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“Argentina será tratada con cariño”, dice Lula en la previa de la cumbre de la Celac

Brasil es el principal socio comercial de Argentina, con un intercambio bilateral que se aproximó a los 29.000 millones de dólares en 2022.

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El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, y el argentino, Alberto Fernández
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, y el argentino, Alberto Fernández.
Foto: AFP

"Hoy es el comienzo de una nueva historia”. Así se expresó ayer lunes Luiz Inacio Lula da Silva, sobre el significado de su visita a Argentina, la primera salida al exterior como presidente de Brasil. Lula agregó que este primer viaje tiene por objetivo, además de participar de la cumbre de la Celac hoy martes, “es reconstruir la relación de paz, productiva, avanzada, de dos países que nacieron para crecer y desarrollarse”.

“Estoy de vuelta para hacer buenos acuerdos con Argentina”, sostuvo Lula. “Brasil está otra vez de brazos abiertos”, añadió en la conferencia de prensa en la Casa Rosada junto al presidente argentino Alberto Fernández.

Brasil es el principal socio comercial de Argentina, con un intercambio bilateral que se aproximó a los 29.000 millones de dólares en 2022.

“Argentina será tratada con cariño, y con el respeto que merece. Ni siquiera el fútbol será motivo de división”, prometió Lula, tras confesar que por primera vez fue “torcedor” de Argentina durante la Copa del Mundo de Catar por su admiración por el capitán albiceleste Lionel Messi.

Los presidentes de Brasil y Argentina, Luiz Inácio Lula da Silva y Alberto Fernández
Los presidentes de Brasil y Argentina, Luiz Inácio Lula da Silva y Alberto Fernández.
Foto: AFP

Moneda común

Aunque no formularon anuncios concretos, Lula y Fernández señalaron que Brasil y Argentina explorarán la posibilidad de desarrollar un mecanismo de intercambio comercial basado en una moneda común que reduzca la dependencia del dólar.

El presidente brasileño recordó que su país y Argentina “ya tuvieron una experiencia pequeña haciendo negocios en monedas de los dos países” en la primera década del siglo XXI. Fue, reconoció, “una experiencia tímida”.

El ministro argentino de Economía, Sergio Massa, había señalado al Financial Times, previo a la reunión de presidentes, que los dos países comenzarían a transitar el estudio de esta alternativa.

El objetivo sería reducir la dependencia del dólar en las transacciones internacionales.

“Si dependiese de mí, tendríamos comercio exterior siempre en las monedas de los otros países para no depender del dólar”, enfatizó Lula, quien se preguntó: “¿Por qué no tener una moneda común entre los países del Mercosur, o de los BRICS? Me parece necesario que eso ocurra”.

Lula reconoció de todas formas que “todo lo que es nuevo necesita ser probado”.

Brasil tiene como moneda el real, creado a mediados de los años 1990 en el marco de una estrategia de lucha contra la inflación y su banco central es autónomo. Argentina creó a comienzos de esa década el actual peso argentino para reemplazar al “austral”, también en medio de una crisis de hiperinflación.

Las trayectorias muy distintas que siguen las dos monedas ilustran los desafíos del proyecto. Mientras Brasil tiene un mercado de cambios formal que se rige por la oferta y la demanda, Argentina tiene varios tipos de cambio que incluyen el oficial, otros para transacciones comerciales, turismo o compras de artículos de lujo, y el paralelo o “blue”.

El peso argentino sufre microdevaluaciones diarias en la pizarra oficial y el defasaje con el mercado informal se profundiza velozmente. Ayer lunes, mientras el dólar oficial cotizaba a 191 pesos, el paralelo estaba a 370 pesos.

Crédito brasileño

Lula reiteró además que el Banco de Desarrollo Económico y Social (BNDES), que fue buque insignia del apoyo financiero que Brasil dio a países emergentes durante sus dos primeros mandatos, estará a la orden de las naciones de la región. “Es necesario que Brasil ayude a sus socios y es lo que vamos a hacer”, enfatizó.

