¿Y si me tomo un yogur vencido?

Consumo. Las fechas de vencimiento de los alimentos son demasiado estrictas, según expertos. Ante dudas, hay que apelar al sentido común.

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EL PAÍS DE MADRID

Ahí, en el primer estante de la heladera, esperan dos yogures. Vistazo rápido a la tapa: caducaron hace unos días. En algunos hogares irán directo a la basura. En otros, tras un sondeo visual y olfativo, acabarán en un estómago agradecido.

¿Ocurre algo por tomar un yogur pasado de fecha? ¿Y si se trata de otro tipo de producto?

La duración de los alimentos siempre fue tema de debate doméstico. Hay opiniones para todos los gustos, desde los estrictos a los temerarios. "El 18% de los europeos no sabe la diferencia entre fecha de caducidad y de consumo preferente", dice Frédéric Vincent, portavoz de Salud y Política de Consumo de la Comisión Europea. Tampoco sus implicaciones.

Ambos conceptos tienen que ver con la vida útil del producto. Pero no son equivalentes. Así, la fecha de caducidad indica hasta cuándo el alimento es seguro para el consumo. Un plazo que afecta a la comida perecedera -pescado, carne, lácteos, pastelería-, que suele aguantar de dos a 30 días. Una vez superado el límite, ni el fabricante ni las autoridades sanitarias garantizan su buen estado.

Sin embargo, no todos los productos caducan. "Quesos, encurtidos, helados, legumbres o congelados pueden durar, según el caso, hasta tres años", explican desde la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB).

Estos son los que llevan la etiqueta "consumir preferentemente antes de...", una leyenda que indica el momento a partir del cual el producto va perdiendo sus propiedades organolépticas: sabor, aroma y textura. Tiene menos cualidades, pero todavía es seguro.

"Hay alimentos, como las conservas o los cereales de desayuno, que, si no se abriera el envase, nunca caducarían. Por eso, al rechazar un alimento porque ha pasado su fecha de consumo preferente, muchas veces estamos rechazando alimentos perfectamente sanos y nutritivos y solo algo menos atractivos a la vista o al olfato", indica Marco Delgado, director de I+D (Investigación y Desarrollo) de nuevos productos de leche Pascual.

ESTRICTOS. Las fechas de vida útil de los productos las decide el propio fabricante, que en algunos casos sigue pautas de las autoridades sanitarias. Un límite -sobre todo el de caducidad- que a algunos les resulta demasiado riguroso. Es la opinión de la eurodiputada danesa Anna Rosbach, que cree que las normas sobre la fecha límite están "basadas en estrictos requisitos de calidad que obligan a desechar toneladas de alimentos aún aptos para el consumo`", dice en un informe presentado en el Parlamento Europeo.

"Las empresas sienten la necesidad de protegerse de los litigios y la pérdida de reputación, pero deberían analizar las consecuencias ambientales y sociales que tiene el aumento de los residuos de alimentos por fechas de expiración excesivamente prudentes", sostiene Tristram Stuart, profesor de Historia Medioambiental en la Universidad de Sussex.

Existen unos márgenes de seguridad en los alimentos una vez traspasada la fecha límite. Pero no importa solo el límite, ya que éste puede variar mucho en función de cómo se haya conservado el producto.

Tómese el caso del huevo, uno de los alimentos cuyo límite está regulado. La normativa marca que su fecha de consumo preferente es de 28 días tras la puesta. "Lo cierto es que podrían durar mucho más", informa Juan Gigante, director general de Dagu, empresa productora de huevos y ovoproductos. "Esa fecha se establece teniendo en cuenta condiciones muy adversas de conservación, pero si el huevo se mantiene en la cadena de frío puede estar en perfectas condiciones hasta bastante después de ese límite", sigue.

¿Son tan flexibles otros alimentos? Sobre la mesa, de nuevo, la típica incógnita del yogur, un alimento cuyo límite -explica Guy Tweedie, director de I+D de Danone España- también está regulado.

"La ley establece que hasta 28 días después de la fecha de fabricación se debe garantizar la viabilidad de los fermentos de estos alimentos, su composición nutricional y características sensoriales", sigue.

¿Ocurre algo entonces si se come un yogur vencido? "Para obtener todos los beneficios de los productos", responde Tweedie, "es recomendable consumirlos dentro de la fecha de consumo establecida por ley".

"Comer un alimento caducado es un riesgo. Una lotería, porque a partir de la fecha marcada pueden proliferar en el producto agentes infecciosos que en el momento del envasado estaban en una concentración inferior a la dosis mínima", dice el experto Carrascosa, del Centro de Investigaciones de Alimentación.

Más allá de la fecha de caducidad, hay productos más perecederos que otros. "Es el caso de alimentos ácidos, como las leches fermentadas o los yogures, que tienen menos posibilidades de ser invadidos por patógenos. Productos en los que es importantísimo la conservación y el estado del envase", apunta.

Según Carrascosa, los alimentos más sensibles son los de mayor contenido acuoso, lo que puede generar el desarrollo microbiano. "La miel, el jamón serrano o el vino son alimentos que no caducan", dice el experto. Aunque se pongan rancios.

Lo que debe imperar para el consumidor es el sentido común. Porque diga lo que diga la fecha de caducidad no es recomendable, por ejemplo, consumir productos tres días después de su apertura. Tampoco dejarlos al aire o someterlos a calor. "La seguridad alimentaria se refiere a mucho más que una mera fecha. También es clave cómo se almacenan y preparan los alimentos. Comer productos caducados es un riesgo, aunque muchos alimentos, si se mantienen suficientemente en frío y luego se cocinan de manera correcta, están perfectamente bien después de su fecha", sostiene Tristram Stuart.

Las fechas de consumo son del fabricante

Las fechas de consumo son del fabricante Según expertos, a veces los límites son demasiado estrictos. Comer un producto caducado no es recomendable, pero el yogur es de los alimentos menos perecederos.

"Consumir preferentemente antes de..."

Se usa para productos como quesos, encurtidos y congelados que pueden llegar a durar hasta tres años.

Las cualidades se pierden pero son seguros

Después de la fecha de consumo sugerida el alimento pierde sabor aroma y textura pero aún es seguro

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