ESTADOS UNIDOS
Los demócratas dieron el primer paso para el juicio a Trump, con el que buscan cerrarle cualquier posibilidad de seguir en la política.
El juicio político a Donald Trump no impedirá que termine su mandato el próximo miércoles 20 de enero, pero sí le puede cerrar las puertas a continuar con su carrera política luego de dejar la Casa Blanca, incluida una cada vez más improbable candidatura presidencial en 2024.
La Cámara de Representantes aprobó ayer miércoles la apertura de un nuevo juicio político contra Trump, en esta ocasión bajo la acusación de “incitación a la insurrección” por el asalto de la semana pasada al Capitolio.
Trump es el primer presidente de Estados Unidos que es enjuiciado políticamente en dos ocasiones.
La votación en la Cámara de Representantes salió adelante gracias a la mayoría demócrata, aunque se sumaron diez legisladores republicanos, quienes reconocieron que la actuación del mandatario respecto alasalto al Capitolio no estuvo a la altura de las exigencias del cargo de presidente. El resultado fue 232-197.
“No estoy eligiendo un bando, estoy eligiendo la verdad”, dijo el republicano Jamie Herrera Beutler al anunciar su apoyo al juicio político, provocando el aplauso de los demócratas. “Es la única forma de vencer el miedo”.
El proceso iniciado en la Cámara Baja obliga al Senado -ahora en receso- a someter a Trump a un juicio político que se desarrollará cuando el presidente electo, el demócrata Joe Biden, ya esté en el poder, y que por tanto no tendrá como principal objetivo la destitución del mandatario, sino su posible inhabilitación para ejercer futuros cargos políticos.
Además, el líder de la mayoría republicana del Senado, Mitch McConnell, rechazó convocar a la Cámara Alta en una sesión de emergencia con el propósito de iniciar un juicio político inmediato.
“De acuerdo con las reglas, procedimientos y los precedentes en el Senado que gobiernan el juicio político, simplemente no hay posibilidad de que un juicio justo o serio pueda terminar antes de que el presidente electo (Joe) Biden jure el cargo la próxima semana”, dijo McConnell.
"Un peligro claro".
En su contundente intervención de apertura del debate, la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, subrayó que Trump “debe irse” ya que es “un peligro claro y presente”.
“Sabemos que el presidente incitó esta insurrección, esta rebelión armada contra nuestro país. Debe irse. Es un peligro claro y presente para la nación que todos amamos”, sostuvo Pelosi.
“Hoy de manera bipartidista la Cámara demostró que nadie está por encima de la ley, ni siquiera el presidente de Estados Unidos”, dijo Pelosi luego de la votación.
Por su parte, la mayoría de la bancada republicana se opuso a la medida bajo el argumento de que el juicio político contra Trump solo contribuye a avivar las llamas de la división. “Este no es el camino si queremos recuperar la unidad. Es momento de buscar la curación”, replicó Jeff van Drew, legislador republicano por Nueva Jersey.
Comunicado de Trump.
Durante las intervenciones, Trump emitió un comunicado, una vía a la que tuvo que recurrir dado su suspensión de las redes sociales, en el que pidió a sus seguidores no incurrir en “violencia” ante las múltiples informaciones que apuntan a nuevas concentraciones armadas antes de la investidura de Biden.
“Ante las informaciones sobre nuevas manifestaciones, urjo a que no debe haber NADA de violencia, NADA de romper la ley y NINGÚN vandalismo de ningún tipo”, dijo Trump en la breve nota difundida por la Casa Blanca.
“Hemos visto demasiados disturbios, demasiadas turbas, demasiados actos de intimidación y destrucción”, afirmó Trump en su mensaje.
Trump repudió a sus partidarios que asaltaron el Congreso, diciendo que “nunca hay una justificación para la violencia”. “Quienes participaron en los ataques de la semana pasada serán llevados ante la justicia”, aseguró.
Su nuevo mensaje llega después de que el FBI advirtiera de que seguidores radicales de Trump planean “protestas armadas” en los 50 estados entre el día 16 y el 20.
Este martes, Trump evitó asumir ningún tipo de responsabilidad por lo ocurrido y defendió como “totalmente apropiado” el discurso que dio antes del asalto al Capitolio, en el que instó a sus seguidores a dirigirse al Congreso para evitar que los legisladores ratificaran la victoria de Biden.
