Salto Luis Alberto Pérez
A 15 años de que pasara el último tren por la localidad de San Antonio, una empresa familiar trata de incorporar a la oferta turística del país un hotel que tuvo su pasado como almacén de ramos generales por más de 100 años.
El majestuoso local construido en dos plantas y sótanos hace 130 años, que supo tener entre sus plantillas de trabajadores hasta 150 personas, hoy luce tanto en su interior como exterior transformado en un hotel de 20 amplias habitaciones con vista al campo y un entorno natural que sólo el transcurrir del tiempo se lo brinda.
El viejo almacén quedó como lo imaginó su fundador Pietro Ambrosoni, más que nada por el compromiso hacia sus mayores que asumió su biznieta Lil Palacio Ambrosoni de Alonso y sus cuatro hijos.
San Antonio se ubica a 20 kilómetros de la ciudad de Salto y hoy ya el ferrocarril es pasado para los habitantes del pueblo que, a diferencia de otros, han tenido la suerte de verlo crecer después que pasó el último tren por ser la zona una de las principales productoras de variedades hortifructícola, citrus y de leche.
"Estamos contentos con el emprendimiento. Nuestros primeros huéspedes han sido viajeros de Montevideo, de Buenos Aires y hace poco estuvo un matrimonio japonés con su hija que quedó impresionado con el local y sus alrededores", dijo Lil Palacio, la precursora de este proyecto turístico.
Palacio explicó que lo que hace con el hotel es en homenaje a su bisabuelo y a quienes después de su muerte siguieron con su idea y no por razones comerciales.
La bisnieta del italiano Pietro Ambrosoni explicó que "si no transformaba el almacén en un hotel, en este lugar no cabía otra cosa".
Otra opción era agarrar la piqueta y vender los materiales de demolición. "Pero eso es lo que le dije a mis hijos que era lo que no quisiera ver", contó Palacio.
HISTORIA. En el corazón de este pueblo, cuando corría el año 1878 Pietro Ambrosoni, un italiano llegado desde la Provincia de Como, abrió las puertas de un gigantesco local en el cual los comerciantes de las inmediaciones comenzaron a abastecerse. El almacén Ambrosoni se forjó en un punto estratégico por el pasaje del ferrocarril en sus líneas a la capital de Artigas, Bella Unión, Baltasar Brum y Termas del Arapey.
Con importaciones directas de un sin fin de productos, la instalación de la primera máquina de elaboración de fideos del departamento y una moderna panadería para la época, la Casa Ambrosoni comenzó a trascender y su influencia era tal en la región que las paradas de los trenes de cargas y de pasajeros en la estación frente al negocio eran de 45 minutos para carga, descarga y aprovisionamiento de los pasajeros.
Esta actividad de la familia Ambrosoni hasta la tercera generación se mantuvo hasta 1958. Después la explotación del almacén pasó a manos de otros empresarios hasta que cerró sus puertas con el pasaje del último tren en 1992.
La Casa Ambrosoni es mencionada en todas las publicaciones que tienen que ver con el departamento. Según se dice allí pernoctó por algunas noches Giussepe Garibaldi.
Túnel para protegerse de Saravia
Aparicio Saravia con su ejército estuvo acampando cerca de la Casa Ambrosoni en 1904. Para proteger a su familia, Pietro Ambrosoni construyó un túnel de 300 metros calzado en su totalidad con ladrillos y asentado en cal, para ser usado en caso de un ataque de las tropas del caudillo blanco. El túnel está intacto y se convierte en otro de los patrimonios del ahora hotel San Antonio que funciona con muebles, comedor y medios de transporte para traslados de recreación acordes a la época de fundación de la Casa.
Por información. El teléfono del hotel San Antonio es 07302002