En los primeros años de la época colonial, la bahía de Montevideo era un fondeadero muy hospitalario. Sin embargo, tenía en el fondo mucha roca pequeña que eran las estribaciones pedregosas de la Cuchilla Grande, cuya península iba de la calle Buenos Aires a Piedras desde Río Branco.

Para poder utilizar aquella bahía como puerto, los primeros habitantes de Montevideo desembarcaban mercaderías de buques grandes a pequeños botes y luego utilizaban carretas de ruedas inmensas tiradas por bueyes o mulas para trasladar la carga a la ciudad.

Las aguas del Río de la Plata cubrían lo que hoy es la calle 25 de Agosto y también tomaban algunas partes de la calle Piedras de la Ciudad Vieja.

Pese a que su lecho en algunas partes era pedregoso como se dijo, Montevideo contaba, en sus primeros años de la época colonial con una bahía protectora de forma de herradura privilegiada. Por ello la Corona española seleccionó a Montevideo a lo largo del Atlántico Sur para establecer su base naval estratégica defensiva. A partir de 1776, Montevideo se convirtió en el Apostadero Naval, el mejor de todos los puertos atlánticos.

Cincuenta años más tarde ya se estaban tendiendo muelles de madera a la altura de la calle Maciel y comenzaba a pergeñarse el gran puerto uruguayo cuya construcción comenzó en 1901. Desde esa época a la actual, los emprendedores -la mayoría de ellos extranjeros- le ganaron 200 hectáreas al mar.

Hoy el puerto de Montevideo vive un nuevo empujón. Las obras de ampliación de la Terminal Cuenca del Plata (TCP), consorcio integrado por la belga Katoen Natie (80% de las acciones) y la Administración Nacional de Puertos (20%), dragaron 2.200.00 millones de metros cúbicos de lodos y extraerán otros 200.000 metros cúbicos de rocas a través de dragas de corte y voladuras con explosivos.

En 2001, cuando comenzó la concesión del Estado para gestionar una terminal especializada en contenedores, la Terminal Cuenca del Plata contaba con una superficie de solo ocho hectáreas.

Durante las obras de expansión de la playa de contenedores comenzadas en 2022, el consorcio ganó al mar 28 hectáreas. Y, en los trabajos de dragados y rellenos cuya finalización está prevista para 2025, obtendrá otras 23 hectáreas. Es decir, la obras de la Terminal Cuenca del Plata ganarán un total de 51 hectáreas a la bahía de Montevideo.

Para realizar esos trabajos en el fondo marino, TCP contrató al consorcio belga Jan de Nul que realiza trabajos de dragados en varias partes del mundo. En Dubái, por ejemplo, Jan de Nul construyó una isla artificial.

En el puerto capitalino ya operan dragas de corte de rocas de gran porte de Jan de Nul, así como también otras máquinas que retiran lodos del lecho de la bahía.

El jueves 18 pasado, en un mensaje dirigido a la comunidad portuaria, la Administración Nacional de Puertos señaló que, en el marco de las obras de ampliación de la Terminal Especializada de Contenedores, a partir de la fecha se comenzarán los trabajos de perforación y voladura de roca en el lecho marino.

Las obras implicarán una única perforación diaria prevista para las 15 horas de cada día.

El comunicado agrega que no se afectará el acceso terrestre ni las operaciones en general, sin perjuicio de las restricciones que la Terminal Cuenca del Plata establezca dentro de la terminal especializada.

Un informe del consorcio belga Katoen Natie, al que accedió a El País, expresa que el objetivo del proyecto procura aumentar la capacidad operativa de la terminal a fin de constituir al puerto de Montevideo en un “hub” regional para la operativa de contenedores. Un puerto “hub” recibe cargas de países de la zona y las envía a otras regiones.

Las obras permitirán al puerto de Montevideo recibir barcos de última generación gracias al incremento de la profundidad del muelle de TCP, explicó a El País una alta fuente del consorcio.

El proyecto consiste, además, en la ampliación de la playa de contenedores existente y la construcción de un nuevo muelle de aproximadamente 730 metros de largo y una profundidad máxima de 17 metros.

Esa profundidad permitirá la operación de embarcaciones que posean un calado de hasta 14 metros.

La capacidad anual actual de la terminal portuaria es de aproximadamente 1.000.000 teus, pudiendo operar embarcaciones con calado hasta 14 metros. Sin embargo, el calado real está limitado al que permite la profundidad de dragado del canal de acceso y zonas de maniobra cuya responsabilidad es de la Administración Nacional de Puertos.

Al finalizar las obras de infraestructura, la Terminal Cuenca del Plata estima que la capacidad operativa anual aumentará hasta un rango de 2.600.000 a 3.000.000 teus.

Para poder aumentar la profundidad del canal de acceso, el gobierno uruguayo deberá alcanzar un acuerdo con Argentina, el que está trabado por el momento.

El compromiso gubernamental de aumentar la profundidad del canal de acceso al puerto no es solo con TCP/Katoen Natie sino también con UPM y la Terminal de Graneles Montevideo (Obrinel S.A.).