Durante su discurso, Trump repitió afirmaciones falsas de que la elección fue fraudulenta y exhortó a sus partidarios a marchar hacia el Capitolio.
¿Habrá condena a Trump?
McConnell, pese a negarse a convocar al Senado antes de la asunción de Biden, no descartó votar para condenar a Trump.
“No he tomado una decisión final sobre cómo votaré y pretendo escuchar los argumentos legales cuando se presenten en el Senado”, dijo en una nota a sus colegas republicanos.
McConnell ayudó a asegurar la absolución del presidente tras su primer juicio político.
Pero el senador se opuso a los intentos de Trump de revocar los resultados electorales. La semana pasada, argumentó que eso marcaría una “espiral de muerte” para la democracia estadounidense. Trump sigue, sin embargo, siendo muy popular entre millones de estadounidenses, lo cual podría frenar a algunos legisladores a la hora de condenarlo.
Las tropas de la Guardia Nacional desplegadas en Washington empezaron a llevar armas en las calles, un cambio radical a días de la investidura del presidente electo, Joe Biden.
Esos efectivos se movilizaron en un principio para brindar apoyo logístico a la policía de Washington, y en especial proteger al Capitolio luego del asalto del miércoles 6 por una turba de simpatizantes de Donald Trump.
Ya hay 6.200 integrantes de la Guardia operativos en Washington y se prevé un total de 10.000 para el próximo fin de semana, mientras que otros 5.000 podrían sumarse el día de la investidura de Biden, el 20 de enero. Ayer impresionaron las fotos de los soldados durmiendo en los salones y pasillos del Capitolio.
Donald Trump es el único presidente estadounidense que pasará dos veces por un juicio político.
La Constitución de Estados Unidos establece que el Congreso puede destituir al presidente (o vicepresidente, o jueces federales...) por “traición, corrupción u otros delitos y faltas graves”.
El procedimiento se desarrolla en dos etapas. Primero, la Cámara de Representantes vota, por mayoría simple (218 votos en 435), los artículos de acusación que detallan los cargos contra el presidente: esto se llama impeachment en inglés, y fue lo que sucedió ayer.
Ahora le corresponde al Senado llevar a cabo el juicio político.
Al final de los debates, los 100 senadores votan sobre la acusación. Se necesita una mayoría de dos tercios para aprobar una condena, en cuyo caso la destitución es automática y sin apelación. Si no se llega a los votos necesarios, el mandatario es absuelto.
Los senadores pueden votar después, con una mayoría simple, otras penas, como la prohibición de presentarse a un nuevo mandato, que es lo que están buscando los demócratas en el caso de Trump.
Hubo tres procesos de juicio político en la historia de Estados Unidos, y todos acabaron con una absolución. El demócrata Andrew Johnson fue acusado en 1868 después de que uno de los miembros de su gabinete fuera despedido. En 1998, el demócrata Bill Clinton fue procesado por “perjurio” por haber mentido sobre su romance con la pasante de la Casa Blanca Monica Lewinsky. Y en diciembre de 2019, Trump ya fue acusado en la Cámara de Representantes por “abuso de poder” y “obstruir el buen funcionamiento del Congreso”.
Fue acusado de pedirle a Ucrania que investigara presunta corrupción vinculada al actual presidente electo Joe Biden, a cambio de desbloquear una ayuda militar crucial para el país en guerra. El Senado, con mayoría republicana, lo absolvió el 5 de febrero de 2020 tras dos semanas de juicio.
El republicano Richard Nixon, en 1974, prefirió renunciar para evitar una destitución por parte del Congreso a causa del escándalo de Watergate.
Ahora que la Cámara de Representantes votó para acusar a Trump, su juicio no comenzará hasta, como muy pronto, el 19 de enero, último día de su mandato.
La Constitución no especifica cómo actuar después de que el acusado haya dejado el cargo. En 1876, los senadores discutieron si eran competentes para juzgar al entonces secretario de Guerra William Belknap después de que éste dejara el gobierno. Finalmente decidieron afirmativamente y lo absolvieron de los cargos de corrupción en su contra.
La Constitución tampoco fija un calendario para procesar el juicio político. Por lo tanto, la Cámara podría esperar antes de transmitir el expediente de acusación al Senado, para darle tiempo a confirmar el nuevo equipo en el poder y validar las primeras medidas de Biden.