Hartlepool
El británico que fingió que se había ahogado en el mar y que reapareció más de cinco años después en Londres fue inculpado formalmente hoy de los cargos de fraude, mientras su mujer, arrestada el domingo a su regreso de Panamá, es interrogada por la policía.
John Darwin, un ex guardia de prisión de 57 años, compareció el lunes brevemente en un tribunal de Hartlepool, en el noreste de Inglaterra, donde fue acusado de fraude y de haber dado declaraciones falsas para obtener un pasaporte.
El hombre, que sólo habló para confirmar su nombre y fecha de nacimiento, escuchó impasiblemente la lectura en el tribunal de los cargos de "engaño con el fin de obtener" 25.000 libras (50.000 dólares) por un seguro de vida, y para hacerse con un pasaporte.
Darwin, que desapareció el 21 de marzo del 2002 en el mar del Norte tras salir a navegar en una canoa, permanecerá en prisión al menos hasta el viernes, cuando volverá a comparecer ante el tribunal, mediante un vínculo de vídeo.
La fiscal, Sue Jacobs, dijo que la fiscalía se opondrá a un pedido de fianza.
El hombre fue arrestado el martes, cuatro días después de que se se presentó en una comisaría de Londres identificándose como desaparecido y asegurando no recordar nada de lo que había hecho los últimos años.
Su "viuda" Anne Darwin, de 55 años, que en un principio aseguró que estaba "sorprendida y feliz" al saber que su marido "había regresado de entre los muertos", fue detenida el domingo en el aeropuerto de Manchester, a su regreso desde Panamá, vía Miami.
Confrontada con una foto de la pareja, tomada el año pasado en Panamá, la mujer acabó reconociendo que sabía desde hace varios años que su esposo estaba vivo.
Dijo que Downey se había hecho pasar por muerto acuciado por las deudas, y que se había escondido unos años en la casa donde vivían, en Seaton Carew, Hartlepool.
La "viuda" - que cobró un seguro de vida, vendió las propiedades de la pareja y se instaló en Panamá, hace unos dos meses, con su marido - fue arrestada inmediatamente tras bajar del avión, por "sospechas de fraude".
La pareja había comprado un bonito apartamento en la ciuad de Panamá, y casi 200 hectáreas de selva virgen en ese país.
"Es el lugar más hermoso que se pueda imaginar, muy verde, muy salvaje. Ibamos a construir una casa para nosotros y algunas cabañas de madera para huéspedes", declaró la mujer el domingo, en el avión en que regresó a Gran Bretaña, acompañada por reporteros de dos diarios británicos.
"Fue un bonito sueño, mientras duró", declaró la mujer, que trabajaba, antes de trasladarse a Panamá como recepcionista en un gabinete de médicos.
Sobre su futuro en Gran Bretaña, la "viuda" confesó al diario Daily Mail que estaba asustada.
"Vendimos la casa, y no tengo donde vivir y nadie adonde ir". "Estoy segura que tendré que devolver el dinero que obtuve por la muerte de John. Y no sé si nadie me va a querer dar un trabajo", agregó.
El domingo por la noche, la pareja durmió en dos celdas separadas.
Los dos hijos de la pareja, Anthony, de 29, y Mark, de 31, han declarado públicamente que no quieren ningún contacto con sus padres, que los engañaron haciéndoles creer que su padre estaba muerto.
El sargento Iain Henderson, de la policía de Cleveland (noreste de Inglaterra), se abstuvo por ahora de precisar si la investigación va a ser ampliada a otros miembros de la familia.
AFP