el éxito tiene mucho de revancha personal.

Formó parte de la nueva ola del cine australiano surgido en la década de 1970 de donde surgió gente como como Peter Weir (El show de Truman) y Gillian Armstrong (Mi brillante carrera). Sus películas no solo le consiguieron a casi todos trabajo en Hollywood sino que presentaron a Australia al mundo con sus paisajes desolados y sus personajes pintorescos.

George Miller, el creador de Mad Max