EFE, AFP
Dos días después de la muerte del presidente Ebrahim Raisí, Irán inauguró ayer martes la nueva Asamblea de Expertos, el órgano compuesto por 88 clérigos encargado de elegir al líder supremo de la República Islámica, cargo que ocupa Ali Jameneí, de 85 años. Al acto asistieron 83 de los 88 miembros que forman el organismo con los asientos vacíos de los fallecidos: el presidente Raisí y el líder de los rezos de los viernes de la ciudad de Tabriz Mohammad-Ali Al-Hashem. En el asiento de Raisí se colocó una foto del mandatario y flores.
La actual composición del organismo es el resultado de la votación del 1 de marzo, que se realizó a la vez que los comicios legislativos, y que contó con la participación más baja en la historia de la República Islámica con un 41%.
El organismo se elige por un periodo de ocho años, lo que concede a la recién inaugurada asamblea una gran importancia ya que el actual líder supremo Ali Jameneí acaba de cumplir 85 años.
La Asamblea de Expertos también tiene la misión de supervisar la labor del líder y cuenta con el poder de sustituirlo, algo que no ha ocurrido nunca.
Funerales de Raisí
En tanto, decenas de miles de iraníes rindieron homenaje ayer a Raisi, cuya muerte en un accidente de helicóptero abrió un período de incertidumbre política que culminará con elecciones el 28 de junio para designar a su sucesor.
Sus exequias comenzaron por la mañana en Tabriz, una importante ciudad del noroeste de Irán, cerca de la cual Raisi falleció el domingo en un accidente de helicóptero, junto a otras siete personas. Hoy miércoles se le rendirán honores en la capital y mañana jueves en su ciudad natal, Mashhad, donde será enterrado.
Raisi fue elegido en 2021 en la primera vuelta de unos comicios marcados por una abstención récord para unas presidenciales y por la ausencia de una oposición de peso. Ataviado siempre con un turbante y un largo abrigo negro religioso, Raisi sucedió al moderado Hassan Rohani.
Raisi era considerado uno de los favoritos para suceder a Jamenei.
Impunidad
Oenegés y opositores iraníes lamentaron ayer que la muerte Raisi le haya evitado rendir cuentas por los crímenes.
Raisi, nacido en 1960, escaló rápidamente en el organigrama del poder iraní tras la revolución islámica de 1979, y fue nombrado fiscal general de Teherán en 1989. En 2004 fue ascendido a jefe adjunto del poder judicial, cargo que ocupó durante diez años.
Los defensores de los derechos humanos acusan a Raisi de haber supervisado ejecuciones masivas de prisioneros ya en el año 1988. “Ebrahim Raisi era un símbolo de la impunidad judicial para los criminales, y de la ausencia de responsabilidad en la República islámica”, dijo a AFP Mahmood-Amiry Moghaddam, director de Iran Human Rights (IHR), con sede en Noruega. “Debería haber sido procesado por crímenes contra la humanidad”, añadió Moghaddam.
Otras oenegés, como Amnistía Internacional, acusan desde hace tiempo a Raisi de haber integrado un “comité de la muerte” compuesto de cuatro personas, que aprobó la ejecución de miles de presos políticos en 1988, en su mayoría miembros del opositor Muyahidines del Pueblo Iraní (MEK), prohibido en Irán.
En septiembre de 2020, un grupo de siete relatores especiales de la ONU escribió al gobierno iraní para pedirle que rindiera cuentas sobre esas ejecuciones, al considerar que podían ser asimilables a “crímenes contra la humanidad”.
En 2022 el gobierno Raisí desató una ola de represión para atajar las manifestaciones por la muerte de la joven Mahsa Amini, mientras estaba detenida por no cumplir con los criterios de vestimenta impuestos a las mujeres. A inicios de este año, una investigación de la ONU indicó que Irán había cometido crímenes contra la humanidad por la “represión violenta” de dichas manifestaciones y la discriminación contra las mujeres.