INDONESIA

Los dirigentes de las principales economías mundiales empezaron a llegar ayer a la isla indonesia de Bali para la cumbre del G20, que tendrá como aperitivo el primer encuentro bilateral como presidentes del estadounidense Joe Biden y el chino Xi Jinping.

El G20 contará con una escasa presencia latinoamericana. El presidente argentino Alberto Fernández, que llegará mañana, lunes, procedente del Foro de París sobre la Paz, dijo que quería promover en Bali el diálogo entre Moscú y Kiev para terminar la “indecencia” de la guerra.

El diálogo es “entre Ucrania y Rusia”, pero la solución debe ser global y fuera de la lógica de bloques, destacó Fernández en rueda de prensa. “Quiero que Argentina esté sentado en esa mesa de resolución”, agregó.

Fernández se reunirá también en Bali con Xi Jinping, por segunda vez este año, y con la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, con quien quiere abordar la cuestión de los “sobrecargos” de la deuda.

Fernández será el único líder latinoamericano en la cumbre por las ausencias del brasileño Jair Bolsonaro, que en enero cederá la presidencia a Luiz Inácio Lula da Silva ganador de las elecciones de octubre, y del mexicano Andrés Manuel López Obrador, poco dado a estos foros internacionales.

Los dos -Bolsonaro y López Obrador- serán representados por sus ministros de Relaciones Exteriores.

“El G20, si bien en algunas ocasiones en el pasado ha tomado relevancia para los países de la región, históricamente no ha jugado un rol importante” en Latinoamérica, indicó Parsifal D’Sola, director del Centro de Investigación Chino Latinoamericano de la Fundación Andrés Bello.

“Incluso durante periodos donde los países miembros han tenido mayor actividad internacional, no ha sido un foro representativo para temas de índole latinoamericana”, añadió el analista.

Desde Camboya, donde participó en otra cumbre de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (Asean), Biden aseguró que el encuentro buscaba establecer las “líneas rojas” en unas relaciones cada vez más espinosas con China.

En la mesa se encontrarán múltiples temas de desacuerdo: desde la rivalidad comercial hasta la cuestión de los derechos humanos en China, pasando por el estatus de Taiwán.

Indonesia acogerá 17 jefes de Estado y de gobierno, pero con la ausencia clave del presidente ruso, Vladimir Putin, que envía a su ministro de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov.

El Kremlin argumentó motivos de agenda, pero la decisión permite proteger a Putin de la crítica y el ostracismo de los países occidentales por la guerra de Ucrania que, pese a no estar en la agenda, dominará el encuentro.

Como país huésped, Indonesia se mostró neutral invitando tanto a Putin como al presidente ucraniano Volodimir Zelenski, que participará por videoconferencia.