Redacción El País
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, da ya por descontado que su primer ministro, Michel Barnier, caerá hoy miércoles víctima de una moción de censura y los medios galos aseguran que, desde Arabia Saudí, donde efectúa una visita de Estado, está ya buscando sustituto.
Una alianza entre la izquierda y la líder de la extrema derecha, Marine Le Pen, está a punto de convertir a Barnier en el primer ministro más breve desde la Segunda Guerra Mundial.
El “caos” y la “inestabilidad” que auguran desde el Ejecutivo, la “tempestad” financiera que se abate sobre Francia, cuya prima de riesgo se codea con la de Grecia, no han convencido a la oposición de cambiar de posición.
El propio primer ministro acudió anoche a las dos cadenas más vistas de la televisión, la privada TF1 y la pública France 2 para, en horario de máximo audiencia, lanzar una última llamada de auxilio, cuando parece que su suerte está echada. “Es posible que haya un reflejo de responsabilidad (...) Nos jugamos el interés superior del país”, declaró, al tiempo que insinuó que no aceptaría volver a ser nombrado primer ministro, cargo en el que lleva solo tres meses.
Antes, tuvo una penúltima intervención ante los diputados, durante la sesión de control del Gobierno, en la que, lacónico, aseguró que si su Ejecutivo cae “todo será más difícil, más grave”.
Barnier llegó al cargo tras dos meses de impás político y otro de conversaciones en el Elíseo hasta que el presidente optó por el perfil del veterano ex negociador del Brexit como única forma de reconciliar a las tres familias políticas que se sientan a partes casi iguales en la Asamblea surgida de las legislativas de julio pasado.
Rechazado desde el primer momento por la izquierda, que reclamaba el puesto al tener más diputados que los otros dos bloques, Barnier contaba con el aval vigilante de Le Pen que, sin embargo, no ha soportado la prueba del primer gran texto presupuestario.
Pero la química entre el primer ministro Barnier y Macron no fue nunca fluida y, según publica el vespertino Le Monde, el presidente descubría los proyectos del Gobierno al leer la prensa. (EFE)