ARGENTINA
El presidente reaccionó a las críticas del kirchnerismo.
Alberto Fernández estaba en la quinta presidencial de Olivos cuando lo alertaron de la andanada de críticas que lanzó, una vez más, Andrés Larroque. Escuchó sin prestar mucha atención, pero una frase lo hizo dejar lo que estaba haciendo. “El Gobierno es nuestro”, disparó el ministro de Desarrollo de la Comunidad. Esa frase descolocó al Presidente, que decidió dejar de lado por un instante la estrategia de no responder los cuestionamientos internos.
El jefe del Estado quedó perplejo y buscó respuestas en sus colaboradores. “¡Está loco!”, se descargó el Presidente. El malhumor que se apoderó de Fernández se potenció ante los primeros argumentos que llegaron desde la trinchera del kirchnerismo duro. “El Cuervo salió a pegarnos porque no le gustó el acto con (Luis) D’Elía”, explicaron cerca del Presidente.
Según la descripción que emanó de despachos oficiales, el secretario general de La Cámpora -que sacudió a la Casa Rosada por cuarta vez en una semana- se enfureció cuando vio la fotografía de Fernández y D’Elía el lunes en el Centro Cultural Kirchner.
Las durísimas palabras de Larroque, que también advirtió que “tampoco es que Alberto (Fernández) se va a llevar el Gobierno a la mesita de luz”, se dieron 24 horas después de que el Presidente se reuniera con el ministro del Interior, Eduardo De Pedro, el otro general de La Cámpora, quien también estuvo en General Pico con el mandatario.
Pese al intento por morigerar y encapsular un nuevo escándalo interno, lo cierto es que no existen los libres pensadores en el kirchnerismo duro. Resuelta inverosímil que Larroque haga un movimiento de estas características sin el visto bueno de Máximo Kirchner. Todos se mueven al compás y pensamiento de una persona, la vicepresidenta Cristina Kirchner, que agregó mayor dramatismo a la tarde con una serie de tuits.
“La pregunta era: ¿cómo íbamos a hacer para gobernar el país después de la crisis de 2001 con apenas el 22% de los votos? Mi respuesta fue única y categórica: nos íbamos a legitimar gobernando… porque se podía ser legítimo y legal de origen y no de gestión”, escribió la expresidenta, que volverá a marcar la agenda política el viernes desde el Chaco.
En medio del desconcierto total, todo es desconfianza. Larroque volvió a dejar en claro que la única opción para el Presidente es descabezar a su equipo económico. Ya no se trata de solo del titular del Palacio de Hacienda, Martín Guzmán; el ministro de Axel Kicillof también dejó en claro que también deben salir eyectados del Gobierno Claudio Moroni (Trabajo) y Matías Kulfas (Desarrollo Productivo). Los tres son parte de los funcionarios que, en palabras del camporista, “bolsiquean” al Presidente.
El golpe que lanzó Larroque provocó que Fernández abandone la estrategia de evitar la confrontación. “Yo no soy el dueño del Gobierno, nadie es dueño del Gobierno. El Gobierno es del pueblo y nosotros solo representamos a ese pueblo. Y estoy seguro de que ese pueblo quiere que trabajemos juntos y cumplamos con las palabras empeñadas”, contestó el mandatario. A su lado, impertérrito, estaba De Pedro.
Pero se trata de una respuesta “quirúrgica”, según detalló uno de los funcionarios más cercanos al jefe del Estado; eso será todo. Por ahora no habrá más declaraciones. Tampoco cambios, principal reclamo del kirchnerismo duro. Guzmán, Kulfas y Moroni seguirán en sus cargos, por lo menos hasta el viernes. Todos miran de reojo el calendario y hacen suposiciones sobre las palabras que dirá Cristina Kirchner. Todas son especulaciones. Nadie tiene la menor idea del tono que tendrá ese discurso.
Por las dudas, en la Casa de Gobierno algunos aprovecharon el viaje del Presidente para releer algunas de las cartas de la vicepresidenta. Una en particular, de mediados de septiembre, después del cachetazo electoral de la PASO. Ahí, en medio de duras acusaciones, Cristina Kirchner dejó una pista sobre su futuro.
“He sido Presidenta durante dos períodos consecutivos. En el 2008 nos tocó atravesar la crisis global más grande después de la Gran Depresión del año ‘30. Soportamos corridas cambiarias permanentes -con muchas menos reservas en el Banco Central que en la actualidad- y el asedio de los Fondos Buitre. Sé que gobernar no es fácil y la Argentina menos todavía. Hasta he sufrido un vicepresidente declaradamente opositor a nuestro gobierno. Duerman tranquilos los argentinos y las argentinas… eso nunca va a suceder conmigo”, escribió la vicepresidenta.
Sobreseida en caso de los cuadernos
Un juez sobreseyó a Cristina Kirchner y a un centenar de empresarios en un tramo de la denominada “causa de los cuadernos”.
La decisión, adoptada por el juez federal Julián Ercolini, atañe solo a una parte de esa compleja investigación judicial, la que se centraba en presuntos movimientos de fondos relacionados con la adjudicación de obras de construcción de carreteras por parte de la Dirección Nacional de Vialidad a empresarios.
La decisión judicial también beneficia al exministro de Planificación Julio de Vido y al exsecretario de Obras Públicas José López, que también estaban imputados en esta causa por presunta asociación ilícita.
El “caso de los cuadernos” se inició en 2018, cuando La Nación reveló el contenido de una serie de anotaciones sobre presuntos pagos de sobornos relacionados a obras públicas durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner.