El procesamiento ayer de tres jóvenes —uno de ellos con prisión— por filmar y manosear a una joven en un descampado de Punta del Diablo, desnudó un vacío legal sobre delitos informáticos que obliga a la Justicia a apelar a figuras comunes previstas en el Código Penal para sancionar a los victimarios.
En los primeros días de enero de este año, cuatro jóvenes circulaban en una camioneta con matrícula de Soriano cuando observaron a una pareja manteniendo relaciones sexuales. Tres de ellos se bajaron del vehículo y comenzaron a filmarlos.
El hombre, que estaba con la adolescente, se subió una bermuda roja y se retiró presuroso del lugar. En el video, filmado por uno de los jóvenes y que fue reproducido a través de mensajes de Whats-App, la adolescente se negó varias veces a ser filmada.
La joven miró a quien la filmaba y le dijo: "Podés dejar de filmar el video ese, por favor". Pese a ello, la filmación continuó. Uno de los jóvenes señaló: "Esta va directa para Instagram". Otro hombre se bajó de la camioneta y se acercó a la adolescente. Luego de abrazarla, le tocó un pecho semidescubierto. La muchacha le sacó la mano.
Seguidamente quien filma prosiguió el diálogo. "Salí de acá", dijo ella. "Pará, en serio, por favor", insistió la joven al que filma.Sin embargo, éste se acercó nuevamente y djio: "Bo, ¿estás bien boluda? Mirá a la cámara (...) Saludá. De Instagram va para Twitter y de Twitter me lo publican en Facebook y después lo pasan para Whatsapp y de Whatsapp para Youtube y somos re popu. Mínimo un millón de reproducciones", agregó.
La joven interrumpió reiteradas veces elevando el tono de voz, diciendo: "No, en serio, por favor no".
Cuando los jóvenes se retiraron, la adolescente memorizó la matrícula, cuya chapa era de Soriano. La joven denunció a la Policía que había sido extorsionada por los jóvenes, quienes la amenazaron con colgar el video si no mantenía relaciones sexuales con ellos. En otra instancia, denunció que había sido manoseada.
Con ese dato, los policías de Rocha intensificaron la indagatoria al percibir que se trataba de un delito grave.
Los investigadores solicitaron colaboración a la Jefatura de Soriano que les proporcionó el nombre del propietario de la camioneta. Ahí se supo que éste residía en la ciudad de Pando, Canelones.
Efectivos de la Policía canaria, a pedido del Comando de la Jefatura de Rocha, se entrevistaron con el propietario de la camioneta. El hombre declaró que no había viajado a Rocha a fin de año e informó que había prestado el vehículo a uno de sus hijos.
Al mediodía del viernes 23, los cuatro jóvenes —luego se sumó un quinto vinculado a la camioneta— fueron trasladados a la Seccional 2° de La Coronilla, porque el descampado donde la joven fue filmada se encuentra dentro de su jurisdicción.
Ante la Policía, los jóvenes debieron confesar el delito, ya que habían sido identificados gracias la filmación. En tanto que el individuo que filmó fue ubicado porque efectivos de Delitos Informáticos de la Dirección de Lucha contra el Crimen Organizado identificó la IP de su computadora.
Uno de los tres procesados por este caso fue remitido a la cárcel porque tenía antecedentes por lesiones.
Arma informática.
El oficial principal Winston Andrés Rodríguez, encargado de la Sección Delitos Tecnológicos de la Dirección General de lucha contra el Crimen Organizado e Interpol, dijo que el ciberacoso "es bastante común" en Uruguay. En este último año, agregó, se han cuadruplicado las denuncias por este tema.
"En 2013 tuvimos un promedio de 120 denuncias y en 2014 lo hemos superado. Hemos pasado las 450 denuncias por temas similares a estos", dijo Rodríguez en una nota publicada en la web del Ministerio del Interior.
El oficial cree que las redes sociales son terreno fértil para la operativa de individuos con fines espurios e intenciones delictivas. "Se utiliza mucho esconderse detrás de un perfil, y chantajear, extorsionar, molestar a otras personas a través de perfiles falsos", señaló.
Al ser consultado por los grupos sociales o edades más vulnerables o más expuestos ante este tipo de flagelo, Rodríguez indicó que todas las personas pueden ser víctimas de un delito informático. "Pero las edades más vulnerables oscilan entre siete y 17 años", dijo.
"Sexting", "grooming", "pornovenganza"son prácticas que hasta poco eran desconocidas.
El "sexting" es el intercambio de fotos de contenido sexual por celulares que puede derivar en extorsión; el "grooming" es la obtención de grabaciones íntimas de niños con fines pornográficos y la "pornovenganza" es un método de represalia por traición o ruptura amorosa que consiste en difundir imágenes íntimas de una persona sin su consentimiento.
Uno de los casos más emblemáticos ocurrió el 8 de enero del año pasado cuando una joven desnuda fue filmada por varios hombres manteniendo sexo oral en el baño del camping de Santa Teresa.
También generó impacto la difusión de dos videos íntimos de la boxeadora Chris Namús a fines de septiembre del 2012. (Ver nota aparte).
El abogado penalista Diego Etcheverrito, quien participó en un caso ocurrido en 2014, dijo a El País que la Policía uruguaya carece de tecnología suficiente para encontrar al verdadero culpable y agregó que la Justicia "tiene poca experiencia" en este tipo de delitos.
"En muchos casos la propia víctima corre riesgo de sufrir una contrademanda", explicó Etcheverrito.
A principios del año pasado, un hacker de 20 años afectó una base de datos del Estado y no recibió ninguna sanción penal. La Justicia entendió que no tenía como tipificar su conducta. Preocupado por ese vacío legal, el gobierno envió un proyecto de ley al Parlamento que definía una serie de delitos informáticos. Entre los delitos tipificados figuran el acceso no autorizado, la suplantación de identidad y el uso de datos personales a través de medios abusivos o extorsivos.
El 31 de mayo del año pasado, el prosecretario de la Presidencia de la República, Diego Cánepa, dijo a El País que hay "impunidad" por la utilización del anonimato en las redes sociales. Enseguida agregó: "Habrá que buscar mecanismos que nos permitan proteger también algunos temas que son importantes como el honor de las personas que muchas veces queda rápidamente vituperado por la suplantación de identidad en las redes sociales".
Uno a prisión; a dos le imputaron atentado al pudor EDUARDO BARRENECHE