POLÍTICA DE SALUD
La Cámara de Diputados se disponía esta madrugada a votar el proyecto antes de pasarlo al Senado, dos años después de que fracasara una iniciativa similar.
El debate sobre la legalización del aborto se llevó ayer jueves toda la atención de los medios en Argentina, donde la Cámara de Diputados se disponía esta madrugada a votar el proyecto antes de pasarlo al Senado, dos años después de que fracasara una iniciativa similar.
En las adyacencias del Congreso, pantallas gigantes transmitieron en directo el debate. Varias filas de vallas dividieron el espacio público para distanciar y evitar enfrentamientos entre las activistas del pañuelo verde, que identifica a la lucha por el aborto legal, y los militantes celestes, que lo rechaza.
Para que la norma sea aprobada se necesita una mayoría de 129 votos sobre el total de 257 diputados. Los promotores de la legalización del aborto estimaban anoche que, en esta oportunidad, superarán el umbral de los 129 votos. “Esperamos sumar entre 131 y 134” votos, confiaban al diario La Nación. Eso sí, a diferencia de hace dos años, se cree que habrá más abstenciones, al menos media docena.
En esta ocasión, el proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) hasta la semana 14 de gestación fue presentado por el presidente Alberto Fernández, como un modo de “garantizar que todas las mujeres accedan al derecho a la salud integral”.
En el recinto, los discursos polarizaron las posiciones más allá de las pertenencias políticas. Varios ministros del gobierno siguieron el debate desde las gradas.
La legalización del aborto dominó la agenda política argentina en 2018 cuando por primera vez fue abordado en el Congreso, con masivas manifestaciones.
Pero aunque la norma consiguió entonces la aprobación de la Cámara de Diputados, fue rechazada luego en el Senado (31 votos por el sí, de 72).
Pero ambas cámaras se renovaron parcialmente en las elecciones generales de 2019.
Analistas de salud calculan entre 370.000 y 520.000 los abortos clandestinos anuales en Argentina, con 39.000 internaciones cada año en centros de salud pública, según estadísticas del gobierno.
En Argentina, el aborto solo se permite en caso de violación o peligro de vida para la mujer, legislación vigente desde 1921.
Si aprueba el aborto legal Argentina se sumará a Cuba, Guyana, Ciudad de México y Uruguay, países que lo permiten en América Latina.
El proyecto.
Si el proyecto se hace ley, toda persona gestante podrá acceder al aborto, en el plazo legal, en el sistema de salud o con su asistencia en un plazo máximo de 10 días desde su requerimiento.
En el caso de las menores de edad, las de menos de 13 años podrán hacerlo mediante su consentimiento informado con la asistencia de al menos uno de sus progenitores o representante legal.
Las que tengan entre 13 y 16, si bien en el proyecto original se las consideraba “con aptitud y madurez suficiente” para solicitar el aborto, en el debate en comisión se decidió que si el procedimiento se hace de forma invasiva, y no mediante un medicamento, de forma que quede comprometida su salud, deberán dar consentimiento con la asistencia de sus padres o tutores.
Las mayores de 16 tienen “plena capacidad” para pedir la interrupción del embarazo.
Respecto a la objeción de conciencia, tendrán derecho a ejercerla los profesionales de salud que intervengan en el aborto, pero deberán derivar a la paciente a otro profesional “sin dilaciones”. En comisión, también se decidió que las instituciones médicas pueden acogerse a la objeción de conciencia y no realizar abortos, pero deberán derivar a los pacientes a otros centros.
Además, de forma paralela, el Ejecutivo impulsó otro proyecto que crea el plan “de los 1.000 días”, para bajar la mortalidad, la malnutrición y la desnutrición y prevenir la violencia, promoviendo el desarrollo emocional y físico y la salud de las madres y de sus hijos hasta los 3 años.
Encuesta nacional.
Menos de la mitad de los argentinos mayores de 18 años avala la despenalización del aborto, según los resultados de una encuesta que dio a conocer este mes la consultora Poliarquía.
De acuerdo con este estudio, 41% está de acuerdo con la despenalización, 48% se opone y 11% no sabe o no contesta.
La muestra se tomó entre el 2 y el 13 de noviembre, días antes de que el Poder Ejecutivo enviara al Congreso el proyecto.
Los números cambian cuando se discrimina según su inclinación electoral en 2019. Entre los que votaron al Frente de Todos, 57% apoya la despenalización; entre quienes votaron a Juntos por el Cambio, 30%.
Los encuestados fueron 1.002 argentinos de más de 18 años. Las mujeres demostraron un mayor aval a la despenalización del aborto que los hombres: 46% de las encuestadas apoyó la despenalización, contra el 35% entre los hombres.
En cuanto al recorte por edad, los jóvenes de entre 18 y 29 años fueron los que más apoyaron la despenalización (49%). Los adultos mayores de 30, por su parte, el 40,5% se manifestó a favor, y frente al 49% que lo hizo en contra.
En la ciudad de Buenos Aires, 44% de los encuestados expresó su apoyo a la despenalización y 31% se opuso. En Gran Buenos Aires, el resultado fue 41% a favor y 45% en contra. En el interior del país, 43% y 51%.
La pregunta acerca de si el aborto “debería ser legal solo en algunas circunstancias” cambió la percepción acerca de la práctica para muchos de los encuestados: 48% se mostró a favor de permitir el aborto en casos excepcionales, mientras que 27% insistió en que el aborto debería ser legal en cualquier contexto.
En este marco, 55% de los votantes de Juntos por el Cambio dijo aceptar la práctica en circunstancias de excepción. El porcentaje de oficialistas a favor del proyecto también se disgregó al contemplar excepciones: 40% los seguidores del Frente de Todos opinaron que el aborto debería ser legal en cualquier circunstancia, mientras que un 36% apoyó la despenalización solo en situaciones puntuales.