Agricultores franceses suman presión a Macron bloqueando con tractores las autopistas de París

El sector denuncia caída de los ingresos, la inflación de las normas ambientales y la competencia extranjera, especialmente el acuerdo que negocian la UE y los países del Mercosur.

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La protesta de agricultores se desinfla en Francia, aunque todavía hay 40 bloqueos activos
Los agricultores franceses perturbaron durante varias horas el tránsito de la capital francesa.
Foto: EFE

AFP, EFE
Agricultores franceses cumplieron su amenaza y empezaron a bloquear ayer lunes, a bordo de tractores, varias autopistas en torno a París para denunciar su situación económica, en un pulso cada vez más tenso con el gobierno.

Al norte y al sur, al este y al oeste, el tráfico quedó perturbado en ocho autopistas alrededor de la capital de la segunda economía de la Unión Europea, con tramos cerrados a unas decenas de kilómetros de París, según el sitio web Sytadin.

Los agricultores permanecerán en estas carreteras día y noche “el tiempo que haga falta”, dijo Luc Smessaert, vicepresidente del sindicato agrario mayoritario Fnsea, mientras los campesinos organizan campamentos improvisados en la región parisina, con fardos de paja, cisternas de agua y aseos portátiles.

El sector denuncia la caída de los ingresos, las bajas pensiones, la complejidad administrativa, la inflación de las normas ambientales y la competencia extranjera, especialmente, el acuerdo que negocian la UE y los países del Mercosur.

La Fnsea y sus aliados de los Jóvenes Agricultores habían llamado a un “cerco de la capital por una duración ilimitada” para presionar al gobierno, cuando se cumplen 11 días de protestas.

El sector consideró insuficientes las medidas anunciadas el viernes por el primer ministro, Gabriel Attal, como suprimir el aumento de la tasa del diésel de uso no agrícola y ayudas a sectores en crisis.

Símbolo de la creciente presión, el presidente francés, Emmanuel Macron, se reunió con varios de sus ministros tras permanecer en segundo plano durante las protestas, y la vocera gubernamental, Prisca Thevenot, adelantó que habrá nuevas medidas hoy martes.

Además, Macron abordará el jueves con la titular de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el acuerdo comercial UE-Mercosur, a cuya firma en su forma actual se opone.

El sector agropecuario es culturalmente importante en la séptima economía mundial, aunque su peso en el PIB retrocedió fuertemente desde el 18,1% en 1949, en el período de reconstrucción posterior a la Segunda Guerra Mundial, al 2,1% en 2022, según datos oficiales.

Las autoridades han evitado frenar las protestas, pero ahora se movilizaron 15.000 policías y gendarmes para garantizar el acceso a los aeropuertos parisinos y al importante mercado mayorista de Rungis, a unos siete kilómetros de París, adonde se dirigió un convoy de tractores.

Una unidad antidisturbios de la gendarmería con varias tanquetas había tomado posiciones en la mañana de ayer en torno al mercado de abastos de Rungis, el más importante de Francia.

“No somos bandidos. Solo queremos respuestas, porque este es nuestro último convoy, nuestra última lucha por los agricultores (...). Es una cuestión de supervivencia”, dijo a AFP Karine Duc, miembro del sindicato de Coordinación Rural.

Francia ha perdido en 50 años tres cuartas partes de sus agricultores y ganaderos y recurre cada vez más a las importaciones: un pollo de cada dos viene del extranjero, así como el 60% de frutas. En total, más de 3.000 agricultores estaban movilizados el lunes en toda Francia, un tercio en el suroeste, según una fuente policial.

Aunque estos recibieron muestras de apoyo en los últimos días, las ONG ecologistas y el sindicato agrario Confederación Campesina temen que se rebajen las normas ambientales, como el uso de pesticidas, y ponen el foco en una mejor remuneración y en el fin de los tratados de libre comercio.

Más allá de Francia, la ira agraria se oyó en países de la UE como Alemania, Polonia y Rumania. El domingo, agricultores belgas a bordo de tractores bloquearon una importante autopista pidiendo cambios en la Política Agrícola Común (PAC) europea.

“No es un problema de precios. Esto es un problema de costes de producción que nos llevan a la ruina”, dijo en la radio española Cope el líder del sindicato agrícola Asaja, Pedro Barato, avanzando protestas en España, a partir de la próxima semana.

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