AFP
El presidente Emmanuel Macron nombró ayer viernes primer ministro de Francia a su aliado centrista François Bayrou, de 73 años. “El nombre de François Bayrou se impuso estos últimos días como el más consensual”, aseguró el entorno de Macron, quien le encargó “dialogar” con el resto de partidos, salvo de extrema derecha e izquierda radical, para lograr una “estabilidad” política en Francia.
Bayrou, alcalde de Pau, en el suroeste de Francia y perteneciente al partido Movimiento Demócrata (MoDem), se convirtió en el cuarto primer ministro de Macron en 2024 y sucederá al conservador Michel Barnier, de 73 años, quien cayó el 4 de diciembre en una moción de censura cuando intentaba aprobar los presupuestos para 2025.
“Nadie conoce mejor que yo la dificultad de la situación” política y presupuestaria de Francia, dijo Bayrou durante el traspaso de poderes.
El nuevo jefe de gobierno afirmó estar consciente del “Himalaya que tenemos por delante” y abogó por la “reconciliación” para salir de la inestabilidad política.
En junio Macron adelantó los comicios legislativos de 2027, que dejaron una Asamblea Nacional sin mayorías claras y dividida en tres bloques: izquierda, centroderecha y ultraderecha.
El exprimer ministro Barnier gobernó sin mayoría con la alianza centrista de Macron y su partido conservador Los Republicanos (LR), y dependía en el Parlamento de la líder ultraderechista Marine Le Pen, que lo dejó finalmente caer tras sólo tres meses en el cargo.
Durante el trámite de los presupuestos, la extrema derecha apoyó una moción de censura presentada por la coalición de izquierdas Nuevo Frente Popular (NFP), al considerar que Barnier no respondía a sus reclamos.
La presión es ahora mayor. Francia, la segunda economía de la UE, cuenta con unos elevados niveles de déficit y deuda públicos para la zona euro, y los frustrados presupuestos de Barnier preveían una fuerte disminución del gasto público.
En este contexto, socialistas, comunistas y ecologistas, aliados del partido de izquierda radical La Francia Insumisa (LFI) en el NFP, se abrieron a discutir sobre un gobierno con la alianza de Macron y con LR, poniendo a su coalición de izquierdas al borde de la ruptura.
Pero pedían un primer ministro de izquierda y un cambio de rumbo de la política del gobierno, máxime cuando su coalición ganó los comicios legislativos. Pero no ha sido así y ya descartaron entrar en el gobierno.
“Al nombrar a uno de sus allegados (...), Macron se arriesga a agravar la crisis política”, advirtieron los socialistas, que llamaron a Bayrou a comprometerse a no aprobar leyes por decreto y a no depender de la ultraderecha para evitar así la censura.
LFI ya anunció que presentará una moción de censura contra Bayrou, mientras que la extrema derecha dijo que no lo haría “en principio”, si se escuchan sus reivindicaciones.
LR, que abandonó en septiembre la oposición para entrar en el gobierno, condicionó su continuidad al proyecto del nuevo primer ministro.
Aunque Macron podría convocar nuevos comicios legislativos a partir de julio, todos los partidos piensan en la presidencial de 2027, a la que ya no puede presentarse, y buscan evitar acabar vinculados al legado de un presidente impopular.
-
Las puertas de Notre Dame se abren, el órgano resuena y París recupera su catedral: así fue la ceremonia
Un "día histórico”: la cumbre en París que facilitó Macron, clave para "buscar la paz" en Ucrania
Mercosur - UE : qué cambió desde aquel "acuerdo histórico" anunciado en 2019 y que pasó cinco años congelado