AFP/EFE
Estados Unidos estimó ayer lunes que la amenaza de un nuevo ataque contra Israel por parte de Irán o sus aliados persiste, después de un fin de semana marcado por bombardeos del movimiento proiraní Hezbolá en territorio israelí.
“Seguimos considerando que existe una amenaza de ataque y (...) seguimos preparados para apoyar la defensa de Israel y proteger a nuestras fuerzas en caso de que sean atacadas”, declaró el portavoz del Pentágono, Pat Ryder.
Hezbolá llevó a cabo el domingo un gran ataque con cohetes y drones contra instalaciones militares en el norte de Israel, que logró frustrar buena parte de estos ataques.
Hezbolá, aliado del grupo terrorista palestino Hamás y de Irán, dijo haber actuado en represalia por la muerte de uno de sus líderes militares, Fuad Chokr, el 30 de julio en un ataque israelí cerca de Beirut.
Irán y sus aliados también amenazaron con responder al asesinato atribuido a Israel del líder de Hamás, Ismail Haniyeh, en Teherán el 31 de julio.
Ryder aseguró que Estados Unidos no participó en ataques preventivos ni en operaciones de defensa aérea israelíes, pero “proporcionó servicios de inteligencia, vigilancia y reconocimiento en relación con los posteriores ataques de Hezbolá”.
Por su parte, el jefe del Estado Mayor del Ejército israelí, Herzi Halevi, dijo ayer lunes en una visita al norte del país que su misión contra Hezbolá “aún no ha concluido” tras el ataque masivo lanzado el domingo con más de 100 aviones contra el sur del Líbano.
“Hezbolá tiene otras capacidades”, aseguró Halevi en una vista al Comando Norte junto a su homólogo estadounidense, el general Charles Q. Brown, que se encuentra de visita en Israel para tratar la posibilidad de una represalia iraní, y junto al ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant.
“Estamos fortaleciendo nuestra cooperación en respuesta a los retos y amenazas en Medio Oriente”, añadió Halevi sobre la visita del estadounidense, alegando que, si bien “Israel se defiende a sí mismo, siempre está bien tener un aliado fuerte a tu lado”.
Gallant, por su parte, aseguró que “la agresión de Irán ha alcanzado un máximo histórico” que requerirá el trabajo conjunto con Estados Unidos.
El jefe del Estado Mayor insistió en que las fuerzas armadas seguirán eliminando a comandantes de la milicia proiraní, así como anulando sus medios y capacidades, con el objetivo de garantizar el retorno de los evacuados del norte del país a sus comunidades.
En total, más de 60.000 israelíes se vieron obligados a abandonar sus hogares en la frontera con el Líbano en octubre del año pasado, cuando Hezbolá, en solidaridad con las milicias palestinas en Gaza, comenzó a atacar sus comunidades, lo que desató un intercambio de fuego con Israel que continuó ayer.
El domingo el Ejército israelí lanzó un “ataque preventivo” masivo en el que más de 100 aviones destruyeron miles de lanzacohetes de Hezbolá cuando se disponían a bombardear el norte y centro del país en represalia por la muerte de su comandante, Fuad Shukr, en Beirut. El grupo chií logró disparar unos 300 proyectiles.
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