Lula apostó por impulsar, con financiación brasileña, las obras en Argentina del gasoducto Néstor Kirchner, que permitirá transportar gas desde la reserva energética de Vaca Muerta.

El mandatario brasileño se mostró seguro de que los empresarios de su país tienen “interés” en el gasoducto, y “seguramente” también en los fertilizantes y en el “conocimiento científico y tecnológico” de Argentina.

“Si hay interés de empresarios, del Gobierno y tenemos un Banco de Desarrollo para eso, quiero decir que vamos a crear las condiciones para ayudar al gasoducto”, remarcó.

A su turno, Fernández consideró que “la posibilidad de que el BNDES financie es una decisión que, obviamente, está en manos de Brasil”. “Pero me alienta mucho lo que acaba de decir el presidente”, agregó.

Fernández visitó las obras de la primera parte del gasoducto, que une Vaca Muerta con el centro de la provincia de Buenos Aires: “Y tenemos que licitar cuanto antes el segundo tramo para aprovechar la inercia de la construcción de la primera etapa”, dijo. “Y tratar de rápidamente llegar al punto de unión, que es Uruguayana, y poder empezar a pasarle gas a Brasil si lo necesita, máxime cuando ambos países estamos viviendo el problema que genera el declino de producción de gas por parte de Bolivia”, concluyó Fernández.

El gasoducto, que lleva el nombre del expresidente Néstor Kirchner, fallecido en 2010, comenzó a construirse en una primera etapa el año pasado y resultará clave para transportar el gas de Vaca Muerta, la segunda mayor reserva mundial de gas no convencional, ubicada en la Patagonia argentina.

En diciembre pasado, aún con Jair Bolsonaro como presidente en Brasil, el Gobierno argentino anunció que el país logró acordar financiación por 689 millones de dólares del BNDES para la segunda etapa de construcción del gasoducto. El Ejecutivo de Fernández ya había anticipado en noviembre que negociaba con Brasil para obtener financiación.

Lula da Silva

FF.AA. y “disculpas” por Jair Bolsonaro

Luiz Inácio Lula da Silva aseguró en Buenos Aires que durante su gobierno los militares cumplirán el papel que les asigna la Constitución.

“Brasil volverá a la normalidad, las Fuerzas Armadas van a cumplir con su papel, el Poder Ejecutivo va cumplir su papel, el Poder Legislativo va cumplir su papel, y así Brasil estará bien”, resumió, dos días después de destituir al comandante en jefe del Ejército.

“Elegí a un comandante del Ejército que no funcionó, tuve que elegir a otro y él piensa exactamente lo mismo que yo sobre las Fuerzas Armadas”, respondió Lula, consultado por la prensa en la Casa Rosada junto a su par argentino, Alberto Fernández.

El sábado, en medio de las tensiones creadas por el asalto a las sedes de los tres poderes del Estado en Brasilia el 8 de enero, el presidente brasileño destituyó al jefe del Ejército, general Julio César de Arruda, y lo reemplazó por el general Tomás Miguel Miné Ribeiro Paiva.

“Está claro el papel (de los militares) en la Constitución, está definido”, insistió Lula.

“Las Fuerzas Armadas no están para servir a un político, sino para asegurar la soberanía de nuestro país, principalmente contra enemigos externos, y para asegurar la tranquilidad al pueblo brasileño, y hacer otras cosas, como (ayudar) en desastres naturales”, añadió Lula.

Según el presidente brasileño, su predecesor, Jair Bolsonaro, “no respetó la Constitución y se entrometió en las Fuerzas Armadas. Estoy seguro de que pondremos las cosas en su sitio. Brasil volverá a la normalidad”, afirmó.

Lula pidió “disculpas” a Argentina por todas las “groserías” que el “genocida” Bolsonar lanzó contra el presidente argentino Alberto Fernández.

“Estoy pidiendo disculpas al pueblo argentino por todas las groserías que el último presidente de Brasil, que yo digo que es un genocida por la falta de cuidado y de responsabilidad que tuvo durante la pandemia, por todas las ofensas que le dijo al compañero Fernández”, dijo Lula.

En base a EFE y AFP

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