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Argentina anunció un conjunto de medidas para enfrentar la escasez de dólares y la inflación

El dato de la inflación, que salió días atrás, rebasó todo pronóstico y aceleró las decisiones económicas del gobierno.

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Supermercado.
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Foto: EFE

Argentina anunció ayer, domingo, un conjunto de medidas para enfrentar la escasez de dólares y la galopante inflación, del 108,8 % interanual en abril, entre las que se encuentra un nuevo aumento de la tasa de interés y de la intervención en el mercado de cambios.

El Ministerio de Economía difundió un listado con una serie de medidas que el titular de la Cartera, Sergio Massa, ultimó el sábado con su equipo -un día después de conocerse el último dato de inflación, que rebasó los peores pronósticos que manejaba el Banco Central- y que, según confirmaron fuentes de la Cartera, se oficializarán hoy, lunes, mediante una resolución.

El plan incluye ajustar la tasa de interés de referencia -según trascendió, se ubicará en el 97%, apenas dos semanas después de haberla subido del 81 al 91%-; el Banco Central aumentará la intervención en el mercado de cambios y se buscará acelerar los acuerdos con el FMI, el “swap” de monedas con China y las conversaciones con el bloque de los BRICS. Otra medida es que el Mercado Central importará alimentos sin pagar aranceles.

Nuevas medidas

Las medidas intentan moderar la suba de precios, algunas de ellas podrían ser consideradas extremas, en el contexto efervescente del Frente de Todos y la política económica que mostró la Casa Rosada desde la llegada de Alberto Fernández y de Cristina Kirchner al poder.

El set más importante de decisiones incluye tres puntos: la fuerte suba en las tasas de interés que será complementada con una mayor intervención del Banco Central para administrar el crawling (devaluación paulatina) y se acelerarán las discusiones con FMI, con China (por los swaps) y con los países del BRIC para facilitar el intercambio de monedas con Brasil. De hecho, Massa viajará el 29 de mayo a Beijing con la expectativa de traerse algo más de lo que tiene.

De las tres medidas, la más ambiciosa y arriesgada es la suba de las tasas de interés que afectará, entre otras cosas, a los plazos fijos. Alrededor de ese punto se suscitaron las mayores discusiones en la reunión que se hizo en Hacienda. El ala más ortodoxa de Economía sugería llevarla a un valor muy alto, de alrededor del 110%. Esa propuesta quedó en el camino. La tasa llegará a poco menos del 100% (97%), algo que de todas maneras sigue siendo un gran golpe de timón.

Desde hoy, lunes, el Banco Central tendrá un rol aún más activo en la administración del dólar. Massa les ordenó a sus autoridades (Miguel Pesce es el presidente, pero Lisandro Cleri, el hombre de confianza del ministro en la entidad monetaria) un amplio margen de acción para sofocar corridas cambiarias.

Pesce, Cleri y la mesa de dinero del Banco Central podrán volcar todo su poder de fuego para intervenir sobre los denominados contado con liquidación (CCL, la operación financiera que permite sacar dinero del país) y el MEP (la alternativa para comprar dólar de forma legal por fuera del cepo cambiario). El Gobierno asume que está muy expuesto a las corridas cambiarias. Por eso, le liberará aún más las manos al Banco Central para intervenir sobre los dólares financieros.

El equipo económico definió también un conjunto de medidas complementarias. Para moderar el efecto de las subas de las tasas de interés que encarecerá los préstamos, se reducirán las tasas del programa Ahora 12 (12 cuotas) para los intereses de los saldos. Desde esta semana, bajará nueve puntos porcentuales el costo de ese financiamiento.

El objetivo es promover el consumo de productos fabricados en el país. Además, se dispondrán mayores reintegros para los consumos con tarjeta de débito que hagan los sectores vulnerables.

Mercado central

El Gobierno volverá a mirar al Mercado Central para ordenar a los formadores de precios. La apuesta es que si se logra frenar parcialmente el ritmo de los aumentos en ese punto neurálgico del comercio mayorista, sus efectos se podrían replicar en minoristas. Medidas de este tipo se intentaron en el pasado con escaso éxito.

Massa busca abaratar el precio efectivo de venta al público de productos frescos (frutas, verduras, hortalizas, carnes) y productos secos no perecederos (alimentos de primera necesidad). El Mercado Central sumará el rol de importador directo de alimentos. Lo hará con arancel 0. En otros términos, Argentina importará comida. Es toda una novedad.

