Al menos 12 grandes ríos de Brasil se están secando, un problema que está afectando a países vecinos

Estudio del laboratorio de la Universidad Federal de Alagoas indica problemas en la Amazonia, Centro-Oeste y Sudeste. Al menos nueve centrales hidroeléctricas se ubican en los cauces afectados.

Compartir esta noticia
Imagen de la UHE Estreito, sobre el río Tocantins
Imagen de la UHE Estreito, sobre el río Tocantins
Foto: Consórcio Estreito Energia

O Globo/GDA
Un estudio del Laboratorio de Análisis y Procesamiento de Imágenes de Satélite (Lapis), de la Universidad Federal de Alagoas (UFAL), muestra que los ríos más grandes de Brasil se están secando. La actual sequía afecta al 55% del territorio nacional y es la más extensa jamás registrada, alcanzando los 4,6 millones de km².

Mediante satélite, el laboratorio detectó una reducción en el caudal de ríos, lagos y embalses en las regiones centro-oeste, sudeste y Amazonía.

Al menos 12 grandes ríos ya están afectados. En la lista de mayor reducción de volumen de agua están los ríos Manso, Paranaíba y Jequitinhonha, en Minas Gerais; Tocantins, entre los estados de Tocantins y Maranhão; y el río Paraná, en el tramo entre São Paulo y Mato Grosso do Sul.

Centro de la tercera cuenca hidrográfica del país, el río São Francisco, que nace en Minas Gerais y desemboca en el mar en Sergipe, ya vio reducido su caudal en un 60% en las últimas tres décadas.

En la Amazonía, el estudio registra las reducciones más significativas en los ríos Mamiá, en Coari, Tefé y Badajós. Todos cruzan el estado de Amazonas. Tefé tiene alrededor de 350 km de largo y forma el lago de Tefé antes de desembocar en el río Solimões. El río Badajós es un afluente de la margen izquierda del Solimões.

El río Mamiá, a su vez, está rodeado por una superficie de 30 mil hectáreas de bosque nativo preservado. Los estudios demuestran que el lugar alberga 50 millones de árboles, hogar de alrededor de 208 especies, incluidas varias en riesgo de extinción, como el tucán de pico negro y el mono araña de cara negra.

Los residentes recogen agua en un banco de arena en el río Madeira, en el Amazonas, el sábado pasado
Los residentes recogen agua en un banco de arena en el río Madeira, en el Amazonas, el sábado pasado
Foto: Michael Dantas/AFP

Las actividades dependen de los ríos

Según el profesor Humberto Barbosa, responsable del estudio, los principales ríos de Brasil registran niveles muy bajos debido a la sequía, como ocurre en el Amazonas, que perjudica a todos los brasileños, que dependen de ellos para diversas actividades.

Controlar el nivel del agua de ríos, lagos y embalses es importante para el suministro humano y animal, la agricultura, la piscicultura, el transporte y la generación de energía.

El estudio muestra que al menos nueve centrales hidroeléctricas brasileñas podrían verse afectadas por esta reducción del volumen de agua. El río Jequitinhonha alberga la segunda represa más grande de Brasil, la UHE Irapé. La UHE São Simão está ubicada en el río Paranaíba. La UHE Porto Primavera está ubicada en el río Paraná, por ejemplo.

En Tocantins está instalada la UHE Estreito, en el tramo entre Maranhão y Tocantins. El nombre hace referencia precisamente a la característica del río, que es más estrecho en esta zona.

En el río São Francisco la situación es aún más grave. Además de abastecer a cientos de municipios, genera energía a través de cinco centrales hidroeléctricas: Sobradinho, Apolônio Sales, Paulo Afonso, Luiz Gonzaga y Xingó.

Problema internacional

El bajo caudal de los ríos también es un problema internacional, ya que perjudica a los países vecinos. Este es el caso del lago natural Baía Grande, que forma parte de la cuenca del Amazonas y se divide entre Brasil y Bolivia, donde recibe el nombre de Laguna Marfil. El lago tiene una superficie de alrededor de 100 km2, de los cuales el 52% pertenece a Bolivia y el 48% a Brasil.

En Bolivia, el área forma una unidad de conservación de manejo integrado. En Brasil, el acceso está controlado por los agricultores, según los investigadores Denildo Costa, de la Universidad Federal de Mato Grosso (UFMT), y Mauro Crema.

Barbosa pronostica que, en la Amazonía, el bloqueo atmosférico podría romperse en los próximos días por la acción de la Zona de Convergencia Intertropical (ZCIT), fenómeno que trae lluvias a la región.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

GDABrasilSequía

Te puede interesar