XIMENA AGUIAR
Entre los animales que fueron encontrados en el aeropuerto de Ciudad de México, y que estaban siendo traficados ilegalmente, había 12 escorpiones africanos, una araña australiana y una tarántula Goliath del Amazonas, decenas de tortugas de las especies caparazón blando y lagarto, y 18 especies de víbora, según informó la agencia de noticias EFE.
Un comunicado del gobierno mexicano informa que los "ejemplares de especies protegidas originarias de diferentes partes del mundo" llegaron a México "en un vuelo de la Aerolínea Continental, procedente de Montevideo, Uruguay con escala en Florida, Estados Unidos, cuya carga arribó el jueves 5 de junio". La carga no fue recogida, y el 9 de junio se revisó el contenido. Los animales fueron puestos a disposición de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente "para su rehabilitación y reintegración al hábitat natural".
Algunas de las especies halladas están entre las protegidas por el Convenio Internacional de Especies Silvestres (CITES) y por la normativa mexicana, por lo que se inició una investigación para determinar responsables, que pueden ser sancionados por "delitos contra el ambiente" con penas que van de uno a nueve años de prisión.
¡Caracoles! La Dirección Nacional de Aduanas uruguaya pidió información al gobierno de México para investigar el asunto. Como las especies provienen de otros países, es posible que hayan entrado al país como equipaje en tránsito.
El destino probable de estas especies sería Estados Unidos, aunque también hay un mercado interno en México, dijo Juan Villalba, naturalista que presidió Traffic Latinoamérica entre 1985 y 1995. Aunque el vuelo hizo escala en Estados Unidos, Villalba señaló que los sistemas de control en los aeropuertos en ese país son muy estrictos, por lo que es más probable que la carga estuviera en tránsito, y luego se ingresaría a través de la frontera terrestre con México.
Además, fuentes de Aduanas informaron que actualmente se está investigando una valija que contenía ejemplares de caracoles venenosos, que quedó abandonada hace unos días en el aeropuerto de Carrasco.
Uruguay, "fundamentalmente es usado como puerto de salida de productos de fauna silvestre de países vecinos", contó Villalba. El año pasado, Aduanas incautó en La Paloma un cargamento con miles de especies de peces tropicales de Brasil, que eran transportados en bolsas de nylon con agua dentro de valijas en la bodega de un ómnibus.
También se encontraron en 2007 dos envíos de correo que contenían 230 arañas pollito para ser vendidas en Europa. "En el mercado internacional de reptiles, insectos o arañas, compran los países desarrollados para tenerlos como mascotas, en terrarios. Hay coleccionistas en Europa, Estados Unidos, y Japón", dijo Villalba.
Mascotas, alimento o souvenirs
El tráfico de especies salvajes abarca tanto ejemplares vivos de animales o vegetales como los productos derivados de ellos (pieles, plantas disecadas, huesos, etcétera).
Se realiza por el valor económico que tienen las especies exóticas como mascotas o como ejemplares en colecciones, para vender sus partes para realizar diversas artesanías o artículos, o por su uso como ingredientes en preparaciones gastronómicas o medicinales.
Las especies raras de peces están en el primer lugar del tráfico internacional, tanto por los valores que alcanzan como por las cantidades traficadas, según la página web de la red de monitoreo Traffic.
El comercio internacional en especies en riesgo de extinción es regulado por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Silvestres (CITES), que suscribieron 173 países, entre ellos Uruguay.
El CITES establece diversos grados de protección para más de 30.000 especies de animales y plantas.