EFE
El Gobierno de los talibanes elevó ayer a 342 los muertos y a más de 1.630 los heridos en devastadoras inundaciones que han afectado especialmente al norte de Afganistán, donde autoridades y organizaciones no gubernamentales trabajan a contrarreloj para repartir ayuda.
La mayoría de las víctimas mortales se concentran en la provincia norteña de Baghlan, con 315 fallecidos en distintas zonas de la región, afirmó el Ministerio de Refugiados y Repatriación en un comunicado.
“Unas 1.630 personas han resultado heridas y más de 2.665 hogares han sido destruidos total o parcialmente en las inundaciones súbitas en la provincia de Baghlan”, añadió el Ministerio.
En medio del caos desatado por días de lluvias incesantes y unas inundaciones que sepultaron poblados enteros y destruyeron infraestructuras clave, como puentes y carreteras, los talibanes han afirmado que el número de víctimas podría seguir aumentando.
“Teniendo en cuenta el número de víctimas y de pérdidas en las inundaciones, un gran número de personas en Baghlan y en otras provincias como Badakhshan o Takhar (...) necesitan ayuda humanitaria urgente”, señaló el Ministerio. Los equipos de gestión de desastres bajo el mando de los talibanes, que se hicieron con el control del país en agosto de 2021, están repartiendo tiendas de campaña y comida a los supervivientes.
El Programa de Alimentos de las Naciones Unidas (PMA) en Afganistán afirmó que la mayor parte de la provincia de Baghlan es inaccesible con camiones.
“La PMA ha tenido que recurrir a cualquier alternativa para hacer llegar comida a los supervivientes, que lo han perdido todo”, dijo en la red social X la agencia de la ONU, mostrando burros cargados con sacos de harina.
Algunos habitantes locales criticaron la respuesta gubernamental y de las organizaciones internacionales, muchas de las cuales han reducido su presencia significativamente en Afganistán.
Afganistán es uno de los países más vulnerables del mundo al cambio climático y el menos preparado para adaptarse, de acuerdo con un informe de la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), a lo que se suma la interrupción de buena parte de las ayudas internacionales y la congelación de los fondos del país tras el retorno de los talibanes al poder.
Unión Europea
La UE envió ayer a Afganistán 97 toneladas de suministros vitales para que las organizaciones humanitarias los distribuyan entre la población afectada por las fuertes inundaciones.
“Mientras nuestros socios humanitarios dan la primera respuesta a las inundaciones en Afganistán, un nuevo vuelo del puente aéreo humanitario de la UE ha aterrizado en Kabul, trayendo 97 toneladas de suministros vitales”, explicó el comisario europeo de Gestión de Crisis, Janez Lenarcic, en la red social X.
El gobierno talibán afirmó que dos docenas de vuelos permitieron evacuar a cientos de heridos, enviar a médicos y más de 7.000 kilos de ayuda a la provincia de Baghlan, la más afectada. Pero pese a la movilización general y al estado de emergencia declarado en todo el noreste del país, las inundaciones y la geografía accidentada complican las labores.
“Tuvimos que utilizar todas las alternativas posibles para llevar alimentos a los sobrevivientes que perdieron todo”, indicó el Programa Mundial de Alimentos (PMA) en la red social X, con una foto de burros cargados con sacos de harina.