Con información de EFE y La Nación/GDA
El Senado de Argentina comenzó este jueves el debate acerca del decreto de necesidad y urgencia (DNU) para desregular la economía dictado en diciembre pasado por el presidente Javier Milei, quien advirtió al Parlamento sobre las consecuencias de un eventual rechazo.
La sesión, que comenzó a las 11:11, fue convocada por la titular de la Cámara Alta y vicepresidenta del país, Victoria Villarruel, quien aceptó incluir en el temario del debate plenario el DNU de Milei -vigente desde el 29 de diciembre-, pese al riesgo de rechazo del texto, ya que el oficialismo es la tercera minoría en el Parlamento y debe lograr adhesiones de opositores.
Esta sesión se ha interpretado en clave de desafío de Villarruel a Milei. Pese a que el ministro del Interior, Guillermo Francos, declaró este jueves a la radio Rivadavia que fue un "error" por parte de Villarruel incluir el DNU en el temario de la sesión del Senado y que "lo pudo haber evitado", el portavoz presidencial, Manuel Adorni, luego aclaró en la habitual rueda de prensa en la sede del Ejecutivo que "no hay ningún tipo de interna o pelea con la vicepresidenta".
El decreto 70/23 -firmado por Milei el 21 de diciembre pasado, poco después de asumir la Presidencia- contiene 366 artículos fundamentalmente orientados a desregular la economía y está vigente, salvo la sección referida a una reforma laboral que fue suspendida por la Justicia a petición de los sindicatos a la espera del pronunciamiento del Supremo.
El Gobierno de Milei defiende el DNU diciendo que aumentó la oferta de alquileres, liberó los cielos para las aerolíneas y le devolvió la libertad a los trabajadores para elegir el servicio de salud que desean.
Aunque se rechace el DNU en la sesión de este jueves en el Senado, el decreto sigue vigente porque para que se derogue debe ser rechazado ambas cámaras del Congreso.
La tensión entre Milei y Villarruel escaló al punto de que la oficina del presidente emitió un comunicado en el que aludió de forma subrepticia a la vicepresidenta con un juego de palabras, según consignó La Nación. El equipo de comunicación y redes de la Casa Rosada apuntó contra quienes pretenden “anotarse victorias de corto plazo” por la sesión especial donde se tratará el DNU.
La vicepresidenta venía transmitiendo internamente que ella aguantó dos meses sin tratar el DNU pero que “ya no tenía espaldas” por la presión de otros bloques. “No es cierto que ella conspira, ella defiende a ultranza el DNU. Pero no puede mantener el Senado cerrado”, venían diciendo cerca de Villarruel. Ahora tiene que intentar que el DNU no se vote o que la oposición no junte los votos para bajarle el pulgar al decreto.