Redacción El País
Al menos diez personas murieron y 21 se encuentran desaparecidas por las intensas lluvias registradas en el estado brasileño de Río Grande del Sur, fronterizo con Uruguay, dijeron ayer miércoles las autoridades.
Las precipitaciones obligaron a desalojar a 3.393 personas en más de cien municipios del estado. Muchos fueron trasladados a refugios, señaló Defensa Civil. El organismo reportó también 11 heridos y 19.110 afectados.
“Seguimos trabajando intensamente para localizar los desaparecidos y garantizar la seguridad de las comunidades en áreas de riesgo”, dijo ayer por la tarde gobernador del estado, Eduardo Leite, en la plataforma X. “Lamentablemente, todavía hay previsión de más lluvias”.
Los decesos ocurrieron en las localidades de Encantado, Itaara, Pantano Grande, Paverama, Salvador do Sul, Santa Cruz do Sul, Santa Maria y Segredo, señaló un portavoz de Defensa Civil.
Las persistentes precipitaciones han dejado localidades aisladas por la caída puentes y el hundimiento de carreteras.
Las autoridades lanzaron un pedido a la ciudadanía de abstenerse de circular por al menos 20 sectores de carreteras del estado por bloqueos o riesgo de derrumbe.
Defensa Civil concentra desde el martes sus esfuerzos en el rescate de familias atrapadas en sus viviendas, en muchos casos en los techos.
Leite solicitó al gobierno federal ayuda con aeronaves para el rescate de estos afectados y dijo que están movilizando equipos de respuesta rápida para actuar en situaciones “que presentan riesgo de vida”.
Sinimbu, un poblado de unos 10.000 habitantes en el centro de Río Grande del Sur, se encuentra bajo agua, con calles y avenidas convertidas en ríos, mostraron imágenes en medios locales.
Su alcaldesa, Sandra Backes, dijo que estaban sin internet, agua ni luz y calificó la situación como “una pesadilla”.
“Sinimbu está en un escenario de guerra, completamente destruida (...) Todas las tiendas, comercios, supermercados, todos están arrasados”, dijo en un video publicado en Instagram.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva ordenó el martes el envío de ayuda y atribuyó la situación de desastre al “cambio climático que afecta el planeta”. [AFP]