La Nación/GDA
"Uno de los malvivientes me pidió plata, no reaccioné y ahí me tiró el primer tiro, que le pegó a los chicles y por eso no me da a mí" narró Cristian, el dueño de un kiosco en Mar del Plata. El paquete de chicles que terminó por salvar su vida se encontraba en el mostrador y recibió de lleno el ataque.
El hecho, que quedó capturado en vídeo, muestra como luego de ese primer tiro el hombre tomó su aerosol de gas pimienta y atacó a los ladrones con el spray, que continuaban exigiéndole que les entregara el dinero que tenía en la caja. "Manotee el gas pimienta y le empecé a tirar a ellos. Primero al que estaba enfrente, el que disparó, y después al que estaba al lado".
En diálogo con el medio local 0223 contó que "cuando se estaban yendo, y ya con el efecto del gas pimienta, (uno de los delincuentes) me apuntó como para tirarme y como no pudo tiró para arriba. Pego por ahí, pero no a mí.". Los ladrones escaparon del local sin concretar el robo.
La víctima contó que al verse acorralado por los hombres tocó el botón antipánico -que adquirió a raíz de otros robos que había sufrido el comercio-, “pero no funcionó”. “La policía vino porque una señora escuchó los tiros y llamó al 911. Acá estamos solos, no hay seguridad y siempre pasa algo acá en esta cuadra: si no es la panadería, somos nosotros, los chinos, pero siempre a alguien le están robando en esta cuadra”, lamentó el comerciante.
Si bien ese lunes cerró el kiosco tras el violento robo, al otro día Cristian volvió a abrir las persianas. El hombre dijo que debido a lo que le tocó vivir quedó “muy alterado”. “No me siento seguro, no me siento cuidado. Siento que acá puede venir cualquiera a hacer lo que quiere y no tenemos seguridad para nada. No tengo miedo, tengo mucha impotencia, mucha bronca”.