Redacción El País
Hoy, 24 de febrero, se cumplen dos años de la guerra provocada por la invasión rusa a Ucrania. La fecha encuentra al país invadido clamando por más ayuda de sus aliados occidentales, y a Rusia recuperando la ofensiva del inicio de la guerra.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, reconoció ayer viernes esta situación, al instar a los republicanos en el Congreso a aprobar el paquete de ayuda militar para Ucrania.
“El tiempo se agota. Valientes soldados ucranianos y civiles están muriendo. Rusia está conquistando territorio ucraniano por primera vez en muchos meses”, afirmó Biden en un discurso en la Casa Blanca.
En octubre, Biden pidió al Congreso la aprobación de un nuevo paquete de ayuda, que incluye 60.000 millones de dólares para Ucrania, así como fondos para Israel y Taiwán.
El Senado, dominado por los demócratas, aprobó un proyecto de ley valorado en 95.000 millones de dólares con ayuda para Ucrania, Israel y Taiwán con apoyo de los dos partidos, ya que 22 republicanos, incluido el líder de esa fuerza política en la Cámara Alta, Mitch McConnell, votaron a favor de la iniciativa.
El siguiente paso era que la Cámara Baja, dominada por los republicanos, sometiera a voto ese proyecto de ley, pero el presidente de ese hemiciclo, el republicano Mike Johnson, dio a los legisladores vacaciones durante dos semanas y no llegó a someter la medida a votación.
Esa táctica de Johnson ha provocado el enfado de Biden, quien en varias ocasiones ha criticado con dureza que los legisladores se hayan ido de vacaciones, ignorando la guerra en Ucrania.
“Los congresistas tienen que volver y terminar el trabajo. No ayudar a Ucrania en este momento crítico será algo que la Historia nunca olvidará. Tendrá un impacto que se extenderá durante décadas”, clamó ayer el mandatario. “No podemos marcharnos ahora”, dijo Biden.
“Ahora es el momento de que nos mantengamos firmes con Ucrania y unidos con nuestros aliados y socios. Ahora es el momento de demostrar que Estados Unidos defiende la libertad y no se inclina ante nadie”, escribió el presidente.
Según la Casa Blanca, Estados Unidos ya se ha quedado sin fondos para enviar a Ucrania las municiones y otro armamento que necesita para la guerra contra Rusia.
El Ejecutivo de Biden ha afirmado que carece de un “plan B” para asistir a Ucrania, y que la única solución radica en que el Congreso, el único órgano con autoridad para aprobar presupuestos, se decida a seguir enviando ayuda militar a Ucrania.
En el bando ruso, oficialmente el régimen de Vladimir Putin se muestra fuerte. Ayer Putin ensalzó la labor de los “héroes” que combaten en Ucrania y el rearme de Rusia.
Cada 23 de febrero, Rusia festeja el “Día de los Defensores de la Patria”, que este año coincide con varios éxitos militares de las fuerzas rusas en Ucrania. En un video, Putin, con tono solemne, rindió homenaje a los “participantes en la operación especial” en Ucrania que, según él, “combaten por la verdad y la justicia” al “defender a Rusia”.
“Ustedes son nuestros auténticos héroes del pueblo”, declaró Putin, quien, como cada año, visitó la tumba del soldado desconocido, a los pies de la muralla del Kremlin.
Por su parte, el ejército ucraniano, debilitado por el bloqueo de la ayuda estadounidense, el fracaso de su contraofensiva en el verano boreal y una escasez de municiones cada vez más acentuada, enfrenta una situación “extremadamente difícil”, según el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski.
Hace una semana, su ejército tuvo que ceder la ciudad de Avdiivka, en el frente oriental, que fue tomada por los rusos.
Zelenski instó al Congreso estadounidense a aprobar el paquete de ayuda para su país, en una entrevista difundida el jueves por Fox News, la cadena favorita de los republicanos.
Según fuentes estadounidenses, Rusia habría registrado hasta 120.000 bajas en Ucrania, pero reclutó cerca de medio millón de efectivos en 2023 y unos 53.000 en enero de este año, según cifras oficiales.
A tres semanas de las elecciones presidenciales en Rusia, que tendrán lugar el 15, 16 y 17 de marzo, Putin aborda el segundo aniversario del inicio de la invasión a Ucrania desde una posición favorable, después de un 2022 marcado por varias retiradas humillantes del ejército ruso.
Pero no todo fueron malas noticias para Ucrania en el segundo año de la guerra. El Ejército, pero principalmente la inteligencia militar, han logrado asestar duros reveses a la retaguardia rusa, principalmente a la Armada rusa.
Con misiles y drones navales y aéreos de fabricación propia, Ucrania ha logrado destruir desde el comienzo de la guerra un tercio de los buques de la Flota del mar Negro, que tanto daño le causó en los primeros meses de hostilidades.