El Gobierno generará fideicomisos público/privados para la compra de productos alimenticios. Cada comercio de cercanía podrá ser cuotapartista aportando fondos para la compra centralizada. Se supone que así obtendrá mejores precios. Con vistas a acelerar el comercio exterior, se creará la Unidad de análisis de las Operaciones de Comercio. También prometen eliminar aranceles y relajar normas antidumping para “reducir el precio efectivo de las importaciones de ciertos insumos”. Massa comunicará más medidas a lo largo de la semana.

Entrevista a Alejandro Corbacho, director de Ciencias Políticas de UCEMA, Argentina

“A pesar del malestar, nadie quiere gente en la calle rompiendo todo”

por Fabiana Culshaw.

- ¿Cómo las nuevas medidas económicas pueden impactar el escenario socio-político en Argentina?

-Hay un grave problema de confianza en la clase política y de liderazgo político en el país. A 40 años de la democracia, llegamos a problemas similares que tuvieron gobiernos anteriores. Pero, a pesar del profundo malestar, nadie tiene ganas de vivir la situación de desorden social de Perú o Chile, con gente en la calle rompiendo todo. Eso actúa de contención social, y ayuda también que las elecciones están próximas y traen expectativas. Si las elecciones fueran hoy, el oficialismo se vería muy complicado, sin embargo, nada está resuelto en la Argentina. Aunque el descalabro económico es grande, no es seguro que gane la oposición, depende de cómo se articulen los jugadores y quiénes terminen siendo los candidatos.

- ¿Qué tanto las medidas que no sacan al país de la crisis pueden restar votos a los candidatos del oficialismo?

-Se esperaba que el lema del oficialismo de “la reconstrucción argentina”, al menos hiciera en algo, pero no se dio. En un momento se esperaba que el próximo gobierno fuera de Cristina (Kirchner) o de su hijo, Máximo, no fue así. Hay un clamor del kirchnerismo para que Cristina sea candidata. Y Massa apareció como una figura importante, que, aunque no gane porque no llegó a ser el “superministro” que anunció la prensa, le convendría presentarse porque aumentaría su base de poder, y salvaría en algo la situación de su partido. Lo que hay que tener en cuenta es que al gobierno, aunque le vaya muy mal (porque la economía está en un tobogán que a medida que resbala acelera su caída), tiene al menos el 25 % de votos que son “de fierro”. Es decir, votantes que votarán por ellos, pase lo que pase, y a nadie más. La oposición también tiene votos de fierro, pero en menor cantidad. Son aquellos grupos que se definen básicamente por identidad entre ellos y por oposición a otros.

- Luego de las elecciones de las PASO, con los candidatos definidos, el gobierno tiene un par de meses para intentar repuntar. También tiene ese lapso la oposición, pero el oficialismo cuenta con más herramientas para lograrlo, ya que detenta el poder. ¿Lo ve así?

- Las PASO son una especie de gran encuesta nacional que muestra las preferencias de la gente y marca ganadores y perdedores. El gobierno podría activar el “plan platita” -como han hecho gobiernos anteriores-, que es poner más dinero en la gente para repuntar antes de las elecciones presidenciales, pero es difícil que esta vez lo pueda hacer con el descalabro económico que existe y se profundiza.

- ¿Hasta qué punto la oposición capitaliza realmente esa situación?

- La oposición también está dividida. La alianza liderada por Mauricio Macri tiene problemas en asignar un claro ganador. Macri, aunque no participe en la contienda electoral, es un decisor clave en todo esto. No participa porque, al igual que Cristina, tiene un techo. Ambos tienen un piso alto, pero no son incapaces de atraer otros votantes, ese es el techo. La diferencia es que Cristina no lo reconoce. Como candidatos de la oposición que dan bien en las encuestas, está Patricia Bullrich, que está logrando explotar la veta de la seguridad, que es una preocupación grande entre los argentinos; y Horacio Rodríguez Larreta, que es más conciliador, pero ha sufrido traspiés porque se piensa que aceptaría todo. Y otro candidato que está capitalizando la frustración de la gente es Javier Milei, porque es anti-stablishment. Pero es una figura muy sola, que crece por oposición a los demás. Hay que ver qué sucede en las PASO.

EFE, LA NACIÓN (GDA)

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