Un ruralista que llegó al poder en años turbulentos

Muerte de Juan María Bordaberry. En los comienzos de su gobierno constitucional, las fuerzas militares y policiales derrotaron al MLN-Tupamaros. | En junio de 1973 disolvió las cámaras

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De origen ruralista y colorado antibatllista, Juan María Bordaberry llegó a la Presidencia de un gobierno en el que muy pronto se insinuó la tutela militar. Tras su remoción en 1976, se alejó de la política, pasó sus últimos años recluido y aquejado por su salud.

Nacido el 17 de junio de 1928, Juan María Bordaberry fue uno de los cuatro hijos del político colorado Domingo Bordaberry y Elisa Arocena.

Bordaberry siguió los pasos de su padre: estudió Derecho, desarrolló una carrera política y dedicó varios años a la actividad rural en Durazno. Además, participó de la vida gremial en la Asociación Rural del Uruguay, donde actuó como vocal y secretario general. En 1964, presidió la Liga Federal de Acción Ruralista.

A pesar de su origen colorado antibatllista, Bordaberry fue senador por el Partido Nacional entre 1963 y 1965, a causa de la alianza político-ruralista impulsada por el nacionalista Benito Nardone.

En 1969, aún en filas nacionalistas, fue designado como ministro de Ganadería del gobierno de Jorge Pacheco Areco, cargo que ocupó hasta 1971.

En las elecciones de noviembre de ese año, el Partido Colorado se impuso por escaso margen al Partido Nacional. Empero, fracasó el plebiscito para la reforma constitucional promovida por Pacheco Areco con fines reeleccionistas. Bordaberry asumió la Presidencia, por ser el delfín de Pacheco en caso de que la reforma no cristalizara.

En 1972, su primer año de gestión -signado por la crisis económica y la turbulencia social-, las fuerzas policiales y militares destruyeron el aparato del MLN-Tupamaros y otras organizaciones guerrilleras clandestinas. Mientras, los militares comenzaban a revelar sus ambiciones políticas.

El 9 de febrero de 1973, el Ejército y la Fuerza Aérea rechazaron la designación de Antonio Francese como ministro de Defensa. Ante el escaso respaldo de la ciudadanía y la pérdida del apoyo de la Armada Nacional a su llamado a "defender las instituciones", Bordaberry terminó suscribiendo con los militares el acuerdo de Boiso Lanza, que introdujo la tutela de la fuerzas armadas sobre los actos de gobierno. En los meses siguientes, Bordaberry se puso adelante del golpismo para "tratar de encauzarlo"; así lideró la disolución del Parlamento el 27 de junio del 73. Su idea de depurar la influencia marxista se extendió a la enseñanza, la administración, los sectores de izquierda, los sindicatos y la oposición.

Para 1975, algunos militares eran proclives a mantener a Bordaberry en la Presidencia. Bordaberry condicionó su continuidad a la instauración de un nuevo sistema constitucional, de inspiración franquista, que proponía la supresión de los partidos políticos y que formalizaba el papel de los militares en el gobierno.

Pero la iniciativa, que abrió un agudo debate en la interna del régimen, dejó solo a Bordaberry. Finalmente, la Junta de Oficiales Generales lo removió del cargo el 12 de junio de 1976, siendo sustituido en forma interina por Alberto Demicheli.

Desde entonces, Bordaberry dejó la política y se dedicó a la actividad rural. En mayo de 2005 se inició un proceso judicial que llevó a su detención en 2006. Al año siguiente, pasó a prisión domiciliaria aquejado por graves afecciones respiratorias.

Casado con Josefina Herrán Puig, el matrimonio tuvo nueve hijos, entre ellos Pedro Bordaberry, actual líder colorado.

Legislador: Bordaberry fue senador por el Partido Nacional entre los años 1963 y 1965.

Visiones sobre la destitución

1.Los militares y la Masonería

Bordaberry responsabilizaba de su remoción a los militares masones. El libro Estado de guerra, de Alfonso Lessa (1996), recoge en uno de sus pasajes el pensamiento de Bordaberry sobre el tema: "La masonería se movía detrás de todo eso (en 1975-1976). Hay militares masones, que se movían para el retorno a la democracia, en contra de mi manera de pensar (...). La revolución iniciada abiertamente en Francia en 1789 (...) es la rebelión contra la ley natural, es la rebelión contra Dios".

2.El cese, según las FF.AA.

El presidente "no acepta el futuro funcionamiento de los partidos políticos tradicionales. Entiende que estos no tienen cabida en el Uruguay del futuro (...). En cambio las Fuerzas Armadas no quieren compartir el compromiso, la responsabilidad histórica, de suprimir los partidos políticos tradicionales (...)", decía el comunicado de las FF.AA. sobre el cese. Además se incluía el rechazo general de Bordaberry al voto popular.

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