Gracias a ello, el principal puerto ucraniano, Odesa, parece a salvo.
Apenas un 10% de los europeos cree que Ucrania puede derrotar militarmente a Rusia, reveló un sondeo divulgado el pasado miércoles. El sondeo del centro de reflexión política Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, realizado en enero en 12 países de la Unión Europea (UE), mostró que un 20% de los encuestados cree que Rusia podría vencer, y un 37% piensa que el conflicto terminará en un acuerdo entre los dos países.
Geográficamente, los habitantes de Polonia, Suecia y Portugal son los más optimistas, aunque con un escaso 17% que creen en la victoria ucraniana.
En el otro extremo, húngaros (4%) y griegos (2%) son los más pesimistas sobre las posibilidades de un triunfo militar ucraniano. El 31% de los húngaros y el 30% de los griegos señalaron una victoria militar rusa. (Con información de AFP y EFE)
OTAN
La OTAN insistió ayer viernes en la importancia de mantener el apoyo a Ucrania durante una ceremonia en su sede en Bruselas. El vicesecretario general de la Alianza, Mircea Geoana, destacó los éxitos cosechados por Ucrania en el campo de batalla desde la invasión y subrayó el compromiso permanente de la OTAN con el país.
“La guerra sigue por un pequeño hombre”, dijo Estados Unidos
Los países occidentales expresaron ayer viernes su apoyo a Ucrania en una sesión especial de la Asamblea General de la ONU con motivo del segundo aniversario de la invasión de Rusia.
Numerosos cancilleres y representantes gubernamentales, comenzando por el ministro de Exteriores ucraniano, Dmitro Kuleba, se presentaron en la reunión, que precedió a una sesión del Consejo de Seguridad.
Kuleba fue el primero en tomar la palabra y denunció que los dos años de guerra en su país, que suponen “un desangramiento en el corazón de Europa”, han llevado a un deterioro de la seguridad global, “y cada vez más guerras y conflictos prenden en el mundo”.
El canciller ucraniano acusó a Rusia de “ignorar la voluntad de la mayoría” mientras los diplomáticos rusos miraban distraídos sus teléfonos.
“Hay una frase que he oído por ahí últimamente: la fatiga ucraniana, que pasados años de esta guerra nos fallan el apoyo y la atención”, dijo la embajadora estadounidense en la ONU, Linda Thomas-Greenfield, quien reivindicó “no insensibilizarnos ante la lucha del pueblo ucraniano”. Consideró que la guerra en Ucrania sigue solo “por un pequeño hombre” y por las “falsas nociones de que debemos estar de acuerdo en todo para hacer algo, y que atajar este problema implica ignorar otros”, citando la guerra de Israel contra Hamás.
“Que Putin pague por las muertes”
Estados Unidos apuntó a más de 500 personas y organizaciones de varios países en su mayor ronda de sanciones contra Rusia desde que invadió Ucrania hace dos años y en respuesta a la muerte en prisión del opositor ruso Alexéi Navalny.
Tres funcionarios rusos figuran entre los sancionados por Estados Unidos por su implicación en esta muerte.
“Si Putin no paga el precio de la muerte y destrucción (que provoca), seguirá adelante”, advirtió ayer viernes el presidente de Estados Unidos, Joe Biden.
Empresas de 26 Estados y nacionales de 11 países, entre ellos China y Alemania, figuran entre los más de 500 individuos y organizaciones sancionados por alimentar la maquinaria bélica rusa o ayudar al gobierno a eludir las sanciones internacionales. Washington bloquea sus activos en Estados Unidos y les veta el acceso a visa.
El Departamento de Comercio ha añadido más de 90 empresas a su lista negra.
Esto eleva a más de 4.000 las entidades y personas sancionadas por Washington desde el inicio de la guerra.
El objetivo de estas sanciones es limitar los recursos financieros de que dispone el gobierno ruso para financiar la guerra contra Ucrania.
El sistema de pago ruso Mir también ha sido sancionado. Las tarjetas Mir, desarrolladas en 2015 en respuesta a las sanciones occidentales tras la anexión de Crimea en 2014, permiten a los rusos realizar pagos y retirar dinero en países extranjeros.
Según la secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, Putin “ha hipotecado el presente y el futuro del pueblo ruso”. “El Kremlin opta por reorientar su economía hacia la fabricación de armas para matar a sus vecinos lo más rápidamente posible, a expensas del futuro económico de su propia población”, añadió.
Por su parte, los países de la UE han acordado un decimotercer paquete de sanciones y Reino Unido ha tomado medidas contra más de 50 personalidades y empresas y ha anunciado nuevas entregas de misiles a los ucranianos.