PROYECTO DEL GOBIERNO
De ser sancionada, la ley permitirá acceder a la interrupción voluntaria del embarazo hasta la semana 14 de gestación.
El Senado argentino debatirá hoy martes el proyecto del Gobierno que legaliza el aborto dentro de la semana 14 de gestación. El texto fue aprobado por la Cámara de Diputados el 11 de diciembre pasado y para salir adelante depende solo del “sí” de la mayoría de los senadores, que en 2018 rechazaron un proyecto similar. Esta vez se anuncia una votación muy pareja.
De ser sancionada, la ley permitirá acceder a la interrupción voluntaria del embarazo hasta la semana 14 de gestación, y más allá de ese plazo para las madres cuyo embarazo sea fruto de una violación o para las que corra peligro su vida, únicos dos supuestos en los que se permite abortar en la actualidad, según el Código Penal vigente, de 1921.
Como ya ocurrió durante el debate y votación en la Cámara de Diputados, donde el proyecto recibió 131 votos a favor, 117 en contra y seis abstenciones, multitud de personas, tanto a favor (verdes) como en contra (celestes), se manifestarán a las puertas del Congreso y separadas por vallas, a la espera del resultado definitivo.
La sesión del Senado comenzará a las 16 hora y con toda probabilidad se extenderá hasta bien entrada la madrugada del miércoles.
El proyecto permite que los médicos se amparen en la objeción de conciencia para no practicar un aborto, aunque con la obligación de derivar “de buena fe a la paciente” a otro profesional que sí pueda realizarlo, o a otro centro en el caso de que todos los sanitarios de un hospital se nieguen.
En 2018, el Senado rechazó la ley con 31 votos a favor, 38 en contra y dos abstenciones, de un total de 72 escaños (hubo una ausencia).
En esta ocasión, hay un escenario muy parejo, incluso de virtual empate. En este contexto, puede ser determinante la postura de la vicepresidenta Cristina Kirchner, ya que, como titular del Senado, puede ejercer el voto en caso de empate.
El diario La Nación informó ayer lunes que una combinación de presión política y de concesiones para algunas provincias le garantizaría al Gobierno los números para sancionar la ley.
El tablero marcaba ayer una paridad en 34 votos, con cuatro senadores entre los indecisos o posibles abstenciones.
Sin embargo, entre los 34 legisladores que rechazan la posibilidad de legalizar el aborto figuran dos que no podrán votar hoy. Ellos son el expresidente Carlos Menem, que a sus 90 años se encuentra internado tras sufrir un problema cardíaco, y José Alperovich, de licencia hasta el 1 de enero por las denuncias de violación que pesan en su contra.
La frágil mayoría que tiene la legalización del aborto se logró no sin arduas negociaciones para darle al Gobierno al menos un logro político antes de fin de año.
Uno de esos casos es el de la rionegrina Silvina García Larraburu, que en 2018 votó en contra. Las convicciones de la legisladora parecen haber mutado luego de un persistente trabajo de “presión política” de sus compañeras de bancada.
La Casa Rosada, en tanto, tuvo que apelar a su poder de persuasión con el salteño José Leavy, que hace dos años votó en contra cuando era diputado nacional. Luego de reunirse con el presidente Alberto Fernández y de que este anunciara la concreción de un plan de viviendas en su provincia, Leavy aseguró que estaba “repensando” su postura. No es el único. Si hace falta, otros podrían seguir su camino, dijo La Nación.
El peso de la Iglesia Católica
A la entrada del Congreso, una placa le recuerda a los parlamentarios que la Virgen de Luján es la patrona de los partidos políticos argentinos.
La Constitución argentina garantiza la libertad de culto. Una reforma de 1994 eliminó el requisito de pertenecer al catolicismo para ejercer como presidente de la República. Sin embargo, mantuvo en su preámbulo la invocación a Dios, y el artículo segundo que asegura el sostenimiento por parte del gobierno a la religión católica.
La disposición constitucional se traduce en la práctica en que el Estado argentino paga un sueldo a los obispos y subvenciona a la educación católica, que abarca 36% de la enseñanza en el país, según este especialista.
Según una encuesta de 2019 sobre creencias religiosas realizada por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), 62,9% de los argentinos se declara católico, 18,9% sin religión y 15,3% evangélico.
En Argentina ya se aprobó el divorcio (1987), una ley de educación sexual integral (2006), una para el matrimonio igualitario (2010), y una de identidad de género (2012).
Violación o riesgo de vida.
En Argentina se permite el aborto en caso de violación o de riesgo de vida para la mujer desde 1921, cuando gobernaba el presidente radical Hipólito Yrigoyen. Si se aprueba el actual proyecto de ley, la interrupción del embarazo será libre hasta la semana 14 de gestación. El proyecto permite a los médicos ampararse en la objeción de conciencia.