Luego de tres décadas, la inflación traspasó la simbólica barrera de los tres dígitos en Argentina. Impulsado por el aumento de los alimentos y precios regulados -entre ellos, tarifas de servicios públicos-, el índice de precios al consumidor (IPC) marcó 6,6% en febrero y superó el 100% en la medición interanual. Los expertos anticipan que este mes se acelerará.
El incremento interanual fue de 102,5%. Se trata de la variación más elevada desde septiembre de 1991 (115%), meses después de que se lanzara la convertibilidad con el objetivo de dejar atrás dos episodios de hiperinflación en la Argentina.
En el primer bimestre, el IPC acumula ya un alza de 13,1%, mientras que la inflación núcleo -que no contempla precios regulados ni estacionales- mostró un avance de 7,7%.
El último Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) que hace el Banco Central, los analistas habían estimado una inflación mensual de 6,1% para el mes pasado y una para todo el año de 99,9%. Pero quienes mejor habían pronosticado esa variable en el corto plazo esperaban 6,2% para febrero y 102,9% para 2023. Los participantes del REM revisaron las previsiones para los períodos siguientes: ubicaron la inflación en 81,7% para 2024 y en 53,8% para 2025.
Fuentes oficiales habían anticipado la semana pasada que el Ministerio de Economía, según el relevamiento de la Secretaría de Programación Económica, trabajaba con un número para febrero de entre 5,8% y 6,2%. En esa misma oficina, luego del dato de enero, habían dado de baja la posibilidad de que, en abril, la inflación comenzara con un tres adelante.
En enero, la vocera presidencial, Gabriela Cerruti, había celebrado que la inflación no llegara a los tres dígitos al cierre de 2022. Sin embargo, ya ese mes, el incremento de precios para los más pobres -las canastas básica total y alimentaria- superaban con creces esa variación anual.
“El primer objetivo que se planteó el ministro Sergio Massa cuando asumió fue que la inflación a final de año no llegara a tres dígitos. (...). Entendemos que ese objetivo se está cumpliendo”, había asegurado Cerruti entonces. Son palabras que quedaron vapuleadas por los hechos. Igual que la “guerra contra la inflación” que el Presidente lanzó un año atrás para combatir el alza de precios.
Massa sigue atado al acuerdo con el FMI para contener la inflación. El lunes, el organismo reconfirmó que el ministro mantiene la meta de 1,9% del PBI de déficit fiscal para este año, aunque compensando gastos “imprevistos”, como la moratoria previsional impulsada por el kirchnerismo.
Además, el FMI flexibilizó las metas de acumulación de reservas -sobre todo en el primer trimestre- por el impacto de la sequía en las reservas y aseguró que desembolsará US$ 5.400 millones a fines de este mes.
El viernes pasado, en un discurso en Río Negro, la vicepresidenta Cristina Kirchner cuestionó el alza de la inflación que se registra en el gobierno que comparte con Alberto Fernández. “Cuando teníamos salario alto teníamos inflación, pero no esta”, alertó luego de mencionar el salto al 100%. “Estamos sin moneda”, había cuestionado antes.
Los analistas privados advierten que la inflación de este mes, que suele ser estacionalmente el más caliente del año, puede llegar a 7% por el impacto de aumentos en indumentaria, tarifas, colegios privados y medicina prepaga.
Piqueteros contra recortes de asistencias
La depuración en el plan Potenciar Trabajo que inició la ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz, tendrá hoy miércoles las primeras bajas del programa: 85 mil titulares que no validaron su identidad se quedarán sin el beneficio, es decir, no cobrarán más por mes el Salario Social Complementario (SSC). Así lo confirmó ayer la ministra, en medio de un acampe con miles de personas en el centro porteño que comenzó el lunes y planea estirarse hasta hoy. “No los vamos a recibir”, ratificó la titular del área pese a la masividad de la protesta, que la ministra del presidente Alberto Fernández considera un método “extorsivo”.
Con información de La Nación (GDA)